Siria y Venezuela: paralelismos que engañan

Leopoldo Puchi

La cultura política, los problemas del funcionamiento de su sistema político y la visión del mundo en Venezuela son distintos a los de Siria

Interpretar el derrocamiento de Bashar al-Ásad como un hecho aislado y sin implicaciones para América Latina es una visión simplista. En un mundo tan interconectado estos eventos tienen el potencial de generar impactos mucho más allá de las fronteras de su región.

Asimismo, equiparar las dinámicas políticas de Siria con las de Venezuela es más que un error de análisis. Aunque ambas situaciones comparten intervenciones externas y tensiones internas, los contextos históricos, las divisiones étnicas y religiosas, las estructuras sociales y hasta la realidad geopolítica son distintas. Forzar similitudes entre estos escenarios conduce a interpretaciones equivocadas.
A la hora de abordar desde Venezuela los recientes acontecimientos en Siria, habría que evaluar al menos tres aspectos de importancia que emergen de la situación creada. Primero, la especificidad de cada escenario. Segundo, el impacto que estos sucesos tienen sobre el proceso de reordenamiento multipolar internacional. Y tercero, los posibles efectos que este cambio puede tener sobre la política venezolana.
Autoritarismo
Biden: ni sí, ni no, ni blanco ni negroSiria está ubicada en una región del mundo donde la mayoría de sus gobiernos son de carácter autoritario, muy distintos de las democracias liberales. Siria no ha sido una excepción. Aunque las libertades y la vida democrática es un punto de interés, los factores que han impulsado los cambios políticos tienen más que ver con luchas entre facciones, enfrentamientos étnicos y religiosos. Pero, sobre todo, tiene un inmenso peso la multiplicidad de intereses geopolíticos en juego, que involucran no solo a potencias internacionales sino a otras de carácter regional. Petróleo, rutas estratégicas, puertos, acceso a los mares están en el medio de las disputas.
En Occidente, lo que se celebra respecto a Siria no es el establecimiento de un gobierno democrático, un ideal que los insurgentes están muy lejos de representar, sino la derrota de adversarios geopolíticos. La estrategia se ha dirigido a la fragmentación o debilitamiento de Estados importantes con el fin de crear entidades demasiado débiles, no democráticas y disfuncionales, sin posibilidades de ser contrapesos efectivos.
Estados como Irak, Libia y ahora Siria han sido desmantelados en sus estructuras nacionales. Aunque estas regiones caigan bajo el control de extremistas, la situación generada permite que sean más manejables.
Multipolaridad
La caída de Siria afecta el proceso de consolidación de un esquema mundial multipolar, ya que impacta a tres países protagonistas. Rusia, que había logrado afianzar su presencia en la región, enfrenta las limitaciones impuestas por la prolongada intervención en Ucrania, lo que restringe su capacidad de operar eficazmente fuera de su esfera de influencia tradicional.El saliente 2022 fue el primer año de multipolaridad desarrollada - Pia Global
Para China, este desenlace representa un revés para la Iniciativa de la Franja y la Ruta, ya que las inversiones en la región podrían sufrir pérdidas. Sin embargo, analistas como el profesor Wang Xiangsui ven en esta crisis una oportunidad para redirigir los planes de Beijing. Por su parte, Irán pierde un aliado fundamental, ve interrumpido el corredor de suministro hacia Hezbolá en el Líbano y el acceso al mar Mediterráneo.
Venezuela
La cultura política, los problemas del funcionamiento de su sistema político y la visión del mundo en Venezuela son distintos a los de Siria. No existen territorios ocupados ni ejércitos militares enfrentados durante años. En lo que sí puede encontrarse un parentesco es en la dimensión geopolítica: el interés por debilitar al Estado venezolano, incluso fracturarlo, y en las sanciones.
Ese interés se debe, en parte, a que las riquezas petroleras de Venezuela le otorgan un potencial para convertirse en un polo regional independiente, lo que Washington percibe como una amenaza extraordinaria e inusual. En este contexto, cualquier retroceso en el proceso de creación de un orden multipolar repercute negativamente en Venezuela, ya que incide en sus aspiraciones geopolíticas y en su estabilidad interna.
Venganza
Otra consecuencia negativa para Venezuela es la creación de expectativas de que los acontecimientos puedan replicarse de manera similar: los vencedores tomando las calles, represalias, persecuciones y un desbordamiento de actos vengativos. Si bien las fantasías de venganza no siempre se traducen en acciones futuras, su carga sicológica influye en la cotidianidad de las relaciones interpersonales, genera temores y dificulta la disposición al diálogo y la negociación política.