Resistencia activa siempre

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Aldemaro Barrios-Historia Viva

Hacemos memorias a la Resistencia indígena y justamente cuando el Consejo Legislativo del Estado Guárico en los llanos de Venezuela sesionaba de manera extraordinaria en San José de Guaribe para honrar como patrimonio cultural de Guárico una manifestación musical originaria de toda esta región que son Los Carrizos Reales.

Simultáneamente en la ciudad de Quito, Ecuador, los pueblos indígenas de ese hermano país se alzaban como volcanes humanos contra el intento de aniquilarlos mediante fórmulas políticas y económica de sometimiento y dominación del Fondo Monetario Internacional.

Juan Gregorio Malavé

Nos ha tocado el privilegio de ver y experimentar en nuestras existencia vital el momento sublime para observar las grandes transformaciones continentales que siguen levantando las banderas de resistencia activa ante la arremetida de la hegemonía imperial, más de 500 años después que los invasores españoles intentaron primero por las armas y luego con el lenguaje y la palabra colonizar las mentes de millones de habitantes originarios, que fue igual de violenta como la del fuego de los arcabuces y cañoneras de escupían fuego sobre los peños de nuestros antepasados.

Veámonos desde nuestra génesis

Los pueblos originarios de América, y particularmente del continente suramericano y específicamente este territorio imaginario que hoy se llama República Bolivariana de Venezuela tuvo y sigue teniendo dos grandes familias lingüísticas originarias miles de años antes de la llegada de Colon en 1498 y los españoles y que erráticamente los académicos positivistas llamaron prehistoria, como si el acto de escribir es el punto de partida para reconocer tiempos, espacio y gente humana. Esas dos grandes familias fueron los Caribes y los Arawacos.

En una gran parte de los llanos venezolanos tuvo y tiene la influencia de la familia Caribe por eso encontramos nombres o apellidos personales Canache, Guariguata, Caimacaro, Tayupe etc, pero además las toponimias Tucupido, Chaguaramas, Orituco, Guaribe, Tomuzas etc, pero además de ello, el conocimiento del terreno, las rutas ancestrales que hoy son las carreteras que los españoles usaron y que luego se convirtieron en vías de comunicación modernas.

Entre Machurucuto en Cúpira, centro norte costero venezolnoa y el sur de Guárico en costas del río Orinco hubo caminos por donde se trasladaban productos de intercambio y luego de la presencia española y la violencia de la guerra contra familias caribes, tomuzas o guaribes que huían con sus hijos hacia el sur y que según el etnógrafo frances Marc de Civrieux es la génesis del espíritu guerrero de los yanomami, yekuanas, panares y otros del sur en el Estado Bolívar.

Fueron los guerreros tomuzas y guamonteyes quienes vivieron y transitaron estas montañas y sabanas del centro norte venezolano y a quienes nunca lograron dominar los españoles por la vía de las armas, el carácter guerrillero Tomuzas o Guaribes, quizás da razón a que este pueblo sea tan rebelde a la hora de reivindicar sus derechos cuando le son vulnerados, igual como hoy lo hacen los hermanos ecuatorianos.

Por la vía de la geohistoria, el camino que va de Valle la Pascua a Chaguramas en el mero centro de Venezuela, era una ruta de tránsito antigua, la existencia de viejos cauces de agua, quebradas y bosques de galerías de abundante verdor, floresta y fauna en invierno y de resguardo en verano cuando las aguas se esconden en lo profundo de los médanos, con el tiempo esos campos se hicieron más secos en tanto la introducción del ganado vacuno a partir de la conquista en el siglo XVI que impacto en el verdor natural ancestral de la región.

Encrucijada cultural de nuestros antiguos habitantes originarios donde dejaron rutas y trazas que luego los españoles o esclavizados negros usaron como vía y aún hoy, esta mezcla de etnias que somos, son usados como caminos regulares.

Entonces, así dicen, eran caminos de indios, luego de arrieros, de recuas, del correaje entre los pueblos del centro a la capital, del oriente a occidente, o viceversa, pero antes debieron ser caminos de los tamanacos, los guamonteyes, tomuzas, guaribes, jivis, o de otras familias caribes que subían y bajaban o rumbeaban de norte a sur o viceversa, de este a oeste y así el camino adquirió personalidad, nombre propio y hasta familiaridad de hogar, se hace afín a los afectos humanos de quienes lo identifican con pertinencia.

