El complejo militar-industrial de EEUU en la actualidad

En octubre del año pasado, el presidente Joe Biden dijo que Estados Unidos debe ser “el arsenal de la democracia“, invocando conscientemente una frase de un discurso de Franklin D. Roosevelt de 1940. Pero por si no quedaba suficientemente claro, Biden dijo que Estados Unidos es “la nación esencial” y la “nación indispensable”. Mantiene unido al mundo”.Biden se refería a las guerras de Ucrania y Gaza. Dejemos a un lado su apoyo incondicional a ambas, su falta de preocupación por la realidad de la democracia en Ucrania, Israel y los territorios ocupados y muchas otras cosas.
 

En diciembre de 1940, Roosevelt se enfrentaba a una situación en la que Hitler dominaba Europa y Gran Bretaña era el único enemigo que le quedaba. Faltaba un año para el ataque japonés a Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos en la guerra. Pero Roosevelt sabía que si Hitler lograba derrotar a Gran Bretaña, buscaría el dominio mundial y desafiaría a EEUU. Ya estaba ampliando masivamente las fuerzas estadounidenses en tierra, mar y aire, y en marzo de 1941 introdujo la Ley de Préstamo y Arriendo por la que Estados Unidos suministraba a Gran Bretaña armamento y muchas otras cosas que se pagarían después de la guerra. Volveré a sobre cómo reaccionó la administración Roosevelt ante el desafío de la guerra.

En la actualidad, Estados Unidos ha tenido que emprender un cambio drástico en su planificación militar. Con el final de la Guerra Fría, Estados Unidos planificó guerras que serían cortas y regionales. La invasión rusa de Ucrania reescribió ese guión. Ahora Estados Unidos tiene que planificar una guerra con una gran potencia, China, y en menor medida con Rusia. Para ello se necesitan grandes cantidades de municiones, como hemos visto en Ucrania y, de hecho, en Gaza. ¿Qué implicaría una guerra con China?

Juegos de guerra

Defense News habló con Mark Cancian, que dirigió un wargame de 2022 para el Center for Strategic and International Studies, con Estados Unidos defendiendo Taiwán de una invasión china. Informa: Los submarinos estadounidenses “dispararían rápidamente todo lo que tienen” contra la multitud de objetivos, dijo Cancian, utilizando torpedos a un ritmo mucho, mucho más alto de lo que EE.UU. ha esperado hacer en el pasado.

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Los jets de la Armada también se unirían, pero se quedarían sin misiles antibuque de largo alcance en cuestión de días, lo que obligaría a los aviones a acercarse cada vez más a los buques y aviones chinos para que los misiles de menor alcance puedan alcanzar sus objetivos”.

Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos dejó de fabricar torpedos. En este juego de guerra, los submarinos estadounidenses necesitaban torpedos para disparar a buques anfibios, destructores y demás. En la actualidad, Estados Unidos está reanudando desesperadamente la producción de torpedos. La Marina y la Fuerza Aérea estadounidenses disponen actualmente de 150 misiles antibuque de largo alcance, pero en cualquier conflicto con China, Cancian calcula que necesitaría un arsenal de entre 2000 y 3000. Mientras tanto, Estados Unidos ha enviado tantos misiles Javelin a Ucrania que se necesitarían cinco años al ritmo de producción de 2002 para reemplazarlos, según Raytheon, la empresa que ayuda a fabricarlos.

Conmoción por los proyectiles

Las guerras de Ucrania y Gaza han consumido las reservas estadounidenses de proyectiles de artillería de 155 mm. Ucrania dispara entre 6.000 y 7.000 proyectiles de artillería al día. Las empresas estadounidenses producen 15.000 al mes. Estados Unidos comprende ahora que necesita grandes reservas de estos proyectiles, y de muchas otras cosas. El ejército estadounidense planea un aumento del 500% en la producción de proyectiles de artillería, pasando de 15.000 al mes a 100.000 en 2025.Kits de guiado para proyectiles de artillería 155 mm – Centro de Estudio  Grl Mosconi

Doug Bush, subsecretario del Ejército para Adquisiciones, Logística y Tecnología, declaró a Defensa Nacional que el Ejército está “en camino” de producir entre 70.000 y 80.000 proyectiles al mes para finales del año 2024 o principios de 2025.

