¿20 países en busca de soluciones diplomáticas?/ ¿Está Venezuela en riesgo de una intervención internacional?

Veinte de los 34 estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) se comprometieron el martes 28 de marzo a definir pasos concretos que contribuyan a identificar soluciones diplomáticas a la crisis política venezolana, al lo que el mandatario de la república bolivariana, Nicolás Maduro, replicó con la acusación al gobierno de Enrique Peña Nieto de ser la punta de lanza de la agresión y el intervencionismo contra Venezuela en el organismo hemisférico.

Jennifer May Loten, embajadora canadiense, leyó una declaración en nombre de 20 países –a los que no identificó– durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA.
Acto seguido, Luis Alfonso de Alba Góngora, embajador mexicano, dijo que su país es uno de los que suscribieron la declaración y señaló que durante los próximos días todos los estados miembros trabajaremos en lo que deberá ser el curso de acción en el seno de la OEA.

Samuel Moncada, viceministro venezolano para América del Norte, calificó la reunión de acto hostil, por considerar que un debate sin su autorización equivale a una violación a la soberanía de su país. Se ha consumado un acto de intervención en Venezuela sin que le hayamos dado ninguna autorización para intervenir en nuestros asuntos, sostuvo. Esta es una absoluta violación al derecho internacional.

Venezuela necesita tanto un grupo de la OEA como México necesita un muro, agregó Moncada en la reunión, provocando el reclamo del representante de México.

En un discurso transmitido por televisión minutos más tarde, el presidente Nicolás Maduro acusó al gobierno de Enrique Peña Nieto de ser la punta de lanza de la agresión y el intervencionismo contra Venezuela en la OEA.

¿Tiene sentido la existencia de la OEA? ¿Tiene sentido la permanencia en la OEA? Abro un debate nacional e internacional sobre la utilidad y la pertinencia de la Organización de Estados Americanos en rechazo a la agresión que se pretende y la permanencia de los estados, entre ellos Venezuela, en esa organización, dijo Maduro en un consejo de ministros.

Michael Fitzpatrick, subsecretario estadunidense de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, enumeró –sin mostrar preferencia por alguna– propuestas presentadas por varios países, las cuales incluyen crear un grupo de territorios amigos, enviar una delegación a la nación sudamericana para dialogar directamente con actores políticos e invitar a los tres ex presidentes que mediaron el diálogo infructuoso celebrado el año pasado con la mediación del Vaticano.

Creemos que una participación más intensa de la OEA es apropiada. Para que ello ocurra, será esencial que Venezuela acepte la mano extendida por la OEA, señaló.

La sesión adquirió un tono agrio hacia el final, cuando varios embajadores advirtieron que abandonarían la sala en señal de protesta después de que Moncada calificó de golpista al gobierno del presidente brasileño Michel Temer y dijo que si Colombia nos quiere ayudar, que pare la producción de cocaína.

La representante peruana, Ana Rosa Valdivieso, se retiró de la sala minutos después de haber advertido que lo haría si el viceministro venezolano mantenía el tono de su intervención.

El Consejo Permanente de la organización celebró una sesión extraordinaria pese a la rotunda renuencia de la delegación venezolana, que forzó a un voto para decidir si se aprobaba la agenda del encuentro. La celebración de la reunión extraordinaria recibió 20 votos en favor y 11 en contra, salvando cómodamente la cantidad mínima de 18 votos para proseguir.

La OEA convocó a la sesión extraordinaria apenas horas después de que 14 de sus estados miembros llamaron el jueves a Venezuela a liberar a los políticos presos, convocar a elecciones, que han sido postergadas indefinidamente desde año pasado, y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional en una inédita posición conjunta en torno a la crisis del país sudamericano.

Esa declaración fue apoyada por el secretario general, Luis Almagro, quien hace dos semanas sugirió aplicar la Carta Democrática al país petrolero y suspenderlo de la OEA si no realiza elecciones generales en breve. Sin embargo, la mayoría de los países del organismo regional dijeron que la suspensión de esa nación debería ser la última opción.

Los 34 estados miembros que participan activamente en la OEA anularon en 2009 la suspensión impuesta a Cuba, pero la isla comunista ha enfocado sus intereses en otros organismos, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en la que no participa Estados Unidos.

El mecanismo hemisférico celebró la sesión mientras miles de seguidores del oficialismo venezolano marcharon en Caracas en rechazo a las posibles sanciones que podría aplicar la OEA al gobierno de Maduro.

También en Caracas, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló la decisión de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, de activar la Carta Democrática Interamericana de la OEA, y abrió el camino para posibles enjuiciamientos de los diputados al imponer límites a la inmunidad parlamentaria, al establecer que esa garantía constitucional no funcionará en los casos de delitos constitucionales y delitos penales flagrantes.

¿Está Venezuela en riesgo de una intervención internacional?

Nazareth Balbás | 

El ambiente en Washington es de incertidumbre. Aún a la medianoche del lunes no había agenda de sesión, pero los rumores sólo han alimentado las especulaciones.

“Es difícil saber lo que ocurrirá. Mucho show”, dice una fuente diplomática venezolana consultada por RT. La sesión de este martes tendrá como único tema “la situación en la República Bolivariana de Venezuela” y fue convocada por las delegaciones de Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía y Uruguay. Caracas considera “espuria” la reunión porque se celebrará sin el consentimiento del gobierno bolivariano.

