Israel suma fracasos en Líbano y busca una salida a la guerra de desgaste

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Maxime Doucrot

En los últimos días, el ejército israelí ha sufrido en pocos días en el sur del Líbano decenas de muertes y centenares de heridos, un escenario mucho peor en proporción que el de su ocupación del sur del Líbano entre 1982 y 2000, mientras su liderazgo se enfrenta al desafío de formular una nueva estrategia, a fin de evitar hundirse en una larga guerra de desgaste que Israel y su debilitada economía no podrían soportar.

El escenario se mueve dentro de un conjunto de variables esperables a nivel regional como la tensión entre Irán e Israel y sus consecuencias, y también a nivel internacional, marcadas por la inminente elección presidencial estadounidenses y sus resultados, que diseñarán  los caminos políticos y de terreno a la luz de esas dos variables.

Lo que queda en evidencia es que el problema central que debe enfrentar Israel no es la organización para la Liberación Palestina (OLP), Hezbollá o Hamas: es la ocupación. Israel podrá matar más y más líderes, como es su práctica desde hace décadas, pero hasta que no se retire de los territorios que ocupa desde 1967 en Cisjordania y Gaza no habrá posibilidad de ponerle fin al espiral de violencia. El único plan que tiene Israel es de continuar con la ocupación, basado en que esos territorios le pertenecen por mandato bíblico.

Israel busca una estrategia de salida tras el fracaso de sus objetivos en el Líbano. Un interrogante que se plantean los israelíes es que ocurrirá con las decenas de miles de combatientes extranjeros, principalmente de Iraq, Yemen y otros países, que han llegado a la región para unirse a los combatientes de Hezbolá.

En el caso de que se produzca un flujo de combatientes extranjeros, la posición israelí quedaría mucho más expuesta al enfrentarse a una guerra sin fin contra un cantidad prácticamente inagotable de luchadores de la resistencia de numerosos países.

Yahya Sinwar en un discurso durante el Ramadán en Gaza, en 2022 El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó que el asesinato de Yahya Sinwar, dirigente de Hamas, representa “un buen día para Israel, para Estados Unidos y para el mundo entero”, luego de compararla con el sentir de los estadounidenses tras la ejecución del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en 2011.

Mientras, la misión de Irán ante la Organización de Naciones Unidas expresó que cuando los musulmanes admiren al mártir Yahya Sinwar de pie en el campo de batalla, con uniforme de combate y al aire libre, no en un escondite, enfrentándose al enemigo, el espíritu de resistencia se fortalecerá, Mientras existan la ocupación y la agresión, la resistencia perdurará, porque el mártir sigue vivo y es una fuente de inspiración, añadió.

Los analistas europeos alertan que el actual escenario no solo no logrará ningún resultado positivo adicional para Israel, sino que también se convertirá en una fuente de presión sobre el estamento de toma de decisiones políticas y de seguridad y conducirá a una marcada división dentro de la opinión pública israelí.

Israel no logró destruir las capacidades militares de Hezbolá, desmantelar su sistema de mando y control o debilitar su desempeño operativo. Los acontecimientos muestran que el partido ha logrado contener el choque, recuperar la iniciativa operativa militar y pasar a imponer equilibrios con respuestas que se extienden profundamente al interior de los territorios ocupados por Israel.

Históricamente, Israel trató de convertir al Líbano en un estado satélite alentando a los círculos de oposición a la Cuánto apoyo realmente tiene Hezbollah en Líbano - LA NACIONresistencia para evitar que furea un obstáculo a sus planes de hegemonía regional, y considera que cualquier autoridad política que no acepte sus demandas, no esté dispuesta a implementarlas y no trabaje para aislar a la resistencia y su base social es una amenaza para el régimen israelí

Pero Hezbolá no solo cuenta con el sólido apoyo de la comunidad chií del Líbano (más de un tercio del país) sino también de numerosos cristianos y musulmanes suníes, lo que explica la firmeza continua de la resistencia, que tiene una amplia base social que no puede ignorarse en ningún arreglo político.

