En la telefonía móvil, el Estado argentino pisará fuerte

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FERNANDO KRAKOWIAC| El Gobierno anuló ayer la licitación de una porción del espectro radioeléctrico por el que pugnaban las compañías de telefonía celular e informó que lo administrará a través de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat). De este modo, el Estado pasará a concentrar el 20,1 por ciento de las frecuencias disponibles.

Página 12

El ministro de Planificación, Julio De Vido, aseguró que Arsat explotará ese espectro de manera directa o a través de terceros, decisión que podría favorecer a cooperativas y pymes del sector. “Esto va a abrir el mercado, va a generar mayor competencia. De alguna manera, el Estado va a ofrecer un paraguas de protección para que el pequeño empresario no sea avasallado por la empresa concentrada”, sostuvo el funcionario.

El espectro que administrará Arsat es el que tuvo que devolver Telefónica tras haber absorbido los activos de Bellsouth en marzo de 2004. En ese momento, los españoles participaban en el mercado móvil con Unifon y los estadounidenses con Movicom. Una vez que se concretó la fusión, ambas marcas fueron reemplazadas por Movistar, pero la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) obligó a Telefónica a desprenderse del espectro que excediera los 50 MHz para evitar que la compañía tuviese una posición dominante en el mercado. Los españoles cumplieron con la exigencia recién en 2008, y desde entonces ese espectro está sin uso.

El Gobierno prometió que iba a licitar ese espectro. El anuncio generó expectativas en el mercado, pues la última vez que el Estado había subastado frecuencias para telefonía móvil fue en 1999, cuando Telefónica y Telecom todavía eran socios en Miniphone. En ese momento, había sólo tres millones de celulares en el país. Pasaron trece años y el número de líneas activas trepó a cerca de 40 millones, pero el espectro disponible no sólo no aumentó, sino que disminuyó. El déficit es más notable aún si se toma en cuenta que los servicios de tercera generación (3G) permiten conexión a Internet, televisión y descarga de archivos desde el teléfono móvil.

En mayo de 2011 se realizó el llamado a concurso público. Se presentaron Telecom Personal, AMX Argentina (Claro), Nextel, Multitrunk (Grupo Roggio) y Superfone (Grupo Uno). Luego de varias postergaciones, en febrero de este año se realizó la apertura de sobres para la precalificación. Entonces quedaron sólo las propuestas de Nextel y Claro. De Vido explicó ayer en conferencia de prensa que Multitrunk y Superfone no acreditaron la capacidad económica mínima exigida, mientras que a Telecom se lo descartó porque tiene un “proceso de concentración monopólica en trámite” .

Luego también se dejó de lado a Nextel porque, según dice la resolución que anuló el concurso, la sociedad NII Holding, controlante del oferente, y la que aportaría el mayor porcentaje de inversión, “muestra datos de vulnerabilidad que podrían afectar el desarrollo de las inversiones comprometidas”. De Vido aseguró ayer que cuando arrancó el proceso licitatorio la acción de NII Holding en Estados Unidos valía 43,86 dólares y cayó a 6,23 dólares el lunes pasado. “Si nosotros tomábamos como base la situación patrimonial local de la compañía hubiéramos adjudicado y hubiéramos colaborado a reposicionar el valor de la acción, pero evidentemente hay un juego especulativo que uno no termina de comprender y, si no es claro, es mejor descartar la oferta.” Por último, quedó la firma Claro, pero el ministro aseguró que se la descartó porque si a las frecuencias que ya tiene asignadas se le sumaba el 21,1 por ciento del espectro en disputa se la hubiera transformado “virtualmente en un monopolio”.

De Vido dejó en claro ayer que el objetivo del Gobierno es ampliar la competencia entre los operadores y fomentar el ingreso de nuevos prestadores. Por lo tanto, lo más probable es que la decisión de anular el concurso y asignarle el espectro a Arsat les abra las puertas a las cooperativas y pymes del sector, las cuales podrían asociarse con el Estado para brindar telefonía celular, aunque el funcionario no lo confirmó. De hecho, dejó abierta la posibilidad para que el Estado se asocie con grandes prestadores (“no es contra ellos esta decisión”, dijo) o brinde el servicio telefónico de manera directa.

Lo único seguro, por ahora, es que el ingreso del nuevo operador (o los nuevos) demorará un tiempo, porque todavía no está claro cuál va a ser el modelo a seguir. De Vido instruyó ayer al secretario de Comunicaciones, Lisandro Salas, para que desarrolle un plan de negocios junto con Arsat en los próximos quince días. Además, al operador que se sume no le espera una tarea sencilla, porque competirá en un mercado maduro, donde para crecer sólo queda la opción de ser agresivo para quitarles abonados a los jugadores dominantes.

Mientras el Gobierno define cómo seguir, en lo inmediato hay que destacar que el anuncio de ayer ya dejó ganadores y perdedores entre las empresas. Telefónica aparece entre los ganadores porque es la compañía que tiene más espectro disponible en el país y lo seguirá teniendo. Entre los perdedores se ubican Nextel, que sigue sin poder acceder a las frecuencias necesarias para ofrecer servicios 3G; Telecom, sobre la que aún pende la espada de Damocles debido a sus vínculos con Telefónica, y Claro, la firma del magnate Carlos Slim, que fue descartada sobre el final del concurso y seguirá teniendo menos espectro que Telefónica, su principal competidora (23,5 versus 29,4 por ciento del total disponible). No obstante, la realidad es dinámica y el juego todavía está abierto. Tanto Nextel como Claro podrían sumar espectro asociándose con el Estado, y aún resta la licitación para servicios de cuarta generación (4G) que revolucionarán el mercado debido a su mayor velocidad. Al usuario, el escenario que se abre le garantizaría más oferta y mejores precios. De Vido adelantó incluso que la comisión que encabeza el viceministro de Economía, Axel Kicillof, analizará los costos de las empresas que operan en el sector.
Cooperativas y sindicatos

