La OMC en un contexto mundial de incertidumbre económica y geopolítica
Eduardo Camin
En una reunión del Consejo General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) llevada a cabo el pasado 22 de mayo, los Miembros de la (OMC) se manifestaron deseosos de culminar la labor inacabada que quedó pendiente tras la Decimotercera Conferencia Ministerial (CM13) de la Organización, celebrada en Abu Dabi a principios de este año.
Como dato histórico señalaremos que, apenas comenzada la Conferencia, los ministros aprobaron formalmente las condiciones de adhesión a la OMC de las Comoras y Timor Oriental, los primeros nuevos miembros en casi ocho años.
En su calidad de Presidenta del Comité de Negociaciones Comerciales de la OMC, la DG Okonjo-Iweala dijo que las consultas que había celebrado con Miembros y grupos de Miembros desde la última reunión del Consejo General, celebrada en marzo, para conocer sus opiniones sobre el avance después de la CM13 demostraban un «espíritu constructivo», en el que todos estaban «deseosos de completar los asuntos pendientes de Abu Dhabi».
«Me ha alentado oír a los Miembros expresar su determinación de encontrar vías que nos permitan hacer todo lo posible aquí en Ginebra, en lugar de esperar a que las reuniones ministeriales den resultados», dijo. »Prácticamente todos los grupos apoyaron la idea de obtener el empoderamiento político necesario para que las cosas se terminen aquí en el Consejo General».
Como parte de los esfuerzos por avanzar en la labor en Ginebra, el Presidente del Consejo General, Embajador Petter Ølberg (Noruega), anunció que los días 8 y 9 de julio se celebraría un retiro de los Miembros para reflexionar sobre la forma en que se lleva a cabo la labor en Ginebra, la forma en que se pueden optimizar las Conferencias Ministeriales y la forma en que se puede llevar adelante la labor en curso en las diversas líneas de trabajo.
El objetivo es «garantizar que la OMC siga siendo una Organización con visión de futuro, consciente de las líneas de trabajo pendientes y largamente esperadas que requieren nuestra atención y el avance de los estancamientos de larga data», dijo.
Cuatro prioridades
La Directora General Okonjo-Iweala señalo en la reunión del Consejo General que en sus recientes consultas con los Miembros se habían planteado repetidamente cuatro prioridades de acción: las subvenciones a la pesca, la agricultura, la reforma del sistema de solución de diferencias y la facilitación de las inversiones para el desarrollo.
En cuanto a las subvenciones a la pesca, la Directora General Okonjo-Iweala señaló que los Miembros estaban «muy cerca» de concluir la «segunda oleada» de negociaciones sobre las subvenciones a la pesca en la CM13 y que «lamentamos mucho que no haya ocurrido».
«Ante esto, los miembros dijeron que debemos hacerlo lo antes posible. Por lo tanto, se trata de una prioridad absoluta, y vamos a tener que trabajar muy duro para completarla» antes de la pausa estival de la OMC, el objetivo indicado por muchos Miembros añadió.
La D.G. señaló que la ratificación del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca, acordado en la Duodécima Conferencia Ministerial celebrada en junio de 2022, está avanzando, y Qatar se ha convertido en el 76º Miembro en depositar su instrumento de aceptación. Se espera que en las próximas semanas se presenten otros diez instrumentos de aceptación, lo que aumenta las expectativas de que el Acuerdo entre en vigor este año.
En cuanto a la agricultura, es fundamental lograr un gran avance en este sector de importancia crítica, dijo la D.G. Alentó a los Miembros que tuvieran ideas sobre cómo salir del estancamiento a que las presentaran. Acogió con beneplácito el documento del Brasil sobre la manera de hacer avanzar las negociaciones sobre la agricultura y dijo que se sentía «alentada por la nueva voluntad de encontrar una vía para salir del estancamiento».
Por otra parte, Okonjo-Iweala dijo que la otra esfera en la que todos los Miembros desean seguir trabajando es la reforma del sistema de solución de diferencias, y añadió que estaba muy satisfecha de que la Embajadora Usha Dwarka-Canabady, de Mauricio, actuara como facilitadora de este proceso multilateral. «Tenemos que arreglar lo que hay que arreglar para que el mundo vuelva a considerar a la OMC como una organización plenamente operativa», declaró.
Otra prioridad mencionada repetidamente por los Miembros en las consultas fue el Acuerdo sobre Facilitación de las Inversiones para el Desarrollo y la forma de incorporarlo en el marco de la OMC. El Acuerdo cuenta ahora con 128 Miembros de la OMC como copatrocinadores, de los cuales 90 son economías en desarrollo.
Citando cifras de un organismo del Grupo Banco Mundial que muestran una fuerte disminución de los flujos de capital hacia las economías en desarrollo, la Directora General Okonjo-Iweala dijo que todos los instrumentos que pueden ayudar a las economías en desarrollo a atraer inversiones y generar empleo deben ser acogidos con beneplácito.
En cuanto a las cuestiones de desarrollo, la DG dijo que estaba satisfecha con los progresos realizados por los Miembros en favor de los países menos adelantados y otras economías en desarrollo en la CM13 y que los Miembros deberían aprovechar el impulso logrado. Señaló que los Miembros habían indicado en las consultas que les gustaría seguir trabajando en la propuesta de exclusión de los PMA y en las propuestas relativas a acuerdos específicos del grupo de economías en desarrollo y países menos adelantados del G-90.