Israel fue sorprendida por su fracaso cuando Hezbolá volvió a bombardear su frente interno con salvas de misiles en una proporción mucho mayor que anteriormente y sus intentos militares resultaron infructuosos. Las ciudades israelíes de Haifa y Tel Aviv ya han sido atacadas con misiles y drones y esta situación continuará e incluso se mantendrá.

El resultado es que el primer ministro Benjamín Netanyahu no solo no ha podido “traer de vuelta” a los colonos del norte, sino que el número de los desplazados se ha incrementado al ritmo que Hezbolá fue atacando los asentamientos con una mayor intensidad y expandiendo los objetivos de sus ataques.

Israel tampoco ha podido cumplir su objetivo de “eliminar a Hamas” o mucho menos a Hezbolá. Después de un año entero de guerra está claro que continuar sus ataques no conducirá al resultado que busca. El vicesecretario general de Hezbolá, Naim Qassem, dejó en claro que no habrá negociaciones bajo el fuego y que el frente de Gaza no puede separarse del frente libanés.

Otro interrogante que se plantean los israelíes es que ocurrirá con las decenas de miles de combatientes extranjeros, principalmente de Iraq, Yemen y otros países, que han llegado a la región para unirse a los combatientes de Hezbolá. En el caso de que se produzca un flujo de combatientes extranjeros, la posición israelí quedaría mucho más expuesta al enfrentarse a una guerra sin fin contra una cantidad prácticamente inagotable de luchadores de la resistencia de numerosos países.

La resistencia islámica

La Resistencia Islámica ha seguido haciendo frente a la agresión israelí contra el Líbano, infligiendo graves pérdidas al ejército enemigo en términos de personal y equipo, a lo largo de las líneas del frente en el sur del Líbano, que se extienden hasta sus posiciones en el interior de la Palestina ocupada.

Desde el comienzo de las operaciones terrestres cerca de la frontera entre Líbano y Palestina, Israel ha desplegado cinco divisiones militares integradas por más de 70.000 oficiales y soldados, junto con cientos de tanques y vehículos militares. En cambio, cientos de combatientes de la Resistencia Islámica han estado totalmente preparados para contrarrestar cualquier incursión terrestre israelí en las aldeas del sur del Líbano.Qué es la Resistencia Islámica en Irak, el grupo que se atribuyó los ataques con drones en Jordania - LA NACION

El comunicado explica que a principios de esta semana se produjo una escalada de los heroicos enfrentamientos entre los combatientes de la Resistencia Islámica y los oficiales y soldados del enemigo “israelí”, que avanzaban por varias rutas en los sectores oriental y occidental hacia las aldeas de Al-Odaisseh, Rab El Thalathin, Blida, Markaba, Al-Qawzah, Aita al-Shaab y Ramya, bajo una intensa cobertura de artillería y aérea que apuntaba a las aldeas mencionadas y sus alrededores.

Añade que la fuerza de cohetes de la Resistencia Islámica sigue aumentando día a día, apuntando a concentraciones del enemigo israelí en instalaciones militares y cuarteles a lo largo de la frontera entre Líbano y Palestina, así como a asentamientos y ciudades en el norte, llegando a sus bases militares en lo profundo de la Palestina ocupada, utilizando varios tipos de misiles, incluidos los de precisión que se están desplegando por primera vez.

Mientras, la fuerza aérea de la Resistencia Islámica sigue atacando bases militares enemigas desde la frontera entre Líbano y Palestina hasta el interior de la Palestina ocupada, utilizando varios tipos de drones de ataque, incluidos algunos avanzados que se utilizan por primera vez. Los cazas han enfrentado con éxito a aviones militares israelíes que violan el espacio aéreo libanés, tanto en misiones de reconocimiento como de combate. Lograron derribar dos aviones de reconocimiento del tipo “Hermes 450”.

*Analista  francesa, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)