Y añadió: “Además de los proyectiles de 155 mm, el Ejército está tratando de aumentar la producción de municiones de precisión como jabalinas, sistemas guiados de lanzamiento múltiple de cohetes, Patriots, Stingers y algunas otras que se han utilizado para apoyar a Ucrania. Disponer de un arsenal de municiones de precisión sería clave en un posible conflicto contra China”.

Hasta ahora, los proyectiles de 155 mm se fabricaban en una planta de Scranton (Pensilvania) y en otra privada cercana. Todos los proyectiles se transportaban después a un mismo lugar -la planta de municiones del Ejército de Iowa-, donde se empaquetaban con explosivos.

Ahora, el Ejército de EE.UU. ha acordado con General Dynamics Ordnance and Tactical Systems la construcción de una nueva instalación, en su mayor parte automatizada, en Mesquite (Texas) para fabricar más proyectiles, así como con una empresa de Ontario (Canadá), IMT Defense. En octubre de 2023, el Ejército también adjudicó contratos por valor de 1.500 millones de dólares a nueve empresas de EE.UU., Canadá, India y Polonia para impulsar la producción mundial de proyectiles de artillería de 155 mm.

Cadenas de suministro

Pero ésta es sólo una de las necesidades de las fuerzas estadounidenses. El New York Times informa: “Las deficiencias en la base industrial de defensa de la nación se ilustran vívidamente por la escasez de motores cohete sólidos necesarios para alimentar una amplia gama de sistemas de misiles de precisión, como los misiles SM-6 lanzados desde buques fabricados por Raytheon … se utilizan para defender los buques contra aviones enemigos, vehículos aéreos no tripulados y misiles de crucero.Sistema de defensa antiaérea portátil - Wikipedia, la enciclopedia libre

En la actualidad, sólo hay dos contratistas que fabriquen grandes cantidades de motores de cohetes para los sistemas de misiles utilizados por las Fuerzas Aéreas, la Marina, el Ejército y los Marines, frente a los seis que había en 1995″.

Justo antes de Navidad, un borrador de la nueva Estrategia Industrial de Defensa Nacional, obtenido por Político, afirmaba crudamente que las empresas estadounidenses no pueden fabricar armas con la rapidez suficiente para satisfacer la demanda mundial. El documento afirmaba que la base industrial de defensa estadounidense

“no posee la capacidad, la aptitud, la capacidad de respuesta o la resistencia necesarias para satisfacer toda la gama de necesidades de producción militar a velocidad y escala … de manera igualmente significativa, los contratistas de defensa tradicionales en la [base industrial de defensa] tendrían dificultades para responder a los conflictos modernos a la velocidad, la escala y la flexibilidad necesarias para satisfacer los requisitos dinámicos de un conflicto moderno importante”.

El problema radica en la insuficiencia de la producción y de las cadenas de suministro, sobre todo de materias primas, especialmente minerales. Otras carencias que ralentizan la producción son cosas tan sencillas como los rodamientos de bolas, componente clave de ciertos sistemas de guiado de misiles, y las piezas de acero fundido, utilizadas en la fabricación de motores”.

Por el contrario, señala que la industria china “supera ampliamente no sólo la capacidad de Estados Unidos, sino también la producción combinada de nuestros principales aliados europeos y asiáticos”. El Departamento de Defensa, concluye el informe, debe “desarrollar cadenas de suministro más resistentes e innovadoras”, invertir en empresas más pequeñas y centrarse más en la innovación, además de comprar armamento a sus aliados.

