27 años de prisión para el golpista Jair Bolsonaro

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Juraima Almeida

 

Por primera vez en la historia, un tribunal ha condenado por golpe de Estado a un expresidente y a militares de alta graduación: el ultraderechista Jair Bolsonaro, capitán retirado del Ejército, de 70 años y expresidente de Brasil, fue condenado a una pena de 27 años por liderar una conspiración golpista para no entregar el poder a su rival, Luiz Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones en 2022.

Seguidores de Jair Bolsonaro en el Congreso Nacional de Brasil en Brasilia, el 8 de enero de 2023.
Intento de golpe en Brasilia, el 8 de enero de 2023.

Ni él ni los otros acusados de la conspiración (tres generales, un almirante, un teniente coronel y dos civiles) han acudido a la sala. Todos ellos han sido condenados. El anterior presidente (2019-2022), en prisión domiciliaria, lo ha seguido en familia desde su casa, también en Brasilia. La pena al expresidente es de 27 años, 24 de ellos en régimen cerrado. La legislación brasileña contempla múltiples modos de reducirla.

La primera sala del Tribunal Supremo  decidió en Brasilia, por cuatro votos a uno, que Bolsonaro perpetró cinco delitos, incluidos los de intento de golpe de Estado, intento de abolición democrática del Estado de derecho y liderar una organización criminal. Varios generales han sido condenados también por la fracasada asonada.

Hubo señales públicas y complots secretos. Un documento planteaba ignorar las elecciones y declarar el estado de sitio. Y un plan impreso preveía asesinar al presidente electo, su vicepresidente y un juez, con balas o veneno. Las pruebas de que existió una conspiración en Brasil para quebrar la mayor democracia de América Latina llevaron a la justicia del país a condenar al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión este jueves.

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) salieron a las calles de Brasil el último domingo para mostrarle su apoyo y pedir que sea perdonado en caso de que fuera condenado por intento de golpe de Estado.

En la manifestación de Río de Janeiro, en la playa de Copacabana, miles de personas,  con una bandera estadounidense, clamaron en favor de la «amnistía» a Bolsonaro y a los presos por el intento golpista del 8 de enero de 2023 en Brasilia, cuando simpatizantes de la extrema derecha invadieron el Congreso, la sede del Gobierno y el Supremo.

 

Un juicio relevante

Sin dudas, fue el juicio políticamente más relevante de  Brasil en los últimos años, ya que Bolsonaro también fue condenado por daños a bienes públicos y al patrimonio protegido.  El voto decisivo fue el emitido  por Carmen Lúcia Antunes Rocha, la única mujer de la alta corte.

La magistrada consideró probado que “un grupo compuesto por figuras clave del Gobierno y liderado por Jair Bolsonaro llevó a cabo un plan progresivo de ataque a las instituciones democráticas con objetivo de perjudicar la alternancia de poder y minar a los demás poderes, en especial el poder judicial”. Tras recordar que Brasil recuperó la de mocraxcia cuatro décadas atrás, la magistrada ha destacado que “los hechos descritos no han sido, en esencia, negados” por los acusados.

Carmen Lucía Antunes en el jucio de este jueves.
Carmen Lucía Antunes en el juicio
Alexandre de Moraes, el juez instructor de la causa y al que los conspitadores quisieron asesinar, votó el martes por condenar a Bolsonaro por todos los delitos porque, dijo, las pruebas muestran que expresidente reclutó, como parte de “un proyecto autoritario de poder”, a hombres de su máxima confianza para orquestar juntos un plan que le permitiera permanecer en el poder pese a la derrota electoral de 2022.

Esas acciones incluyeron descalificar el sistema electoral, amenazas al poder judicial, denunciar un fraude inexistente, planear el asesinato de las principales autoridades del Estado, elaborar un borrador para anular las elecciones e intentar reclutar a la cúpula de las Fuerzas Armadas para que se sumaran al complot.

Los movimientos golpistas culminaron el 8 de enero, una semana después de la toma de posesión de Lula. Una turba de bolsonaristas tomó el corazón del poder en Brasilia, incluido el Supremo Trbunal, al estilo del asalto trumpista al Capitolio, en Washington.

De Moraes señaló que el 8 de enbero de 2023 “no fue un paseo dominical, un paso por Disneylandia, ni un acto por combustión espontánea. Fue un intento de golpe por parte de una organización criminal”, tras emitir un clip del día que Bolsonaro llamó “canalla” al juez y dijo que desobedecería sus órdenes.

El miércoles el juez Luiz Fux emitió un v oto discrepante a favor de absolver a Bolsonaro de todas las acusaciones por falta de pruebas y que además incluyó la petición de anular todo el proceso al considerar que el Supremo no es el tribunal competente.

