El centrista PSOE gana las elecciones españolas, y el PP se derrumba/ Más allá de la artimética

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Ricardo Carnevali|

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó las elecciones generales de este 28 de abril en el Congreso de los Diputados,  catapultado por la fuerte participación, especialmente en Cataluña. Pedro Sánchez podrá ser investido como Presidente del gobierno con los votos de Unidas Podemos y con la abstención de los independentistas

Con el 90% de papeletas escrutadas, la formación de Pedro Sánchez obtiene 122 diputados, a gran distancia de los 65 que obtiene el Partido Popular, la segunda fuerza, y de los 57 de Ciudadanos, la tercera formación. Furon 36,8 millones de españoles con derecho a voto que se volcaropna las mesas de votación para elegir350 diputados y 208 senadores. Tras onc años, el PSOE volvió a ganr una elecciones generales.

La participación se cierra en torno a un 75%, casi nueve puntos por encima de los comicios de 2016, que acabaron con un 66,48%. El aumento habría sido en todas las Comunidades Autónomas, con las cifras disparadas en Catalunya, con un crecimiento de más del 13%.

Los socialistas suben desde los 85 diputados actuales y obtienen seis puntos más de voto: del 22,6 de 2016 al 28,8% de este domingo. Podemos, la formación de Pablo Iglesias, junto a las confluencias, ha obtenido 42 escaños frente a los 71 -con la suma de Compromís- que consiguió en 2016. Compromís, que se presentó por separado, aporta un diputado a esa suma.

El derechista Partido Popular de Pablo Casado se ha hundido hasta el peor resultado de la historia. Deja de ser el partido más votado, pierde casi cuatro millones de votos, y pasa de tener 137 escaños a cosechar solo 67, la mitad, si se suman los diputados de Navarra Suma. Casado ha llevado a su formación del 33% de los votos que obtuvo Mariano Rajoy en 2016 al 16,7%.

Los españoles votaron más divididos que nunca, separado por el miedo a que la ultraderecha (Vox) pudiera cpar el gobierno,  y la furia derechista contra el socialdemócrata Pedro Sánchez

Pilar Frisach de 57 años y con síndrome de Down vota en el Centro Cívico Alcalde Morera, en Tarrasa.Los resultados arrojan una fragmentación total en el espacio electoral de la derecha. Ciudadanos es el gran triunfador en ese lado del hemiciclo: sube hasta los 57 diputados y queda a tan solo 10 de los populares. Albert Rivera no consigue superar al PP, pero aumenta en 25 escaños su grupo parlamentario y pasa del 13% de los votos al 15,7%. La extrema irrump con fuerza, por muy por debajo de  las expectativas generadas por algunas encuestas yh medios de comuniacción. Vox ha conseguido 24 diputados y el 10% de los votos.

De acuerdo con escrutinio inicial, la extrema derecha de Vox entrará con cierta fuerza en el Congreso, con 24 diputados, aunque lejos de las altas expectativas que les daban los últimos sondeos. Unidas Podemos y sus diferentes marcas suman 42 escaños. En cualquier caso, y según estos datos iniciales, el bloque de izquierdas supera con holgura a la derecha. Las tres formaciones de derecha —PP, Ciudadanos, Vox y Navarra Suma— alcanzaban un total de 147 escaños juntos, frente a los 165 que aglutinan PSOE, Podemos y Compromís.

El escrutinio marca un fuerte desplome del Partido Popular, que cae de 137 diputados a apenas 65, aunque mantiene el liderato de las fuerzas de la derecha. Este partido no obtiene, según los primeros datos, representación en el País Vasco y solo logra un escaño en Cataluña, en la provincia de Barcelona.

Sondeo de RTVE.

El bloque de izquierdas gana las elecciones y el PP se desploma

Entre las sorpresas de la jornada, con casi el 90% de votos escrutados, está la entrada en el Congreso de dos formaciones nuevas. El Partido Regionalista de Cantabria llevará al Congreso a José María Mazón, una de los principales hombres de confianza del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla. También entraría Coalición por Melilla, de Mustafá Aberchán.

Uno de los aspectos más relevantes, que han marcado la campaña electoral ha sido el de la unidad territorial y las reclamaciones independentistas. Más aún cuando la campaña ha coincidido con el desarrollo de la fase de testimonios del juicio a los lídres independenitstas catalanes, y con el candidato de ERC encarcelado y haciendo campaña desde prisión. El incremento de la votación en Cataluña se dio en las zonas tradicionalmente independentistas.

Una mujer acude a votar en silla de ruedas, con su papeleta en la mano, en un colegio de Valencia.Al votar, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el primero en votar, pidió una “mayoría parlamentaria lo suficientemente amplia como para que haya un Gobierno estable”. El candidato del PP, Pablo Casado,  un “Gobierno estable para evitar esta sucesión de elecciones y legislaturas fallidas que hemos vivido en los dos últimos años”. Por su parte, Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, ha reclamado “ser respetuosos con lo que la gente decida”.

Tras depositar su voto, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, afirmó que confía en “un cambio de etapa, de Gobierno y de era”. Por su parte, el líder del Vox, Santiago Abascal, ha calificado las elecciones de “históricas”.

Fin del derechista Pacto de Andalucía

Con estos resultados, la derecha no tiene ninguna posibilidad de repetir el pacto de Andalucía. PP, Ciudadanos y Vox se quedan con 148 diputados, muy lejos de los 176 en los que está fijada la mayoría absoluta en el Congreso.Resultado de imagen para pacto de andalucía

El PSOE tendría muy difícil optar a una investidura en primera vuelta pero no imposible. Los socialistas obtienen 122 diputados que pueden sumar a los apoyos de Unidas Podemos, Compromís y PNV. Eso arroja un total de 172 escaños, a los que tendría que sumar a Coalición Canaria, al PRC -el partido de Miguel Ángel Revilla- y a Coalición por Melilla, un grupo de izquierdas. Así llegarían a los 176 escaños.

