Mercosur-China: ¿Libre comercio? No, gracias

364

MARCELA VALENTE| Más allá de la predisposición de los gobernantes del Mercosur, la propuesta de China de transitar hacia un acuerdo de libre comercio carece de posibilidades, al menos a corto plazo. Expertos e industriales temen la invasión de productos asiáticos y que la competencia sea muy desigual.IPS
Si bien las fuentes consultadas por IPS coinciden en las perspectivas de un aumento fuerte del comercio y las inversiones entre el Mercosur (Mercado Común del Sur) y China, la posibilidad de un acuerdo de libre comercio parece poco realista en el actual escenario

El proyecto de asociación fue transmitido por el primer ministro chino Wen Jiabao a los gobiernos del bloque desde Buenos Aires cuando el 25 de junio visitó a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.

Mediante una videoconferencia, Wen y Fernández sumaron a las deliberaciones a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y a su par de Uruguay, José Mujica. Los cuatro gobernantes celebraron la idea de ampliar el acercamiento comercial entre las partes.

La crisis institucional que estalló el 22 de junio en Paraguay, con la destitución fulminante del presidente Fernando Lugo, impidió la participación de ese país, el cuarto miembro fundador del bloque. De cualquier modo, ese país afronta la disyuntiva de seguir manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán o aceptar la exigencia de ponerles fin para poder negociar con Beijing.

En tanto que Venezuela aún no había sido aceptada como el quinto miembro pleno, que se concretó el 31 de julio en Brasilia.

En la última cumbre ordinaria semestral del Mercosur, celebrada en la provincia argentina de Mendoza cuatro días después de la visita de Wen, los gobiernos de Argentina, Brasil y Uruguay se comprometieron a aumentar la cooperación con China.

También aprobaron una propuesta de enviar una misión comercial conjunta este año a la oriental ciudad china de Shanghái, principal centro financiero y comercial de ese país. Pero no abundaron en la oferta de libre comercio del gigante asiático que, se descuenta, será un proceso largo y complejo.

Para Mauricio Mesquita Moreira, experto en comercio internacional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), no hay condiciones de implementar este tipo de acuerdo en el futuro próximo.

“Por un lado, Argentina y Brasil tienen una industria muy vulnerable a la competencia asiática, y en la economía china el peso del Estado aún es demasiado fuerte en la promoción industrial” como para aceptar la liberalización, dijo a IPS.

“Los socios más chicos, como Uruguay y Paraguay, carecen de estructura industrial y podrían beneficiarse de un acuerdo con China, pero estar en el Mercosur también les da beneficios como el acceso privilegiado a mercados más grandes” del propio bloque, explicó.

El brasileño estuvo este mes en Buenos Aires para presentar una investigación que realizó para el BID junto a expertos del Instituto del Banco Asiático de Desarrollo en la que se analiza el futuro de la vinculación entre Asia y América Latina.

El estudio recomienda un incremento del volumen del comercio y de las inversiones entre ambos mundos.

Tampoco el economista Guillermo Rozenwurcel, director del Centro de Investigaciones sobre Desarrollo Económico de América del Sur (Ideas), ve “la menor viabilidad a la propuesta china en los próximos 10 o 15 años”.

“Los presidentes dieron una respuesta diplomática a los interlocutores chinos para mostrar que la propuesta fue escuchada, pero, hasta tanto el campo de juego no se nivele, el debate por un acuerdo de libre comercio tiene poco espacio”, dijo a IPS.

Rozenwurcel señaló que tampoco hay “margen político” para ello. En cambio, “hay un horizonte desafiante y complejo, pero posible” para incrementar el comercio, las inversiones y la cooperación científica y tecnológica entre la región y Asia.

Según el estudio del BID y el Instituto del Banco Asiático de Desarrollo, el comercio entre América Latina y Asia aumentó en promedio 20,5 por ciento anual desde 2000, y actualmente está en un volumen de 442.000 millones de dólares.

Con ese incremento tan marcado en la última década, China, el principal vendedor del lado de Asia, avanzó en América Latina hasta colocarse como segundo socio comercial de la región después de Estados Unidos.

Pero el patrón de ese intercambio está bastante definido, señalan los expertos. La abultada mayoría de las ventas de América Latina a Asia son materias primas y gran parte del comercio de Asia hacia esta región son bienes industriales.

La consultora argentina Abeceb informó que el comercio entre el Mercosur y China pasó de 10.342 millones de dólares en 2003 a 77.882 millones en 2011, y la perspectiva es que llegue a los 200.000 millones de dólares en 2016.

Pero Abeceb también advierte que en ese mismo período las compras argentinas de rubros industriales brasileños como textiles, bienes de capital, plásticos o productos farmacéuticos fueron desplazadas por la competencia china.

Un ejemplo es el de los productos textiles: 56 por ciento de las importaciones argentinas provenían de Brasil en 2003 y actualmente esa participación bajó a 22,6 por ciento. En cambio, las compras argentinas a productos chinos del mismo sector pasaron de dos a 34,1 por ciento.

En calzado, las importaciones provenientes de Brasil cayeron de 79,2 a 37,5 por ciento en el lapso 2003-2011, mientras que el acceso chino al mercado argentino en ese mismo período creció en este rubro de 12,6 a 36 por ciento.

El presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, Miguel Faraoni, entiende que un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y China “sería muy contraproducente”.

“La competencia es imposible por la disparidad en las políticas de cada uno. China produce entre 75 y 80 por ciento de los juguetes que se venden en el mundo, (por tal) sería una pelea desigual”, remarcó.

Faraoni explicó que la participación de la industria nacional de juguetes en el mercado doméstico pasó de 10 por ciento en 2002 a 50 por ciento en la actualidad, y que hay más empresas extranjeras radicadas en Argentina para producir localmente.

“Creció la producción, el empleo, la inversión en maquinarias y en nuevas tecnologías y estamos exportando ocho por ciento de lo producido a la región y al mercado latino de Estados Unidos”, enumeró.

Para Faraoni, la industria argentina sí puede competir en precio y calidad con la de Brasil, “que tiene las mismas reglas de juego”, pero sería “un retroceso en los avances de los últimos años abrir el mercado a China”, consideró.