Este encuentro es un episodio más del amargo historial de Venezuela en la OEA, desde la llegada del chavismo al gobierno. Sin embargo, la estadía del uruguayo Luis Almagro en la secretaría general de la organización ha contribuido a agriar el clima con Caracas de manera que, por segunda vez en menos de doce meses, el funcionario intenta propiciar la aplicación de la Carta Democrática contra la nación caribeña. ¿Qué tan cerca está de lograrlo?

Cuentas que no dan

Para el internacionalista Jean Paul Mertz, lo que más apremia a las delegaciones son las cuentas: “EE.UU. aún no consigue los 24 votos para suspender a Venezuela e incluso le está costando conseguir los 18 necesarios para asegurar la mayoría”.

Pero para que haya una suspensión, Washington debe lograr 24 votos a favor de excluir a Caracas del sistema interamericano, una situación que podría poner en aprietos políticos y económicos al ya complicado panorama del país petrolero. De fallar en ese primer escenario, advierte Mertz, “se puede aprobar un documento condenatorio por mayoría simple que ayudaría a crear un ‘expediente base’ para incrementar sanciones unilaterales”.

Expediente viejo

“La sesión del martes no puede verse como un hecho aislado, es en realidad parte de una hoja de ruta que se ha reactivado desde hace dos semanas con la resolución del Congreso norteamericano que recomendó al presidente Donald Trump increpar a Almagro para que actuara contra Venezuela”, detalla la fuente diplomática.

El viernes pasado, el canciller de México, Luis Videgaray, confirmó que un grupo de 14 países impulsaba un documento para “presionar” a Venezuela con un puñado de “exigencias” a su poder público, las mismas que horas antes había esgrimido el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.

Esa “consonancia” no pasó por alto. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, denunció entonces que México actuaba bajo la expresa instrucción de Washington: “(Videgaray) agrede a Venezuela para congraciarse con sus dueños imperiales”. Sin embargo, el contubernio de 14 países no alcanza para asegurar que haya una acción contundente este martes.

Las alianzas regionales constituidas desde hace casi dos décadas por la diplomacia bolivariana juegan a favor de Venezuela para restarle, al menos, 11 votos al grupo de países que quieren “presionar” una intervención y así impedir que se concrete una expulsión. En el tablero, el Caribe juega una posición clave. Y EE.UU. lo sabe.

Tenaza en el Caribe

“Con ese grupo de los 14 países, ellos tuvieron un retroceso”, revela la fuente venezolana en Washington, tras detallar que desde hace meses había un grupo de 15 naciones en la OEA que prácticamente “preaprobaba” todas las acciones contra Venezuela. Esta vez, Belice se abstuvo de respaldar el comunicado.

La naciones caribeñas, por su parte, han actuado en bloque a favor de la institucionalidad en la OEA, violentada por Almagro al participar activamente en una campaña contra Venezuela, llamar “dictadorzuelo” al presidente Nicolás Maduro, usar su posición de funcionario para actuar de manera parcializada por la oposición venezolana y redactar un informe sobre la situación política del país que no fue solicitado, que no tuvo ningún efecto y que se archivó el año pasado.

Eso favorece a Venezuela, que el lunes convocó a una sesión extraordinaria para denunciar la actuación fuera de ley de Almagro y el carácter írrito de la convocatoria de este mates, porque no contó con el aval del país sobre el cual se debatirá. Pero también constituye una tenaza para la región caribeña, en la medida que EE.UU. presiona para que adopten una postura en favor de sus intereses.

El lunes, el senador republicano Marco Rubio jugó en posición adelantada al amenazar a países como Haití y República Dominicana de aplicarles “recortes masivos” a las ayudas por no respaldar la intervención contra Venezuela.

El desorden

Lo evidente, para la diplomacia venezolana, es que hay un “desorden” producto del reacomodo de la política exterior norteamericana desde la reciente llegada de Trump a la presidencia. Ese caos ha favorecido el despunte de figuras como Rubio, quien ha tomado la batuta en la agenda sobre América Latina.

“Los grupos más radicales han tratado de ganar espacios en temas que Trump nunca tuvo en cuenta, como es el caso de Venezuela. La estrategia que han usado es vincularla con cosas que fueran llamativas para él, como las falsas vinculaciones con el terrorismo y en narcotráfico. Es bastante torpe”, sostiene la fuente diplomática consultada por RT, tras enfatizar que ahora “los ataques ahora no se instrumentan desde el Departamento de Estado, sino desde el Congreso y con la derecha más radical”.

“Eso responde también a la pérdida de poder del Departamento de Estado, que ya ha sido desplazado abiertamente por el Pentágono”, agrega.

La implosión

“Más que militar, la intervención sería económica”, sostiene Mertz.

El complicado panorama económico que vive Venezuela, producto de la caída de los precios del petróleo, podría agravarse en caso de que se le expulse de la OEA o se apruebe un documento, de menor tenor, que abra la ruta para la aplicación de las conocidas sanciones unilaterales norteamericanas o condenas de la comunidad internacional.

La asfixia económica, a la que ya está sometida venezuela, sumada a la presión internacional sólo necesita de un “chispazo” social para que ocurra una combustión. La delegación venezolana lo tiene claro: “por eso es que hubo eventos en los recientes días como los de la gasolina y las panaderías, promovidos por la oposición. Están buscando que haya una pequeña implosión para justificar que en nuestro país haya una democracia tutelada”.

¿Y eso será posible este martes? La vocería de Caracas responde: “Ellos no cuentan con toda nuestra fortaleza, astucia y la dignidad de muchos países que han frustrado los repetidos intentos de aislar a Venezuela. Tienen casi 20 años intentándolo”.