Con retrasoLa decadencia de la industria militar rusa - El Dipló

La Guerra Fría de EE.UU. con China significa que necesita desarrollar y desplegar submarinos de ataque, bombarderos pesados y sistemas de defensa aérea, además de pasarse a los vehículos eléctricos. También necesita rearmarse con armas ya establecidas: artillería de 155 milímetros, misiles antitanque Javelin y misiles tierra-aire Stinger. Washington es consciente de que va a tener que hacer frente a casi medio siglo de desindustrialización.

Una partida adicional de 93 millones de dólares al presupuesto militar estadounidense restablecerá la producción del propulsante M6 en la Planta de Municiones del Ejército de Radford, en el suroeste de Virginia. El propulsor se utiliza para disparar los proyectiles, pero ya no se produce en Estados Unidos. Otros 600 millones de dólares triplicarían la cantidad de explosivo IMX-104 que se fabrica en la Planta de Municiones del Ejército de Holsten, en Tennessee. La planta produce actualmente unos cinco millones de libras al año, con un plan para aumentar a 13 millones de libras. EE.UU. no produce TNT, que sí producen sus aliados, Polonia en particular, por lo que el Ejército estadounidense gastará 650 millones de dólares en diseñar y construir una planta nacional de producción de TNT.

La Estrategia Industrial de Defensa Nacional señalaba el lamentable estado de la industria naval comercial estadounidense, que ha dejado en gran medida de producir buques oceánicos comerciales. Estados Unidos Superávit en astilleros de Estados Unidos asciende a más de $ 7 millones -  Camaedepende de los transportes marítimos para abastecerse de productos como fármacos, tierras raras y dispositivos digitales. Forbes  informa de que la desaparición de los astilleros comerciales significa que es difícil encontrar trabajadores con las cualificaciones necesarias para construir, por ejemplo, submarinos nucleares:

“El ritmo de producción de submarinos en los dos astilleros nucleares del país se está retrasando debido a los problemas de mano de obra y a una frágil cadena de suministro nacional que contiene numerosos “puntos únicos de fallo””.

The Wall Street Journal sostiene que Estados Unidos puede permitirse un ejército más grande, pero no puede construir lo suficiente para cubrir sus necesidades:

“En términos de competencia industrial y construcción naval, China está donde estaba Estados Unidos al principio de la Segunda Guerra Mundial”, explica Eric Labs, analista naval de la Oficina Presupuestaria del Congreso, y añade: “Simplemente no tenemos la capacidad industrial para construir buques de guerra… en grandes cantidades y muy rápido”.

En los dos últimos años, la armada china ha crecido en diecisiete cruceros y destructores; Estados Unidos tardaría seis años en construir el mismo número en las condiciones actuales, afirma.

Minerales

Un programa de rearme requiere acceder a enormes cantidades de minerales: hierro, cobre, zinc, litio, aluminio y muchos otros. Eso no es tan fácil: “Las cadenas de suministro de minerales también se enfrentan a riesgos de interrupción, ya que China, el principal productor mundial y fuente de importación de muchos de estos minerales, ya ha mostrado su voluntad de imponer controles a la exportación de minerales clave y tecnología de fabricación. Por ejemplo, China es el mayor productor mundial de grafito natural y sintético -que tiene aplicaciones tanto para vehículos eléctricos como militares- y también la mayor fuente de importación de grafito natural y sintético para Estados Unidos”América Latina y los minerales críticos para la transición energética -  Energía para el Futuro

” Sin embargo, China exige ahora licencias para exportar determinados productos de grafito, lo que probablemente interrumpirá el suministro de grafito a Estados Unidos. China también está estudiando la posibilidad de controlar las exportaciones de tecnología de fabricación de imanes de tierras raras, necesarios para los motores de los vehículos eléctricos y diversos sistemas de defensa. Como advierte el Departamento de Defensa, “la dependencia de fuentes extranjeras de minerales y de la producción extranjera de componentes de baterías de iones de litio crea vulnerabilidades para el [Departamento de Defensa] y el mercado [de vehículos eléctricos] estadounidense”.’

China, la República Democrática del Congo e Indonesia son actualmente los mayores proveedores de minerales críticos para EE.UU., pero está claro que eso no es viable. El Departamento de Defensa estadounidense está buscando nuevos proveedores, explotando los minerales en su propio país, haciendo acopio de suministros y reciclándolos.

