Argentina: el pan que niega el gobierno

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Claudio Della Croce

La foto de la cena a pocos metros de Casa Rosada de gobierno, que mostraba una mesa extendida a lo largo desde la entrada misma de la Catedral metropolitana hasta casi el retablo mayor, con los platos llenos, se viralizó el miércoles en las redes sociales. Alrededor de la mesa, desocupados, pobres, indigentes, a los que el poder libertario les niega incluso el pan.

Por su contraste con el contexto —marcado por el escándalo de los alimentos desperdiciados en los galpones del ministerio de Capital Humano y el crecimiento sostenido en los últimos meses en los índices de pobreza e indigencia— la imagen funcionó como un mensaje político, que se suma a las críticas que varios sectores de la Iglesia vienen planteándole al Gobierno.

Fue un encuentro organizado por el Arzobispado de Buenos Aires, los curas villeros de la capital y los Hogares de Cristo del que sólo trascendió una foto, pero que funcionó como un mensaje político en medio del escándalo de los alimentos acopiados y el crecimiento de la indigencia. «Fue un llamado a redoblar los esfuerzos para acompañar a los que menos tienen», señaló el Padre Tonga, de Villa Oculta.

En medio del escándalo por el secuestro de alimentos para los comedores populares y las denuncias por pagos de sobresueldos a funcionarios del Ministerio de Capital Humano, el presidente Javier Milei salió a defender a su amiga y ministra, Sandra Pettovello, y confirmó su continuidad en el gabinete. “Sandra es la mejor ministra de la historia”, dijo el libertario.

Fue durísimo el mensaje de la Cámara Federal contra el Gobierno: exigió a la ministra Pettovello un plan de distribución de los alimentos con un plazo perentorio de 24 horas. De lo contrario, incurrirá en el delito de «desobediencia». Denunció una «situación catastrófica» «sin derechos humanos garantizados»

Baja la aceptación de Milei

La sucesión de fracasos, chanchullos, desconocimeinto de la realidad y de la política y mala praxis que comienzan a destaparse por parte del Mileinato está marcando un antes y después, y la mitad de la población que según algunas encuestas apoya al oficialismo, está en la etapa de abandoner el apoyo a esa ensoñación económica de que primero hay que saber sufrir, que antes o después, Dios proveerá.

Hubo presidentes en la reciente historia argentina que se empeñaron en cambiar el Estado, pero no es lo mismo reformar el Estado que destruirlo. Milei considera al Estado como un enemigo, como un aparato delictivo que le roba a los contribuyentes (en especial a los empresarios y financieras), y por ende el objetivo no puede ser otro que romperlo.

Lejos de dedicarse a resolver aquello para los que fue votado, Milei prefiere dedicarse a la cruzada ideológica internacional a cargo de los dineros públicos, esos que dicen que no hay para solventar tanta pobreza acumulada.

El caso de las millonarias importaciones de gas motivadas por el desconocimiento, la falta de previsión y el fiscalismo bobo de no terminar una planta compresora del gasoducto Néstor Kirchner es quizá uno de los errores más onerosos, aunque pronto será superado por la imposibilidad de refinanciar el swap con China (de seis mil millones de dólares) como respuesta a una política exterior completamente irresponsible, señala Claudio Scaletta en su análisis “Impericia, caos y errores caros: Milei perdió la virginidad”.

Carolina Píparo, diputada y ex candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires por La Libertad Avanza, definió a los libertarios como «un enjambre de violentos, ignorantes e intolerantes que defienden lo indefendible y creen que pueden cambiar algo desde un teclado”.

Milei participó en el Latam Economic Forum y lanzó advertencias e improperios en distintas direcciones. «Ya echamos a 25 mil (trabajadores) estatales, vamos a despedir a 50 mil más”, adelantó. En otro orden, se refirió a la votación en Diputados que dio media sanción a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria. «Cada vez que los degenerados fiscales de la política quieran ir a romper el equilibrio fiscal, se los digo ahora, les voy a vetar todo, me importa tres carajos”.

Las acciones y bonos argentinos continuaron su pronunciado derrape en Wall Street. Algunos de ellos perdieron casi el 9% de su valor, mientraas en el país, en abril siguieron los derrumbes de la construcción y la industria: se precipitaron 37,2% y 16,6% respectivamente comparadas contra el mismo mes del año pasado. Más aumentos esperan a los argentinos, esta vez del 100 y 155% a la electricidad en hogares de ingresos bajos y medios: un tarifazo energetic para ¿pasar? el invierno.

Tanto Milei como su ministro de economía, Luis Caputo, insisten en que el tipo de cambio está equilibrado y es correcto, pero la devaluación del 118% de diciembre ya fue absorbida por la inflación y los sectores exportadores reclaman un atraso cambiario. Sin embargo el gobierno y sostiene el tipo de cambio oficial con devaluaciones del 2% mensual. Esta apreciación del dólar con respecto al peso queda muy lejos del índice de inflación mensual. El último dato del aumento de precios al consumidor para el mes de abril fue del 8,8%.

Unos 25 millones de ciudadanos argentinos vive en situación de pobreza y casi ocho millones sobreviven en un estado de pobreza extrema o indigencia, es decir, se ubican por debajo de la canasta básica alimentaria.

A fines del 2023, la tasa de pobreza era del 44 y que, en los primeros tres meses -que coinciden con la gestión de Javier Milei- la pobreza ascendió al 55 por ciento de la población. La inseguridad alimentaria severa aflige al 10,9% de las personas, el 8,8% de los hogares y el 13,9% de los niños, niñas y adolescentes.

Muchos de ellos sobrevivían alimentándose en los comedores populares, al que el gobierno de Milei les quitó los alimentos y prefirió que éstos se pudrieran antes que socializarlos.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)