Cooperativas, sindicatos y asociaciones de consumidores celebraron la decisión de convertir al Estado en un actor relevante del mercado de telefonía móvil. El secretario general de Foetra, Osvaldo Iadarola, consideró que la decisión de otorgar a Arsat la explotación del 20,1 por ciento de las frecuencias para telefonía celular contribuye a “evitar cualquier tipo de monopolio por parte de las empresas que participan en el área de las telecomunicaciones”. Por su parte, el presidente de Fecotel, la federación que agrupa a las cooperativas del sector, Osvaldo Petrilli, destacó la medida y expresó la necesidad de “constituir una nueva empresa nacional, con real descentralización federal de la gestión, donde participen las provincias y los municipios y también la comunidades con sus entidades intermedias, preferentemente de la economía social”.

Claudio Boada, de la Unión de Usuarios y Consumidores, evaluó: “Que una empresa de capital estatal trabaje en conjunto con cooperativas y pymes es una estrategia para desconcentrar el mercado”.

Anexo:
Arsat se convirtió en empresa clave: Celulares, TV e Internet
Sebastián Premici

La Empresa de Soluciones Satelitales SA (Arsat) nació en 2006 para hacerse cargo de la operación de un satélite que pertenecía a la empresa Nahuelsat, pero con el tiempo pasó a ocupar un rol central en la planificación de la política de telecomunicaciones del Estado. A partir del anuncio formalizado ayer, la empresa jugará fuerte en el mercado de la telefonía celular de tercera generación (3G), ya sea a través de cooperativas y pymes o por su cuenta. A esto se suma el desarrollo de la Televisión Digital Abierta (TDA), cuya cobertura llega en la actualidad al 75 por ciento de la población. El Ministerio de Planificación estima alcanzar una cobertura del 90 por ciento para diciembre de este año. La otra punta del esquema de telecomunicaciones la constituye la construcción de un nodo central de fibra óptica para ofrecer servicios mayoristas de conectividad (Internet) en todo el país. Esto último forma parte del programa Argentina Conectada, donde ya se invirtieron 828 millones de pesos, de un total de 7622 millones. Actualmente están en ejecución 15.000 kilómetros de fibra óptica, de los cuales 4000 ya fueron instalados por Arsat.

La compañía estatal fue creada a partir de la Ley 26.092. Surgió de la necesidad de hacerse cargo de las operaciones satelitales de Nahuelsat, una empresa integrada por el consorcio alemán EADS y la italiana Finmeccanica. En 2005, la Argentina estaba por perder la posición orbital que manejaba Nahuelsat. En aquel entonces, el secretario de Comunicaciones, Guillermo Moreno, negoció con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) la extensión del plazo para operar la posición orbital 81, que era requerida por Inglaterra. Al año siguiente, el Congreso sancionó la creación de Arsat y se expropiaron los bienes de Nahuelsat.

Este fue el puntapié inicial de una empresa estatal que apunta a convertirse en un mayorista en la prestación de servicios de telecomunicaciones en tres áreas clave: televisión digital, telefonía celular y servicios de datos y conectividad.
Argentina Conectada

El objetivo de este plan es la construcción de una red troncal de fibra óptica (backbone nacional) para ofrecer servicios de Internet en zonas donde las empresas actuales, Telefónica, Telecom y los cableoperadores, ofrecen escasa o nula conexión. La empresa pública será la encargada de gestionar y comercializar los servicios de interconexión mayoristas a través de la marca Articom.

El plan contempla la construcción de 58.000 kilómetros de fibra óptica, una inversión aproximada de 7600 millones de pesos, de los cuales ya fueron invertidos 828 millones. Parte de estas inversiones serán cubiertas con lo recaudado por las compañías de telecomunicaciones en concepto de “servicio universal”. Si bien el objetivo principal de Arsat es ser un proveedor mayorista de conectividad, la empresa ofrecerá directamente el servicio a las distintas dependencias públicas que estén atravesadas por el tendido de fibra óptica, como también a las escuelas públicas. Arsat acordó con las empresas de telecomunicaciones un intercambio de redes, es decir que podrá usar tramos ya cableados por los operadores existentes y viceversa. Esto abarca 12.000 kilómetros de fibra óptica. El Estado comenzó el proceso de licitación para adquirir los equipos que “iluminarán la fibra óptica”.
TDA

Según Planificación, ya fueron instaladas 50 estaciones digitales operativas para televisión digital abierta y 23 se encuentran en ejecución. La cobertura llega al 75 por ciento del país, esto incluye 1270 familias de 78 localidades rurales y 10.100 de escuelas rurales. El total de los decodificadores entregados asciende a 1,08 millón. Actualmente hay 23 canales de TV Digital disponibles. El Estado invirtió 1121 millones de pesos, de un total estimado en 3100 millones.

En este proceso, Arsat será la responsable de realizar el transporte de video, audio y datos a las estaciones digitales a través de su capacidad satelital, fibra óptica o radio enlace. La televisión digital permitirá multiplicar la cantidad de canales que se emiten por aire. Por eso su desarrollo estará fuertemente ligado a la generación de contenidos locales. La creación del Polo Audiovisual será un insumo clave de la TDA.