¿Animals?: Tan lejos de dios y tan cerca de EEUU
Gerardo Villagrán del Corral- CLAE |
Donald Trump reafirmó esta semana que algunos inmigrantes son animales y la Casa Blanca declaró que quienes se atrevieron a denunciar los comentarios del presidente le deben una disculpa. Las autoridades mexicanas rechazaron las declaraciones de Trump, y las calificaron de absolutamente inaceptables.
No deja de llegar a la mente la conocida frase, que se le atribuye a Porfirio Díaz: Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, aun cuando en realidad fue escrita por Nemesio García Naranjo, un intelectual regiomontano.
Trump ya había señalado que la afluencia de inmigrantes indocumentados se debe al hecho de que su país “tiene las leyes de inmigración más tontas del mundo”, al condenar a gobiernos federales como el de California que protegen a “esos indocumentados narcotraficantes, violadores, incultos y vagos”, que son quienes mueven la economía, cosechan manzanas, naranjas, algodón, atienden la ganadería, recogen estiércol, barren las calles y generan grandes ganancias a los empleadores.
Kellyanne Conway, una de las asesoras de Trump dijo que quienes se apresuraron a juzgar al mandatario le debían una disculpa. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, señaló que “francamente, no creo que el término usado por el presidente fuera los suficientemente fuerte”.
Trump apenas amenazó con la construcción de un muro, que debieran pagar los mexicanos, sin atreverse a hacer lo que Israel en la Franja de Gaza (obviamente con el benplácito de Washington) cuando mató a 63 palestinos, incluidos varios niños y mujeres, e hirió con artillería ligera a otros 2.770 por querer recuperar su hábitat -de donde ingleses, franceses y estadounidenses sacaron por las armas- y protestar por el cambio de capital israelí a Jerusalem.
Siguiendo ejemplo que Trump le dio, Nikki Haley, representante estadounidense en la ONU bloqueó una propuesta para una investigación internacional de la matanza israelí y dijo, sin siquiera sonrojarse: “Yo les pregunto a mis colegas del Consejo de Seguridad: ¿quién entre nosotros aceptaría este tipo de actividad en sus fronteras? Nadie. Ningún país de esta sala actuaría con mayor moderación que la que ha mostrado Israel”.
Mientras, un incidente en Nueva York comprobó el clima antimigrante que generó Trump, pero también una respuesta de una capital de inmigrantes. El cliente de una sandwichería en Manhattan – el abogado Aaron Schlossberg- fue grabado gritando a los empleados para que dejaran de hablar en español y amenazó con llamar a las autoridades migratorias para que “echen a cada uno de ustedes de mi país… si tienen las pelotas para venir aquí a vivir de mi dinero –yo pago por su posibilidad de estar aquí-… lo menos que podrían hacer es hablar inglés”.
El New York Daily News, principal diario local, respondió con una primera plana que dice en inglés: Mensaje de Nueva York al intolerante que le gritó a mujeres por hablar español en un restaurante: y en letras más grandes, en español: ¡Jódete, idiota! Abajo, entre paréntesis, se lee: “Para los fanáticos que entienden sólo inglés, dice: Screw you, idiot.
México en su laberinto
Las campañas políticas para las elecciones del 1 de julio, la renovada violencia delictiva y la incertidumbre en torno al Tratado de Libre Comercio de América del Norte habían colocado en segundo plano el fenómeno migratorio tanto en la amenaza y hostigamiento creciente por parte de Donald Trump, el flujo de extranjeros que cruzan el territorio para llegar a EEUU, como en la tensión bilateral generada por la decisión de Washington de movilizar tropas a su lado de la frontera.
El canciller mexicano Luis Videgaray afirmó que estas declaraciones vulneran el principio fundamental del estado de derecho, y no es sólo una invitación a la violación de las garantías individuales de las personas, sino una incitación al odio, al discurso xenofóbico: no se reconocen sus derechos humanos, su dignidad, y es incomprensible que un gobierno se sienta en libertad de no respetar estas garantías constitucionales.
Según datos dados del Banco de México, los envíos de dinero procedentes de mexicanos en territorio estadunidense en su gran mayoría, sumaron más de siete mil millones de dólares en el primer trimestre del año, monto que supera al de la inversión extranjera directa y al que representan las exportaciones de petróleo.
El país debe fijarse como objetivo la plena despenalización de la migración, tanto por parte de EEUU como en lo interno –en donde, por desgracia, la avanzada ley migratoria suele ser letra muerta–, pugnar por el reconocimiento de los derechos de los migrantes y poner sobre la mesa una realidad contundente: en tanto persistan las asimetrías económicas y sociales, la migración es necesaria y positiva para todas las partes, incluido, por supuesto, EEUU, señala un editorial del diario La Jornada.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)