Argentina: paro general a medio siglo de un estallido social

(Xinhua/Martín Zabala)

Juan Guahán – Question Latinoamérica |

El paro general del pasado miércoles 29 que vació las calles, plazas y rutas, paralizando las principales actividades país, no solo un aviso sobre la grave situación que está transitando la Argentina, sino que recordó que hace medio siglo, en 1969, esta sociedad protagonizó hechos de masas que conmovieron a todos y prepararon las condiciones para grandes acciones y reacciones que le siguieron y que son imposibles de negar.

La distancia entre aquella sociedad y la actual nos dan una dimensión de lo perdido, pero también señalan algunos caminos para recuperarlo.

La desocupación era cuatro veces menor; la pobreza era 6,5 veces inferior; las tasas de interés eran 3,5 veces menores a las actuales y la deuda (en dólares) era 10 veces menor. Evitar estos retrocesos sociales fue el objetivo de aquellas luchas y se puede considerar que son las deudas pendientes de las generaciones actuales y por venir.

Pero queda para la memoria saber que hubo tiempos distintos y también respuestas sociales diferentes.

A 50 años de una gigantesca rebeldía nacional, la Central General de Trabajdores (CGT) convocó a un “paro dominguero” para demostrar que sigue existiendo. La diferencia entre lo ocurrido entre una fecha y la otra es una explicación de la decadente situación que estamos transitando.

50 años después, la historia ¿vuelve a repetirse?

Desde el golpe de 1966, gobernaban militares que se imaginaban en el poder por varias décadas. La crisis económica de algunos sectores, como los azucareros en particular, mostraba las uñas. La falta de libertades ahogaba a buena parte de la sociedad, sobre todo a sus más jóvenes.

Las luchas se fueron profundizando y en abril de 1969 en el norte santafesino una Marcha del Hambre, fue duramente reprimida.

Pero, días después, mayo sería el mes de las definiciones. Comenzó con la privatización del comedor universitario de Corrientes, aumentaron los costos de la comida y con ello las protestas que fueron reprimidas. Dirigentes porteños desecharon la importancia de esos hechos por tratarse de peleas “por el precio del sandwich”. En uno de esos reclamos, el 15 de mayo la policía mató el estudiante de medicina Juan José Cabral. En Rosario repudian esa muerte y el 17 cayó asesinado por balas policiales el estudiante de Ciencias Económicas, Adolfo Bello.

El 21 se le agrega el asesinato de Luis Blanco, un joven de 15 años, estudiante secundario y aprendiz en una empresa metalúrgica. La sangre joven fue regando las calles del interior y fortaleciendo la voluntad de lucha de todo un pueblo que el poder ya no podría detener. El pueblo siguió haciéndose escuchar en las calles de Mendoza, Salta, Tucumán. Jóvenes, estudiantes y trabajadores, estaban a la cabeza de esas luchas.

Pero sería en Córdoba donde se daría la gesta más notable, la que dejaría para la historia el nombre de esas jornadas.Agustín Tosco, uno de los líderes del alzamiento popular, al frente de una marcha.

Al problema estudiantil que comenzaba a incendiar el país se le sumó la decisión oficial de eliminar el “sábado inglés pago”, que suprimía el sábado a la tarde de la jornada de trabajo obligatorio, que era una conquista que venía desde la década de los 30 y las “quitas zonales” que  reducían  el salario en determinadas zonas. En Córdoba, donde se habían asentado las principales fábricas automotrices -para abastecer a toda la región- y dónde la desocupación rozaba el cero, esa medida fue resistida.

Los dirigentes sindicales de diferentes orientaciones se convencían que no podían dejar pasar ese intento oficial. Un acuerdo de los principales dirigentes y de las dos CGT fijó la fecha de la convocatoria a un paro de 36 horas que se iniciaría el 29 de mayo.

