Los republicanos van por la mayoría parlamentaria para jaquear el gobierno de Biden

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Mirko C. Trudeau.

Las elecciones de medio término en Estados Unidos este martes 8 de noviembre miden la aceptación del trabajo realizado por el gobierno de Joe Biden. Según las encuestas, los republicanos recuperarán el control en la Cámara de Representantes, pero el control del Senado es difícil de predecir dado el estrecho margen en siete estados, que marcarán el futuro político del país hasta las elecciones presidenciales de 2024.

Demócratas y republicanos tienen su foco puesto en recuperar las mayorías en el Congreso, dado el estrecho margen que hoy da la mayoría a los demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes podría cambiar con muy pocos votos en siete estados. Más de treinta millones votaron anticipadamente en elecciones de EEUU

La gran mayoría de estadounidenses expresan preocupación por la violencia política, con casi nueve de cada 10 de ellos opinando que las divisiones se han intensificado en el país a tal grado que hay un creciente riesgo de violencia, según una encuesta del Washington Post/ABC News difundida el viernes último. Asimismo, la mayoría es pesimista sobre el futuro de la política país y dos tercios de votantes dicen que el gobierno trabaja principalmente para beneficiar a las élites.

Ninguno de los partidos logró recuperar la confianza del público en el gobierno, la cual se ha desplomado en los últimos 15 años. Según encuestas de Gallup, la mayoría de los estadounidenses aún opina que el gobierno federal no es efectivo en mejorar la vida de la gente. La confianza en el Poder Ejecutivo es de 43 por ciento, apenas tres puntos sobre su nivel más bajo durante el escándalo de Watergate en los 70.

Pero el nivel de confianza en el Poder Legislativo es aún menor, sólo 38 por ciento y por primera vez el Poder Judicial sólo tiene un nivel de confianza minoritario, de 47 por ciento. Gallup señala que los tres poderes gozaban de la confianza de la mayoría en 2005, y que cuando este tema fue primero sondeado en 1972, más de dos tercios del electorado expresaba confianza en el gobierno federal.

La descomposición del proceso democrático estadounidense bajo una ofensiva derechista es el tema central de esta elección, y sus consecuencias, sobre todo si la ultraderecha del Partido Republicano conquista la mayoría en ambas cámaras del Congreso, y en la contiendas estatales impone control sobre puestos que manejan el proceso electoral, lo que tendrá un impacto para la próxima elección en 2024.

En el final de la campaña se filtró que el expresidente Donald Trump está contemplando anunciar su candidatura para regresar a la Casa Blanca poco después de la elección intermedia, tal vez el 14 de noviembre. “Para que nuestro país sea exitoso y seguro y glorioso, yo, muy, muy, muy probablemente lo haré de nuevo… Prepárense, eso es lo único que les diré: muy pronto. Prepárense”, amenazó.

Son los temas económicos los que suelen determinar elecciones, y la percepción popular en las encuestas es que la economía no está funcionando en medio de una galopanmte inflación. Otros temas que promueven los republicanos son el crimen, la inmigración y el fraude electoral, mientras siguen rechazando la legitimidad de la elección presidencial de 2020.

El mensaje de los demócratas ha sido menos claro. Biden y otros líderes enfatizando la lucha entre la democracia y la autocracia, pero el progresistasenador Bernie Sanders, subrayó los temas que más afectan a los trabajadores como el empleo, y advirtió que la agenda republicana buscará reducir el gasto público en servicios sociales y el programa de seguridad social.

El FBI y otras agencias federales emitieron una alerta sobre una creciente probabilidad de violencia de extremistas nacionales en los 90 días posteriores a los comicios. “Percepciones de fraude relacionado con la elección e insatisfacción con los resultados electorales, probablemente resultarán en elevadas amenazas de violencia contra una amplia gama de objetivos –como opositores ideológicos y funcionarios electorales–”, afirma el memorándum oficial, reportó el Washington Post.

Lo que se disputa

El 8 de noviembre se definirá quiénes ocuparán las 435 sillas a la Cámara de Representantes y las 35 sillas al Senado (un tercio del total), así como quién se pondrá al mando de las 36 gobernaciones y 34 de las cien ciudades  más grandes de Estados Unidos, entre otras elecciones locales y estatales que determinarán la agenda política del país.

Para controlar la Cámara de Representantes, un partido político tiene que ganar al menos 218 escaños de los 435. Los republicanos actualmente son los favoritos para ganar 212 escaños, mientras que los demócratas podrían ganar 205 escaños. 18 asientos están catalogados como un tiro al aire.

Para recuperar el control del Senado, los republicanos necesitan ganar 22 de las 35 sillas que están en juego y así poder ocupar 51 de los 100 escaños en la Cámara Alta. Los pronósticos pronostican que hasta ahora solo tienen aseguradas 20 sillas, pero necesitan 22 para llegar a la mayoría.

Por su parte, los demócratas necesitan al menos 50 escaños para mantener el control del Senado, ya que el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris les asegura la mayoría. Tiene favoritismo para ganar 12 curules, pero necesita 14 para mantener la mayoría.

Los estados que definirán las elecciones legislativas de medio término son Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Nevada y Ohio. Estos son estados bisagra, que no son controlados por la mayoría de ningún partido y en cada elección tienen que ser disputados hasta el último voto para poder ajustar los escaños necesarios.

Estas elecciones medirán el alcance del poder que tiene Trump. “No hay duda de que el Partido Republicano está hoy dominado, impulsado e intimidado por Donald Trump y los republicanos del MAGA (Make America Great Again)”, dijo Biden, agregando que este control “semifascista” es una amenaza para la democracia y para el país.

Actualmente, los demócratas tienen el control Ejecutivo y la mayoría en el Congreso. De revertirse la balanza, los republicanos quedarán  los próximos dos años con mayoría en el Congreso y en la Corte Suprema, dos de las tres ramas del poder político en Estados Unidos.

*Analista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos de Nueva York, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)