Inquieta apoyo militar de EEUU a lucha contra el ébola en África

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El martes 9, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó a 2.296 el número de muertos de un total de 4.293 personas infectadas por la enfermedad, principalmente en Guinea, Liberia y Sierra Leona, y en menor grado en Nigeria y Senegal.

Los defensores de la intervención militar, entre ellos voces destacadas del ámbito de la salud mundial, elogiaron la sólida capacidad logística del Pentágono (Departamento de Defensa) estadounidense que, según casi todos los observadores, es absolutamente necesaria para combatir la epidemia que comenzó en marzo en Guinea.

Sin embargo, ya existe inquietud por la magnitud de la misión. Algunos se preguntan si tiene la fuerza necesaria y otros si puede llegar a ser demasiado amplia en el futuro.

África occidental cuenta con una capacidad de 570 camas dedicadas a los pacientes con ébola, pero la organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) calcula que la región necesita al menos 1.000 plazas de hospitales, con aislamiento completo.

El presidente Barack Obama hizo el primer anuncio público sobre el tema el domingo 7, cuando declaró que el brote de ébola es un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.

“Vamos a tener que conseguir recursos militares estadounidenses solo para instalar” en África occidental “unidades de aislamiento y equipos que brinden seguridad a los trabajadores de salud pública procedentes de todo el mundo”, declaró Obama durante una entrevista televisada.

“Si no hacemos ese esfuerzo ya… podría ser un grave peligro para Estados Unidos”, advirtió.

Washington gastó más de 20 millones de dólares en África occidental este año para combatir la enfermedad, pero en los últimos meses recibió críticas por no hacer lo suficiente. Se espera que Obama solicite fondos adicionales al Congreso legislativo a finales de este mes.

No obstante, la intervención militar ya comenzó, aunque en una escala muy pequeña y, por ahora, solo en Liberia.

Un portavoz del Pentágono dijo a IPS que, a lo largo del fin de semana, el secretario de Defensa Chuck Hagel aprobó el envío de “un centro hospitalario de 25 camas, con el equipo y el apoyo necesario para establecer la instalación” en Liberia.

El portavoz agregó que el gobierno tiene planes adicionales, pero precisó que el Pentágono responde solo a las solicitudes de otros organismos federales estadounidenses y no tiene un rol de liderazgo en el asunto. Además, su presencia en el hospital de Liberia, el país más afectado por el ébola, es limitada.

El Pentágono “no tendrá una presencia permanente en la instalación ni brindará atención directa a los pacientes, pero se asegurará de que el hospital se mantenga abastecido y proporcionará apoyo periódico” para su funcionamiento por un plazo de hasta 180 días, explicó el portavoz.

“Una vez que el centro hospitalario esté instalado, se transferirá al gobierno de Liberia”, añadió.

El lunes 8, el ministro de Defensa de Liberia, Brownie Samukai, declaró que su gobierno estaba “sumamente complacido” por el anuncio.

No hace falta seguridad

Ese día, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió del “incremento exponencial” de los casos de ébola en las próximas semanas.

Pero hasta ahora la respuesta internacional ante la epidemia se considera peligrosamente insuficiente. No obstante, la declaración de Obama generó interrogantes incluso entre quienes apoyaron el anuncio.

MSF, aunque históricamente contraria a la intervención militar frente a los brotes epidémicos, rompió con esa tradición en este caso.

La organización advirtió que la comunidad mundial está “fallando” en su respuesta a la epidemia y, ante una conferencia especial de la ONU, exhortó que los países con “capacidad médica civil y militar… deben enviar recursos y personal a África occidental de inmediato”.

MSF recibió con satisfacción el anuncio de Obama, pero también manifestó su gran preocupación por la referencia de Obama a que los militares de Estados Unidos brinden “seguridad a los trabajadores de salud pública”.

El grupo “reitera la necesidad de que este apoyo sea de carácter médico únicamente”, dijo a IPS el encargado de prensa de la organización, Tim Shenk. “Los trabajadores humanitarios no necesitan apoyo adicional de seguridad en la región afectada”, sostuvo.

MSF instó a que el personal militar desplegado en África occidental no se utilice para “medidas de cuarentena, de contención o de control de masas”.

El portavoz del Pentágono dijo a IPS que las fuerzas armadas estadounidenses todavía no recibieron una solicitud para brindar seguridad a los trabajadores de salud.

Pocas pautas

Estados Unidos no es el único país que recurre a sus fuerzas militares para reforzar la respuesta humanitaria en África occidental.

El gobierno británico anunció en los últimos días que personal humanitario y militar instalará y administrará 68 camas para enfermos de ébola en un centro médico en Sierra Leona.

Sin embargo, la preocupación de MSF por el despliegue militar estadounidense subraya el hecho de que existe poca orientación formal sobre la participación de militares extranjeros en la respuesta internacional frente a problemas sanitarios.

La OMS, por ejemplo, no tiene una postura sobre el tema, señaló un portavoz, Daniel Epstein, a IPS. Dado que se trata de un organismo intergubernamental, corresponde a los países afectados tomar las decisiones y realizar solicitudes, indicó.

“Cada país se encarga de su propia situación de seguridad”, dijo Epstein a IPS. “Así que si los gobiernos aceptan la participación militar de otros países, es su asunto”, agregó.

Otra portavoz, Margaret Harris, dijo a IPS que la OMS agradece “las habilidades que grupos bien entrenados, disciplinados y sumamente organizados como las fuerzas armadas de Estados Unidos pueden aportar a la campaña para acabar con el ébola”.

Pero la contribución militar de Estados Unidos podría ser menor de la necesaria.

Shenk, de MSF, señaló que el plan militar de Estados Unidos debería incluir tanto la construcción como la gestión de centros contra el ébola. Pero, por ahora, el Pentágono asegura que no se encargará de los mismos.

Laurie Garrett, una destacada experta en salud mundial e integrante del centro de investigaciones Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Washington, expresó su alarma por el hecho de que la intervención del Pentágono contra el ébola parecer ser “diminuta” frente a lo que hace falta para contener la epidemia.