China domina la industria mundial de baterías de iones de litio. Sus empresas suministran el 80% de las pilas del mundo y representan casi el 60% del mercado de baterías para vehículos eléctricos. Algunas empresas estadounidenses que fabrican baterías dependen de componentes de células de iones de litio producidos por fabricantes chinos.Mesa: Un % del litio irá a baterías made in Argentina

El Atlantic Council señala otro problema: “Pero no todas las baterías de iones de litio son iguales. El ejército estadounidense necesita baterías especializadas más grandes, de mayor calidad, con mayor densidad de potencia y embaladas para resistir un trato mucho más duro que las necesarias para fines comerciales.

“Si el ejército estadounidense se encontrara de repente con la necesidad de baterías más especializadas, el Pentágono podría no ser capaz de obtenerlas porque los productores extranjeros de células de iones de litio tienen pocos incentivos para dejar de producir baterías de iones de litio para sus clientes comerciales y desviar la producción a los productos especializados que necesitan los fabricantes de baterías militares estadounidenses. Si estos proveedores están controlados por intereses gubernamentales chinos, pueden incluso verse incentivados a no suministrar productos militares para Estados Unidos, aunque se les ofrezcan incentivos económicos”.

El pasado mes de marzo de 2023, el New York Times informaba que la Casa Blanca de Biden propuso este mes un aumento del 51% en el presupuesto para comprar misiles y municiones en comparación con 2022, alcanzando un total de 30.600 millones de dólares.

Y eso es sólo el principio. El presupuesto propuesto por la Casa Blanca sólo para la adquisición de misiles de la Fuerza Aérea aumentará hasta casi 13.000 millones de dólares en 2028, frente a los 2.200 millones de 2021″. Nada de esto va a ser fácil. Empresas como Lockheed luchan por contratar trabajadores y eliminar la escasez de componentes clave necesarios para satisfacer la demanda del Pentágono:Lockheed Ring Wing: el avión con un solo ala que podría despegar en el  futuro

“A pesar de los esfuerzos para deslocalizar y reforzar la base de fabricación, alcanzar la capacidad de producción necesaria para reponer las existencias y prepararse para la posibilidad de un conflicto a gran escala con China sigue siendo improbable. Los actuales plazos de reposición de los inventarios críticos superan por término medio la asombrosa cifra de 13 años con los actuales índices de capacidad de producción. Muchos de los sistemas avanzados estadounidenses se producen en un número muy reducido de cadenas de montaje por un número aún menor de fabricantes.

La producción requiere la aportación de una mano de obra cada vez más reducida con conocimientos de estos sistemas, y las cadenas de suministro se componen de metales de tierras raras, chips y oscuras piezas mecánicas de todo el mundo que son muy difíciles de conseguir.”

Eso era antes, esto es ahora

Volvamos a Roosevelt y al desafío de la Segunda Guerra Mundial. La industria estadounidense suministró casi Franklin D. Roosevelt - Wikipedia, la enciclopedia libredos tercios de todo el material militar aliado producido durante la Segunda Guerra Mundial: 297.000 aviones, 193.000 piezas de artillería, 86.000 tanques y dos millones de camiones del ejército. En cuatro años, la producción industrial estadounidense, que ya era la mayor del mundo, duplicó su tamaño.

Ken Burns señala:”La producción de guerra cambió profundamente la industria estadounidense. Las empresas que ya realizaban trabajos de defensa se expandieron. Otras, como la industria del automóvil, se transformaron por completo. En 1941 se fabricaron en Estados Unidos más de tres millones de automóviles. Sólo se fabricaron 139 más durante toda la guerra.