Los trabajadores salieron de sus fábricas y marcharon al centro. Hacia el medio día fue asesinado un trabajador mecánico: Máximo Mena. A media tarde las columnas obreras y las estudiantiles, se había apoderado de la ciudad. Córdoba era una ciudad tomada por los manifestantes.

Imagen relacionadaCuando entraba la noche comenzaron los ingresos de tropas militares y durante el día 30, fueron horas de combate y recuperación de espacios por parte de las autoridades. Concluyó el Cordobazo con cuatro muertos, 170 heridos y más de 300 detenidos, 15 de los cuales fueron condenados por un Consejo de Guerra Especial designado por el III Cuerpo de Ejército y luego -en noviembre- amnistiados por el dictador Juan Carlos Onganía.

Aquella lucha -que por momentos pareció victoriosa- se alzó contra la aplicación de la nefasta Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por la dictadura establecida en 1966 y para mantener los derechos del Estado de Bienestar que iban camino a la extinción. El hecho que esos acontecimientos y las heroicas luchas que siguieron lograran victorias, como el efímero triunfo popular de 1973, nos dice que era un camino posible.

Elecciones: falta para que salga el sol, pero ya aclara

Pasan los días y los plazos electorales hacen que las charlas, rumores y negociaciones sean cada vez más urgentes y nerviosas.  Si bien hay varias decisiones pendientes hay una figura central en las mismas, se trata enigmático e impredecible Sergio Massa, a quien la realidad le reduce las posibilidades, acaba de afirmar “La idea es sacar a Macri del poder, no a Cristina”.

Con esta definición el futuro se va aclarando, aunque parece cocinado. Si Massa termina por inclinarse por el Frente Patriótico de “los Fernández” la cosa ya estaría terminada. En ese caso, “los Fernández” ganan en primera vuelta. Pero todavía el Massa sigue con su discurso ambivalente, ahora avalado por un Congreso partidario que le dio amplias facultades para negociar una “coalición amplia y federal para derrotar a Mauricio Macri”.

Esa definición, con la que pretende arrastrar a la “alternativa federal” a un acuerdo con el cristinismo, sigue dejando dudas sobre su ubicación final. Massa sabe que Roberto Lavagna se ha devaluado seriamente en los últimos días y que la candidatura de Juan Manuel Urtubey no tiene suficiente altura. Sabiendo que Miguel Ángel Pichetto nunca tuvo aspiraciones serias y Juan Schiaretti dijo “paso” y se queda recluido en la consolidación de su cordobesismo, Massa sabe que Alternativa Federal depende de él.

En medio de esta situación los gobernadores preocupados por el control de sus territorios se van corriendo a la sombra del frente que encabezan “los Fernández” y tratan de colocar legisladores en las listas nacionales que ese Frente va armando.

Cristina ha insinuado fuertemente cuáles son sus candidatos para la neurálgica provincia de Buenos Aires: el joven exministro de Economía Axel Kicillof y la intentenda de La Matanza, Verónica Magario, son “casi” candidatos. Se los promueve y aplaude, pero no se los ratifica. Hay dos razones para ello: ese lugar puede ser para Massa, si  no va a disputar con “los Fernández” la candidatura del Frente Patriótico. Además muchos intendentes tenían otras perspectivas y temen que Kicillof quiera meterse en sus territorios.

Hubo Congreso de la Unión Cívica Radical y lo ocurrido sintetiza la situación de la dirigencia de ese histórico partido. Hubo todo tipo de críticas, insultos y agravios para  Macri, pero al final primó la realidad y terminan dentro de la alianza macrista Cambiemos .

Cambiaron la dura perspectiva de volver al llano por la posibilidad –ciertamente lejana- de seguir siendo una parte muy menor de un gobierno que procurará seguir manejando las vastas posibilidades de los recursos estatales. Mientras tanto, el jefe de gabinete Marcos Peña sigue alimentando el ego de Macri y todavía lo está convenciendo que debe resistir que todo va a mejorar y que no debe ceder su candidatura.

 

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)