La historia siempre nos precede
Queremos recordar que la Directora Genera afirmó en el 13er Congreso Mundial de Cámaras de Comercio, que el sistema multilateral de comercio funcionaba, pero que algunas partes debían reformarse, y subrayó el riesgo que suponía para la prosperidad mundial la fragmentación del comercio en bloques rivales y en aquel momento reiteró su llamamiento a la “reglobalización” más que a la desglobalización. Haciendo hincapié en que el sistema de solución de diferencias de la OMC aún debía corregirse para proporcionar la certidumbre que las empresas necesitaban.
Además, abogo por mantener la OMC apta para el propósito de la economía del siglo 21 que requiere actualizar el reglamento de la organización, particularmente en lo que respecta al comercio digital. Agregando que «el futuro del comercio son los servicios, es digital, es verde, y tiene que ser inclusivo»,
Pero en esta historia siempre hay un bemol, el aumento de las tensiones geopolíticas y las crisis constantes de los últimos años —la pandemia de Covid-19, la guerra en Ucrania, el genocidio de Israel en Palestina, las crisis climáticas y las consiguientes perturbaciones del comercio entre occidente y Asia — han suscitado interrogantes sobre si el sistema multilateral de comercio sigue funcionando.
El peso del lobby empresarial: interlocutores exigentes
Cuando la OMC fue fundada en 1995, los estados miembros del mundo desarrollado adaptaron por unanimidad todos los acuerdos de la OMC, para la puesta en funcionamiento de la profundización del capitalismo neoliberal.
Estos acuerdos tenían un objetivo en común: la rápida implantación mundial del gobierno corporativo en materia comercial - incluyeron el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y el Acuerdo sobre Agricultura (AsA), que en este tiempo se ha complementado con el Acuerdo de Acceso al Mercado No Agrícola (AMNA).
Pero rápidamente aquellos firmantes como estados miembros (países) fueron poco a poco hábilmente desplazados por las cámaras empresariales las cuales participan activamente en el sistema multilateral de comercio y en las actividades públicas de la OMC, siempre quejándose, pero desarrollando un férreo control.
Sin dudas es el mayor beneficiario de la existencia de normas y obligaciones comerciales transparentes y previsibles es el sector privado. Además, se hacen participes de una dialéctica que tiene una cierta lógica, sin las empresas no habría comercio y no existiría la OMC.
No obstante la OMC ha mejorado las cosas para las empresas; podemos citar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información que elimina los aranceles sobre el comercio por valor de casi 3 billones de dólares EE.UU., el Acuerdo sobre Contratación Pública que abre más de 1,7 billones de dólares, en contratos públicos anuales a la competencia de las empresas de los Miembros participantes, y el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio reduce la burocracia y hace que sea más barato y rápido mover mercancías a través de las fronteras.
Los deberes fomentados por el neoliberalismo
Cuando analizamos más cerca algunas de estas reflexiones, rápidamente un sin número de apologistas del capitalismo neoliberal nos salen al cruce, acusándonos de que nuestras posturas son obsoletas, como parte de un pasado que podría ser reconocido hoy como erróneo, peligroso, suicida, criminal y por supuesto comunista.
Pero trillones de dólares y euros sacados del bolsillo del contribuyente han sido derrochados para salvarle el cuello a los especuladores financieros del neoliberalismo global y para alimentar un sistema que habrá de colapsar necesariamente.
Nadie se atreve a plantearse estas preguntas, pero nadie puede escapar de ellas. El absurdo absoluto ha echado hondas raíces en nuestras vidas. Y no sólo hemos tomado el derrotero hacia la aniquilación del planeta; nos dirigimos a ella vertiginosamente.
Y la razón de todo esto no es otra cosa que la globalización del así llamado “neoliberalismo”. O acaso ¿existe una alternativa a la explotación de la Tierra? ¿existe una alternativa frente a la guerra?, ¿existe alguna alternativa a la destrucción del planeta?
Hoy por hoy, los derechos corporativos gozan de una protección superior a la otorgada a los derechos humanos. Incluso podríamos decir que “derechos humanos” se aplican tan sólo a las corporaciones. Personas que quieren hacer valer sus derechos ante los consorcios, siempre lo harán en vano: tan sólo las corporaciones poseen el poder para interponerle una demanda a todo aquel que ponga en peligro sus intereses. La misma OMC se ha dado en demostrar cómo prevalecer —con la ayuda de estos medios– sobre cualquier resistencia.
En realidad, el controvertido, “Mecanismo de Solución de Diferencias” es su deber esencial una especie de tribunal internacional que permite la puesta en ejecución de sus acuerdos y resoluciones, incluso mediante severas sanciones, especialmente financieras.
El neoliberalismo es una premeditada traición de los intereses de la mayoría de los habitantes de este planeta. Justifica robos y saqueos por doquier. Paradójicamente, – aunque la retórica ginebrina nos encandile con las luces del progreso-, la OMC y sus acuerdos estén anclados al derecho internacional, y nada los detiene a la hora de saquear a los pueblos que precisamente deberían estar protegidos por estas leyes.
Cualquier violación de los acuerdos de la OMC es considerada pues como contravención a una ley que se mantiene por encima de cualquier tipo de regulación, sea nacional o regional. En todo caso, esta organización pasa velozmente por encima del globo entero como un tsunami, arrasando con todo aquello que prometa una forma de ganancia: la humanidad no es más que una masa errante en las entrañas del capitalismo neoliberal. Pero debemos ser conscientes que el neoliberalismo no se toma ninguna molestia con ideologías o debates serios, la falsa ilusión o simplemente la mentira alcanzan.
*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas en Ginebra. Analista Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)