Sin el bosque, no imaginas la función del hacha

 

Laura Antillano y Juan Calzadilla|

Quien manda a incendiar toneladas de alimentos destinados a su distribución para grandes sectores de población, es porque come de otra parte (¿mercados de lujo o importación personalizada?).

Quien hace incendiar autobuses y unidades del transporte público o coloca bombas explosivas en el metro es porque no necesita personalmente ese servicio y no le importa que desaparezca.

La guerra, además de ser un bonito negocio,/es parte de un gran juego en donde solo/los que son enviados a combatir en ella/llevan las de perder.” (Si se anunciara desde una sala de juego).

Quien hace fuego de ambulancias públicas es porque no las necesita, ni sus allegados tampoco, (entonces cuenta con servicios médicos especiales, no accesibles a otros sectores).

“Hay diálogos para los cuales está de más decir/ que no es preciso hacer uso de las palabras.” (Diálogos).

Quien hace cerrar las calles bloquea posibilidades de comunicación interceptando las vías a la hora y día en que se les ocurre, impidiendo la libre circulación de la ciudadanía, es porque no tiene deberes cotidianos, nada le atañe, (lo tiene todo resuelto) y se siente con derecho a limitar a los demás según su propio albedrío.

“Sólo la carretera no está en llamas./luce en medio del incendio limpia de culpa./Desde ella como desde un mirador,/de lado y lado, a mi pobre y amado país se contempla.” (Patria mía del humo).

Quien ubica niños y adolescentes al frente de las manifestaciones violentas, sometiéndoles a peligro inminente, dotándoles de recursos para ejercer la violencia y ser blanco de sus propias acciones, entonces no respeta la Humanidad, desconoce la importancia de la reproducción, del nacimiento de generaciones de relevo, de la noción de protección y veneración intrínseca a la envestidura de padre y madre.

“Ni la bala perdida cuando da en el blanco/ para desgracia nuestra está perdida.” (Bala perdida).

Quien cuenta a los fallecidos en los acontecimientos de calle durante los actos vandálicos, como números o fichas que contribuirían a atraer la atención desde otras fronteras, y no como personas, con vida o historia, con vínculos familiares, ciudadanos, vecinales, con proyectos, sentimientos y como miembros de una gran comunidad, no tiene interés en esto que somos como Venezuela.

“Sin pérdida de tiempo, pronto,/borremos de la ciudad esta mala impresión/con la prisa que se pone/en sacudir los restos del mantel/.” (Pavimiento con nuevo comensal).

Quien actúa en la búsqueda de tomar el poder desconociendo la ley y las organizaciones establecidas históricamente para el ordenamiento de la comunidad, es porque se siente incapaz de acceder al poder a través de la legalidad.

“… sostienen que la poesía está en las palabras./La mayoría, sin embargo, piensa, ay, que /no está en ninguna parte” (¿Dónde está la poesía?).