Sin lugar a dudas, su condena tendrá grandes efectos en la carrera para las elecciones presidenciales  de 2026. Es muy probable que él decida quién será el candidato de la derecha que se mida con el presidente Lula, que pretende conquistar un cuarto mandato. Estar inhabilitado para presentarse a los comicios hasta 2030 no le ha impedido a Bolsonaro ejercer de líder indiscutido de la oposición al Gobierno de Lula.

Solo la prisión domiciliaria y la prohibición judicial de usar redes sociales han mermado su protagonismo en el último mes. Tras la condena, su hijo Flávio Bolsonaro, senador, ha escrito en la plataforma X: “Los pilares de la democracia han sido violados para condenar a un inocente que osó no plegarse ante un dictador llamado Alexandre de Moraes”.

De Moraes y Bolsonaro

El riesgo de fuga y la violación de variadas medidas cautelares llevaron al juez Moraes a confinar a Bolsonaro, decomisarle el pasaporte y colocarle una tobillera electrónica en julio y retirarle su pasaporte en 2024. El exmandatario sopesó la posibilidad de pedir asilo político en Argentina o Estados Unidos.

El público ha podido presenciar los debates técnicos entre los magisgtrados, pero también algunas cargas de profundidad , guiños y algunos apuntes irónicos que han desatado risas. También se han emitido clips de los momentos más dramáticos de los actos golpistas.

Para el presidente estadounidense Donald  Trump el proceso contra Bolsonaro no es más que una burdsa persecución política, una caza de brujas como la que él considera que sufrió en Estados Unidos. Hasta intentó neutralizar el juicio, castigando a Brasil con aranceles y sancionando a varios jueces:  congeló los eventuales bienes de Moraes en EEUU y retiró los visados a todos los integrantes del Supremo menos al que votó por su absolución.

Preguntado por la condena, cuando abordaba un helicóptero en la Casa Blanca, ha respondido: “Es un hombre extraordinario, muy directo” y el fallo del Supremo “es una cosa terrible”.

Es incierto si esta condena supone un punto final  en la carrera política de Bolsonaro, el primer ultraderechista elegido presidente por las urnas en 2019. En agosto de 2021, cuando empezó a urdir la trama para contestar las elecciones bajo falsas premisas de fraude para permanecer en el poder ilegalmente, Bolsonaro proclamó desde el palacio presidencial: “Saldré de aquí preso, muerto o con la victoria. Quiero decir a los canallas que nunca seré preso”. Pero perdió las elecciones  e hizo todo lo posible para impedir el traspaso de poder a Lula da Silva..

Pero lo cierto es que Brasil lanza un mensaje potente al resto del mundo con el veredicto: la justicia puede castigar a quienes socavan desde dentro el orden constitucional y las instituciones. Bolsonaro y sus fieles siguen presionando para que el Congreso aprueba una amnistía que libre al expresidente y a otros condenados por golpismo y por los llamados actos democráticos, del castigo penal. Varios de los aspirantes a heredar su puesto como líder de la derecha y candidato presidencial le han prometido el indulto.

Las repercusiones entre líderes políticos y expertos destacan el carácter histórico de la condena y la reafirmación de la democracia en el país.

Gleisi Hoffmann será a nova ministra da Secretaria de Relações ...“La condena de Jair Bolsonaro y sus cómplices expresa la fuerza de la democracia y la soberanía nacional”, declaró Gleisi Hoffmann, ministra de Relaciones Institucionales, al comentar la histórica decisión del Supremo Tribunal que marcó el primer castigo a un expresidente por un intento de golpe de Estado.

“Fueron condenados en el debido proceso, con pruebas contundentes de los crímenes que cometieron. Es una decisión histórica y sin precedentes, que garantiza que nunca más se atrevan a socavar el Estado de derecho y la voluntad popular expresada en las urnas”, añadió.

Señaló que representa “una respuesta contundente del Poder Judicial brasileño a las sanciones económicas y la absurda coerción del gobierno de Donald Trump, en connivencia con traidores a la nación al servicio de Bolsonaro”. Hoffmann reiteró que, a través del Tribunal Supremo, “Brasil ha dicho al mundo que los crímenes contra la democracia son intolerables e imperdonables”.

 Según expertos legales, la decisión del Tribunal Supremo sienta un precedente importante para futuras investigaciones sobre intentos de subversión democrática, consolidando el papel del Poder Judicial como garante de la Constitución. Además, la condena de Bolsonaro y sus aliados envía un mensaje inequívoco: los actos que socavan el proceso electoral y la soberanía nacional recibirán una respuesta firme.

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)