¿Usted confiaría en Biden y sus desvaríos octogenarios?

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
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Álvaro Verzi Rangel

Joe Biden, a punto de cumplir 80 años en noviembre próximo, insiste en negar la realidad y demostrar que está en plena forma y repite que se presentará a un segundo mandato pese a sus continuos deslices, devaneos, confusiones, olvidos… y errores que enm cualquier momento pueden volverse horrores, máxime proviniendo del presidente de Estados Unidos.

Al cierre de su discurso en Texas, Biden no supo bien por qué lado del escenario salir y quedó durante varios segundos desorientado, mientras su equipo le indicaba la salida correcta.

La lista de gaffes, gazapos, errores es muy larga en estos casi tres años de mandato. Uno de los problemas es que está en la arremetida final de las elecciones de medio turno, de renovación legislativa, y los votantes demócratas en particular y los medios de prensa lo ven demasiado mayor, gagueando.

Lapsus, caídas y “saludos fantasmas” son algunas de las señales que alarman a la Casa Blanca. “Una máquina de meter la pata”: así se describió a sí mismo el presidente.

A lo largo del año se viralizaron numerosos videos del mandatario en situaciones extrañas, donde se lo ve desorientado, e incluso frustrado. ¿Será por eso que se metió con todo el poderío de su país en la guerra en Ucrania? ¿Será en defensa de la democracia? Lo cierto es que ya algunos analistas hablan de demencia senil.

Muchos de sus partidarios aseguran que Biden lleva metiendo la pata desde que entró en política hace más de 50 años y que sus despistes y errores son marca registrada del mandatario estadounidense. Pero él insiste en que está en plena forma: sus informes médicos son impecables y le dan la razón. A menos que hayan sido falsificados, no existe evidencia alguna de demencia senil (algunos especulan con ello).

A un periodista que lo acosaba, dijo: «Tengo buena salud. Físicamente todo sigue funcionando bien, y mentalmente también. Creo que es legítimo preocuparse por la edad de cualquier persona, incluida la mía, pero mírame, ¿estoy disminuyendo la velocidad? ¿No tengo el mismo ritmo?… Tengo mucho respeto por el destino, podría contraer una enfermedad mañana, podría, ya sabes, morirme mañana», señaló Biden.

Valiente (o despistado), no se amedrenta ante la duda que suscita su edad entre la prensa y les sigue repitiendo lo mismo que el primer día que entró en el despacho oval de la Casa Blanca: que se presentará a la reelección en 2024, cuando tenga 82 años. Lo confirmó el 23 de octubre en una entrevista con la cadena televisiva MSNBC.

Desorientado

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Biden pregunta por legisladora… que murió en agosto

Se han hecho habituales sus desorientaciones en público (nadie cuenta las que experimenta en privado), como si no supiera dónde ir o a quién dirigirse tras bajarse del estrado, así como sus lapsus durante sus discursos, los olvidos, las confusiones. En setiembre, se encontraba en una conferencia sobre el Hambre, la Nutrición y la Salud cuando llamó al estrado a la representante Jackie Walorski. Pero la legisladora republicana de Indiana murió en un accidente automovilístico a principios de agosto.

“Jackie, ¿estás aquí? ¿Dónde está Jackie? Creo que ella iba a estar aquí para ayudar a que esto se hiciera realidad”, dijo Biden.

Otro episodio insólito fue cuando Biden se dio vuelta para saludar a alguien, a pesar de que estaba completamente sólo en el escenario. Este hecho ocurrió al finalizar un discurso en la Universidad Estatal Técnica y Agrícola de Carolina del Norte, en Greensboro. Luego de extender su mano y no recibir respuesta, el Presidente pareció caminar desorientado por el salón.

Muchas veces se vio al mandatario luchar para encontrar las palabras y frases adecuadas durante discursos públicos. Un ejemplo puede ser cuando el jefe de Estado habló sobre la apropiación de las ganancias ilícitas de los oligarcas rusos. Biden no pudo pronunciar de manera correcta la palabra cleptocracia: “La cleptoc-, sí, la cleptocracia y la clep-, los tipos que son las cleptocracias”, fueron las palabras que le salieron, junto a una risita nerviosa.

Otra señal alarmante fue cuando el Presidente tropezó mientras abordaba el Air Force One en la Base Conjunta EN VIDEO: Joe Biden se cae tres veces al subir las escaleras del Air Force  One | Cuba SiAndrews, de camino a visitar Georgia. Allí lo esperaban los miembros de la comunidad asiático-estadounidense después de un tiroteo mortal en el estado estadounidense. Biden tropezó en los primeros escalones, se recuperó pero volvió a caer antes de alcanzar la plataforma y girar para hacer el saludo militar

El martes siguió con la seguidilla de gaffes: bautizó al nuevo primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, como Rashid Sanook. La confusión con el nombre de Sunak es por ahora el último gazapo de una lista que tras casi dos años de mandato se está haciendo muy larga. Uno de los más sonados ocurrió el pasado mes de A punto de cumplir 80 años en noviembre.

La prensa no lo perdona

La respuesta de los medios y de la ciudadanía no es del agrado de Biden. En julio The New York Times publicó una encuesta que señalaba que sólo el 26% de los votantes del Partido Demócrata apoya la nominación de Biden para 2024, principalmente por su edad.

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La extraña manía de saludar al aire se ha vuelto viral en las redes sociales

El mismo diario publicó en julio una nota de su corresponsal en la Casa Blanca, quien informaba cómo el equipo del presidente acomoda su agenda para que pueda descansar el mayor tiempo posible, evitando trabajar en la medida que se pueda por las noches y los fines de semana.

Añadía que en los mentideros políticos de Washington se comenta que los ayudantes de Biden lo vigilan de cerca y que viven en un estado de permanente alarma ante el temor a un nuevo tropezón. «A menudo arrastra los pies cuando camina, y los ayudantes temen que se tropiece con un cable. Tropieza con las palabras durante los eventos públicos, y contienen la respiración para ver si llega al final sin un error», añadía.

Lo malo para el equipo de Biden es que la cuestión de su edad no puede resolverse con las estratagemas tradicionales de la Casa Blanca, como reestructuraciones de personal o nuevos planes de comunicación.

Lo cierto es que las encuestas y trabajos académicos confirman que los estadounidenses continúan desconfiando no solo de Biden sino de todo del gobierno federal, con bajos niveles de confianza en las tres ramas: ejecutivo, legislativo y judicial. No hace mucho, en 2005, la mayoría de los estadounidenses confiaba en las tres ramas y 50 años atrás no menos de dos tercios confiaban en cada rama del gobierno,La desconfianza en el gobierno de EEUU, en su punto más alto de la historia  - Question Digital

Confían mucho más en sus gobiernos estatales (57%) y locales (67%) que en cualquier rama del gobierno federal, según la última encuesta de Gallup. Asimismo, la confianza en la capacidad del gobierno federal para manejar problemas nacionales e internacionales sigue siendo baja.

Los estadounidenses mencionan al gobierno como el problema más importante que enfrenta el país mientras los líderes en Washington luchan por encontrar soluciones para abordar la crisis, la inflación, la inmigración, el cambio climático y la violencia armada. Los republicanos y los demócratas tienden a confiar en las instituciones cuando están controladas por líderes de sus partidos, pero se niegan a confiar cuando los dirigentes no toman decisiones de acuerdo con sus propios puntos de vista o preferencias políticas.

Octogenario

Biden es el presidente más viejo de toda la historia del país y lo comparan con Ronald Reagan, el segundo más viejo en el puesto y que en los últimos meses de su mandato empezó a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer.El asunto de su edad se ha convertido en un tema incómodo para el Partido Demócrata. Biden está jugando un partido contra el tiempo, partido que no puede ganar.

¿Será que sabe que está en guerra en Ucrania (y no en otro país) y que el “enemigo” es Rusia (y no la Unión Soviética? Raro ese gran país, que salió de Donald Trump para caer en Joe Biden.

*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)