Si los socialistas no logran sumar ese gran bloque en una primera vuelta de la sesión de investidura, le valdría con que los independentistas catalanes se abstuvieran en una segunda votación.

 

*Doctorando en Comunicación Estratégica,  asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


Más allá de la aritmética política

Marcos Roitman Rosenmann
Pedro Sánchez celebra los resultados electorales este domingo.Más allá de la estrategia del miedo, la confrontación y las descalificaciones, los resultados muestran un mapa político sin grandes variaciones. Las novedades de coyuntura como la irrupción de Vox quedan en un anecdotario si la derecha no puede configurar una mayoría de gobierno y así ha sido. Las consecuencias de la división de los partidos conservadores, y con ello la fragmentación del voto, hay que buscarlas al interior de las organizaciones que decían representar el universo del nacionalismo español, el constitucionalismo patriótico y la España católica enraizada en sus tradiciones y costumbres. Tanto se escoraron a la derecha que se hundieron. Por el contrario, movilizó a la izquierda. El mensaje no tuvo las repercusiones esperadas.

En el Partido Popular la derrota pone sobre la mesa el liderazgo de Pablo Casado como presidente del partido, arrastrando a su protector Jose María Aznar y toda la vieja guardia. Un fracaso histórico, cuyo dato más significativo ha sido dejar sin escaño al vicesecretario general y jefe de campaña Javier Maroto. La crisis está servida, más aún cuando las elecciones, europeas, municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina. Los populares tienen menos de un mes para replantearse la estrategia. Otra derrota sería tanto como pensar en una refundación a marchas forzadas. Para Pablo Casado, el 26 de mayo es la fecha para validar su crédito o dejar la secretaría general. Ninguna de sus incorporaciones estrellas han sumado, culpar a Vox de su debacle es tirar balo-nes fuera.

Por otro lado: Ciudadanos. Albert Rivera y su formación crecen mirando a la derecha y con ello han roto cualquier tipo de pacto posible con el PSOE. Su crecimiento se hace a costa de los votantes del PP. Sin identidad y manejando un discurso asentado en los peligros de una izquierda que busca romper la unidad de España se enroca en la Europa de la Troika, las grandes trasnacionales, al resguardo de la OTAN y el liderazgo de Estados Unidos. Vox, el invitado no de-seado, es una excrecencia de la derecha cuyo futuro está condicionado por rehacer la casa común de los conservadores.

Su voto es un voto prestado. En el medio plazo, su presencia aboca a la derecha a encontrar un punto de encuentro si quiere recuperar el gobierno de España. La reunificación de nacional-católicos, neofranquistas, liberales, conservadores es la tarea. La patronal y el IBEX 35, las empresas más importantes que cotizan en bolsa, lo saben y en ello pondrán todo el empeño a medio plazo. Por el momento les queda confiar en el PSOE y desde luego no dudan en hacerlo. Si pueden presionarán para lograr acuerdos entre Ciudadanos y PSOE en el medio plazo, lo harán. Hoy, este camino está clausurado, y no es precisamente por Pedro Sánchez, el gran triunfador de estas elecciones. Muchos de los barones socialistas, entre otros, el sempiterno Felipe González, ven con buenos ojos un pacto entre Rivera y Sánchez.

Estas elecciones dan como claro ganador al PSOE con 123 diputados. Sin mucho en su haber, salvo ganar una moción de censura, Pedro Sánchez refrenda su liderazgo al interior del partido y sale fortalecido de cara a las posibles alianzas. Sin duda, buscará gobernar en solitario, apoyándose en los resultados de sus socios naturales. Unidas Podemos tiene 42 escaños, seis el PNV, cuatro Bildu y uno Compromís. La suma le otorga mayoría absoluta, 176 votos. En otras palabras, no requiere de Ezquerra Republicana de Cataluña y sus 15 diputados o los siete de JxCat. Quienes proclamaron la vía unilateral de la independencia de Cataluña pierden fuelle en una negociación con el PSOE. Circunstancia que tiene como efecto dejar sin argumentos a las tres derechas en cuanto a la deriva independentista del PSOE. En contrapartida desempolvarán el discurso antiETA.

En cualquier caso, salvo catástrofe, el PSOE tiene asegurada la investidura. En el peor de los escenarios se puede recurrir a la abstención de algunos de sus socios y obtener mayoría simple sin demasiadas concesiones. El problema no está en los pactos. Los partidos mencionados han señalado su apoyo a Pedro Sánchez. Pero Unidas Podemos plantea la entrada en el consejo de ministros. Es decir, formar parte del gobierno y de esa manera revertir su derrota en las urnas, donde ha perdido millón y medio de votos y 29 diputados.

Pablo Iglesias no piensa en la dimisión a pesar de sus resultados. De hecho, Iglesias, en su comparecencia, pone sus 42 diputados a disposición de Sánchez para formar gobierno. Ahí está el escollo que debe salvar el PSOE. Unidas Podemos y sus deseos de negociar ministerios a cambio de sus votos para hacer presidente de gobierno a Pedro Sánchez. No hablamos de programa, sólo poder. Un relato que puede terminar en una legislatura bronca. Las ansias de Pablo Iglesias de participar de los secretos del consejo de ministros ponen a prueba las opciones de un gobierno de PSOE. ¿Gobernará el PSOE con Unidas Podemos? La respuesta no está clara.

*Académico, sociólogo, analista político y ensayista chileno-español