La izquierda fest chilena contra Maduro

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Marcos Salgado

Los otrora dirigentes estudiantiles progresistas Gabriel Boric y Camila Vallejo, hoy en el Palacio de la Moneda, encabezan en Chile las críticas al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Lo acusan sin pruebas de hacer trampa en las elecciones del pasado 28 de julio. No es necesario que lo señale la derecha pinochetista, con la izquierda fest en el gobierno alcanza y sobra.

Como bien lo define Raúl Solis en un artículo magistral en Diario Red, la izquierda fest contra Venezuela justifica “de forma acrítica toda la propaganda que les llega de los medios de comunicación con base en Miami o en Caracas, en manos de los mismos dueños”, así dan por buenos los números inverificables de la oposición de María Corina Machado, publicados en una página web desde Estados Unidos, en plataformas vinculadas a Amazon.

Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (Xinhua)

El presidente chileno Boric dijo en una conferencia de prensa que dedicó a la situación en Venezuela: “no tengo dudas de que el régimen de Maduro ha intentado cometer fraude”. Según el deslucido mandatario, las pruebas de que los resultados de los comicios fueron manipulados están en la negativa del chavismo a entregar las actas electorales.

Las dotes de adivinador de Boric chocan con las declaraciones del mismo Maduro, quien dijo hace días que entregaría las actas en poder del partido que preside, el Partido Socialista Unido de Venezuela, cuando el Tribunal Supremo de Justicia lo solicite. ¿Pretendía Boric que se las entregue a él? Además, quienes dicen tener actas en su poder, la oposición de la PUD, tampoco presenta sus copias. “Las actas están en el sitio web”, dijo ayer Simón Calzadilla, representante de uno de los partidos que llevó a Edmundo González en el tarjetón electoral, ante la insistencia de periodistas frente al TSJ en Caracas.

¿Por qué Boric concluye que Maduro intentó cometer fraude porque no presenta las actas, y no dice lo mismo de los opositores que tampoco las presentan? Porque decidió tomar partido por uno de los dos lados, el de la derecha, hacia donde -a juzgar también por su insípido gobierno- le cuesta poco volcarse.

Comunismo fest

Capítulo aparte merecen las declaraciones de Camila Vallejo, ministra de la Secretaría General de Gobierno de Chile y otrora dirigente estudiantil del Partido Comunista. Tuiteó en su cuenta en X que “Maduro ya ha hecho suficiente daño a nuestro país” (sic).

Y siguió, en el mismo posteo: “No podemos permitir que usen de excusa la terrible situación que vive Venezuela, para validar prácticas que en Chile se habían desterrado tras la dictadura, como la persecución política o la proscripción de partidos”.  Lo dijo sin ponerse colorada, por cierto, a pesar de la flagrante persecución política que sufre por estas horas Daniel Jadue, el encarcelado alcalde comunista de Recoleta, en Santiago de Chile. Un lawfare que busca claramente dejarlo afuera de la carrera presidencial el año que viene. ¿Será que Vallejo quiere ser candidata?

Daniel Jadue, dirigente comunista preso en Chile.

Y en cuanto a que Maduro le hizo “suficiente daño” a Chile nos declaramos perplejos, aunque suponemos que se referirá a la migración venezolana en ese país, que ha sido estigmatizada por la derecha en una campaña xenófoba en la que la izquierda fest en el gobierno abreva de vez en cuando. Conviene señalar aquí (no a Vallejo, porque ella lo sabe) que la migración venezolana en Chile fue inducida por el gobierno de Sebastián Piñera en tiempos del experimento Guaidó.

El fallecido Piñera fue uno de los mandatarios que en febrero de 2019 validó con su presencia en la ciudad colombiana de Cúcuta la escandalosa irrupción promovida por el gobierno de Iván Duque con la anuencia de los Estados Unidos, que buscaba generar una cabeza de playa en territorio venezolano para el “gobierno” Guaidó.

Democracia vacía

En rigor, mas allá de los matices, la postura del gobierno chileno coincide con otras que desde el “progresismo” se rasgan las vestiduras por la “democracia” venezolana, validando invariablemente la estrategia de la ultraderecha, que pretende llegar al gobierno en Venezuela para implosionar la revolución bolivariana y alinear a la principal reserva de hidrocarburos del mundo con los Estados Unidos.

El uso vacío del concepto de democracia, puesto por encima de las ideologías por la izquierda fest, convierte al sistema en la libertad de los poderosos para explotar recursos naturales y mano de obra. Como comenta Solís en el artículo antedicho, “hay algo preocupante en esta izquierda festivalera que analiza con precisión el poliamor, la monogamia, las identidades o cualquier conflicto que no molesta a quienes tienen poder de verdad, que sigue siendo el económico, pero que es incapaz de usar esa misma precisión analítica para señalar los verdaderos intereses de los dueños del mundo”.

No les vamos a pedir eso, Camila y Gabriel. Ya no.

 

*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la).