En su lugar, Chrysler fabricó fuselajes. General Motors fabricó motores de avión, cañones, camiones y tanques. Packard fabricó motores Rolls-Royce para las fuerzas aéreas británicas. Y en su inmensa planta de Willow Run, en Ypsilanti, Michigan, la Ford Motor Company realizaba algo parecido a un milagro las 24 horas del día. El coche medio de Ford tenía unas 15.000 piezas. El bombardero de largo alcance B-24 Liberator tenía 1.550.000. Salía uno de la línea cada 63 minutos.

Estados Unidos botó más buques en 1941 que Japón en toda la guerra. Los astilleros produjeron tonelaje tan rápidamente que para el otoño de 1943 todos los barcos aliados hundidos desde 1939 habían sido reemplazados. Sólo en 1944, Estados Unidos construyó más aviones que los japoneses entre 1939 y 1945. Al final de la guerra, más de la mitad de toda la producción industrial del mundo tendría lugar en Estados Unidos”.

Un mes después de Pearl Harbor, en enero de 1942, el presidente Franklin D. Roosevelt ordenó la creación del Consejo de Producción de Guerra, bajo la dirección de Donald Nelson, antiguo ejecutivo de Sears Roebuck. Un año después, en 1942, William Knudsen, de General Motors, fue nombrado teniente general y asignado a la oficina del subsecretario como director de producción.Pearl Harbor attack | Date, History, Map, Casualties, Timeline, & Facts |  Britannica

El Consejo de Producción de Guerra era una asociación público-privada. Se estableció un sistema que, hasta cierto punto, se asemejaba a una “economía dirigida”, pero que también permitía a las industrias obtener beneficios. Su personal estaba formado por ejecutivos de empresas traídos a Washington.

El resultado fue que, entre 1940 y 1944, el gobierno estadounidense adjudicó a empresas estadounidenses contratos de defensa por valor de 175.066 millones de dólares. Dos tercios de estas adjudicaciones fueron a parar a sólo 100 empresas y el 20% a sólo cinco empresas.

Ford construyó una fábrica capaz de producir el mayor y más destructivo bombardero del arsenal estadounidense, el B-24 Liberator, a razón de uno por hora. La Willow Run Bomber Plant se convirtió en la mayor fábrica bajo un mismo techo del mundo. The Washington Post calificó Willow Run como “la mayor planta de fabricación que el mundo haya visto jamás”, mientras que The Wall Street Journal la llamó “el Willow Run Airport, Ypsilanti, Michigan - AOPAmilagro de producción de la guerra”.

Foreign Affairs compara la producción militar de la Segunda Guerra Mundial con la situación actual: “El gobierno poseía casi el 90% de la capacidad productiva de aviones, barcos, armas y municiones. Esto contrasta con el clima actual, en el que los artículos comerciales han supuesto más del 88% de las nuevas adjudicaciones de compras desde 2011, y el capital privado invierte más de 6.000 millones de dólares al año en la industria de defensa.”

Tras el final de la Guerra Fría -porque ya no creía que se enfrentaría a una guerra de grandes potencias-, Estados Unidos recortó su gasto militar. En 1993, los directores ejecutivos de las mayores empresas militares de Estados Unidos fueron invitados a una cena en el Pentágono, que se conoció como “La última cena”, para que el Pentágono les comunicara que el presupuesto de defensa estaba a punto de ser recortado. El Subsecretario de Defensa, William Perry, les dijo: “Esperamos que las empresas de defensa quiebren. Nos quedaremos mirando cómo sucede”.

A raíz de esto, las empresas empezaron a consolidarse. El número de contratistas de misiles tácticos pasó de trece a tres, y el de aviones, de ocho a dos. Los contratistas de defensa persiguieron los contratos gubernamentales de armamento caro y experimental para obtener mayores beneficios, en detrimento de la producción de armas pequeñas y municiones de menor coste.

En la actualidad, la producción militar estadounidense está dominada por los “Cinco Grandes”: Boeing, General Dynamics, Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon. Siguen contratando aviones y misiles avanzados de alto coste, como el bombardero furtivo B-21 y el misil balístico intercontinental LGM-35 Sentinel. Como declaró el subsecretario de Defensa William LaPlante a The New York Times en marzo de 2023, