En Argentina comenzó el baile: largó la carrera electoral

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JUAN GUAHÁN| Esta semana se produjeron en Argentina varios hechos significativos que indican que se largó con todo la carrera electoral. El lunes se promulgó la Ley sobre elección del Consejo de la Magistratura, le siguieron una catarata de reclamos judiciales. El jueves la Presidenta expresó su molestia con algunos que “miran para el costado” e introdujo modificaciones en su gabinete. 

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Siguiendo una lógica automovilística podemos decir que se “bajó la bandera” y ¡largaron!, aunque en este caso estemos hablando de la cuestión electoral.

Tal como se esperaba, el Ejecutivo esperó hasta último momento para promulgar la ley que introdujo reformas en la integración y elección de los miembros del Consejo de la Magistratura. Esa demora estaba guiada por la lógica de dejar el menor tiempo posible a las impugnaciones legales que seguramente –tal como ya está ocurriendo- se le formularían. Efectivamente ahora está en varios juzgados el reclamo planteando la inconstitucionalidad de dicha norma. Ya comienzan a aparecer los fallos por las medidas cautelares. Seguramente habrá resoluciones contrapuestos y la decisión final quedará radicada en la Suprema Corte de Justicia, que solo podría resolverlo -en los temas fondo y en los cortos plazos electorales- si se aboca vía per saltum.

Lo cierto es que dentro de diez días tienen que estar presentados los frentes electorales y en veinte días los nombres de quienes competirán en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del mes de agosto. El oficialismo ya sabe, aunque no lo diga, el Frente que constituirá y tiene en carpeta los nombres de quienes bregaran por ingresar a dicho Consejo de la Magistratura. Aunque no todo esté definido es muy claro y rotundo el lugar y las personas que lo definirán.

Eso se hará en Olivos, lo decidirá la Presidenta, la ayudarán en la Mesa Chica, Carlos Zanini y su hijo Máximo, quien -días pasados- adelantó una opinión que merece ser tenido en cuenta en el sentido que: “El que quiera estar dentro de las listas, tiene que estar dentro de La Cámpora” (agrupación juvenil que él dirige). Allí, en ese reducido cónclave, se decidirán los caminos a seguir de acuerdo a la evolución de las medidas judiciales y las respuestas de la oposición. Con la gigantesca ventaja de una decisión fuertemente centralizada y con un alto nivel de consenso interno.

La oposición, en cambio, tendrá que consensuar entre diferentes fuerzas políticas cómo avanzar ante las variaciones en la coyuntura. Con la marcada dificultad de alcanzar síntesis entre estrategias diferenciadas. No todos acuerdan en presentar una lista común (para la sección de la boleta nacional reservada a la elección de integrantes del Consejo de la Magistratura), para el supuesto que la justicia avale la norma cuestionada. Más aún hay sectores que manifiestan que correspondería abstenerse de participar para no legitimar esa elección. A estos problemas hay que agregarle las dudas sobre los nombres que deberían integrar esa Lista.

 La molestia de la Presidenta y los cambios en el gabinete

Pero el día clave de la semana política fue el jueves. En esa jornada la Presidenta protagonizó en pocas horas dos hechos llamativos que no pueden pasar desapercibidos.

Durante la tarde realizó un acto político en el Municipio de Lomas de Zamora. arg min de defensa y segAllí gobierna Martín Insaurralde, un dirigente que cobró fama por dos hechos: El haber superado un cáncer y por haberse publicitado en los programas de Marcelo Tinelli como “novio” de Florencia Peña, una de las estrellas de los programas de aquel famoso conductor. En ese acto, la Presidenta -luciendo una cierta molestia- dejó caer varias frases poco usuales.

El sentido de las mismas obliga a recordar lo que se conoció como “la traición de 2009”, cuando varios intendentes del Gran Buenos Aires, –más allá de sus palabras- volcaron su apoyó a Francisco de Narváez provocando la derrota de Néstor Kirchner. Ahora la Presidenta, desde una tribuna en ese mismo conurbano, llamó la atención de quienes “se borran y no ponen la cara”. Su advertencia fue aún más lejos manifestando su desagrado ante aquellos que eran protegidos por los grandes medios de prensa. Todo ello en obvia referencia a Daniel Scioli y Sergio Massa, aunque la crítica seguramente no se limitara solamente a ellos.

Pocas horas después el vocero presidencial dio a publicidad cambios en el gabinete de ministros. Dichos cambios, más que modificaciones políticas, apuntan a reacomodamiento con vistas a las próximas elecciones. Ellos revelan y profundizan el total control de la Presidenta sobre el elenco de sus ministros y la necesidad de ajustar piezas en vista a las futuras contiendas. La designación de Agustín Rossi al frente del Ministerio de Defensa constituye una forma de pagarle la lealtad demostrada a la Presidenta y abrir la posibilidad de otras candidaturas en Santa Fe, que le den mayor fuerza electoral al oficialismo, esta es la principal clave para entender esas medidas.

El desplazamiento de Arturo Puricelli del Ministerio de Defensa al de Seguridad, es un cambio de fichas que en nada modifica el peso real que tiene Sergio Berni como conductor real de las mencionadas políticas y que el nuevo Ministro, débil por variadas denuncias, no cuestionará. Finalmente la salida de Nilda Garré del gabinete con destino a la embajada en la OEA es una forma de mantenerla vinculada a la actual administración pero alejada de una función donde su desgaste y confrontación con Berni era creciente.

Aquel discurso y estos cambios muestran de qué modo el proceso electoral guía éstas y otras modificaciones y definiciones que -muy posiblemente sobrevendrán- a nivel nacional o en diferentes jurisdicciones para contribuir a una mejor performance electoral del oficialismo.