Imagen relacionadaCujisales negros o amarillos de maracas dulces, lagunas salobres minerales, refugio de aguas en verano, quebradas de cuencas vacías, habitadas por arenas que ruedan al Orinoco en invierno. Paso de los garceros, tolditos, cristofués, cucaracheros. Araguaneyes de enero o de cuando a la primavera le dé gana de vestirlos de amarillos brillantes o sepias como los del roble, y el carnaval solitario que florece aún sin rocío.

Pudiéramos contemplar ese pasado de luchas de nuestras etnias de manera romántica pero eso no basta porque nos compromete el legado de sus enseñanzas y los saberes que hoy nos sirven para reconocer nuestra realidad actual en este momento de transformación social, cuando desde los espiritual y material, ese legado nos enseña que el equilibrio con la naturaleza es la seguridad de nuestra propia existencia en la tierra, cuando el compartir en comunidad, que es el núcleo conceptual del estado comunal y que debe estar suscrito en el nuevo texto constitucional venezolano, nos asegure la alimentación, la educación y el conocimiento para la producción y la convivencia en paz.

Ya lo señalo el filósofo aimara boliviano Fernando Huanacuni Mamani, como legado ancestral de nuestros originarios y a quien el presidente Chávez citaba por su propuesta del Buen Vivir: “El vivir mejor significa el progreso ilimitado, el consumo inconsciente; incita a la acumulación material e induce a la competencia”.Resultado de imagen para mamani pinturas

A diferencia del buen vivir o vivir bien que tiene otro postulado: “El estar en permanente armonía con todo nos invita a no consumir más de lo que el ecosistema puede soportar, a evitar la producción de residuos que no podemos absorber con seguridad”.

Y cito más “El ser humano hoy tiene que detenerse, ver hacia atrás y hacia el horizonte y preguntarse acerca de cómo se siente, cómo está. Seguramente sentirá soledad y desarmonía a su alrededor. Hay un gran vacío dentro y fuera de cada uno y es evidente que se han desintegrado muchos aspectos de la vida: individuales, familiares y sociales. Es como una disfunción colectiva que ha anulado la sensibilidad y el respeto por lo que nos rodea, resultando en una civilización muy infeliz y extraordinariamente violenta, que se ha convertido en una amenaza para sí misma y para todas las formas de vida del planeta”. (1)

Los retos hoy.

Hoy esos postulados aimaras y los saberes ancestrales nuestros americanos nos señalan la ruta a seguir y la reafirmación de la conciencia geohistórica, el conocimiento para fortalecer la conciencia histórica, política e ideológica del pueblo venezolano y nuestro americano.

El Comandante Hugo Chavez, que fue un defensor de la cultura originaria y que cada vez nos habla desde su postulados históricos políticos al indicarnos como la lectura, el estudio y la comprensión histórica de nuestro pasado destina las rutas a seguir, recordemos que cada vez que se sentaba en los “Alos Presidente” o en sus discursos tomaba un mapa y un marcador y rayaba sobre el plano el espacio y el tiempo para el Proyecto de País que soñó, esas eran clases de geohistoria de donde salió el Plan de la Patria que hoy guía a la Venezuela Bolivariana.

En cada pueblo de Venezuela, en cada estado en cada ciudad vive y pervive un legado de saberes de nuestros pueblos originarios que tenemos el deber de reconocer y divulgar. Nosotros no somos un pueblo de trigo, somos un pueblo de maíz, somos hombres y mujeres del casabe y la yuca o mandioca, del frijol y la auyama (calabaza), somos gente echa con un barro fino de las mismas lozas que hacían nuestras abuelas y que duraban resistiendo siglos de calor. Eso somos, barro fino que a diferencia del hierro no se derrite, somos como corazón de acapro, madera dura, que por más candela que lleve aguanta la agresión.

Todo está por hacerse en esta tierra de providencia, todo está por fortalecerse y reafirmarse, sobre todo con el estudio y el conocimiento de nuestras fortalezas que son muchas y que son las bases para una sociedad socialista que le depare alegría, justicia y la mayor suma de felicidad posible como hace doscientos años lo señaló el Libertador Simón Bolívar.

Nota

1.- Huanacuni Mamani Fernando (2010) Buen Vivir / Vivir Bien Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI. Bolivia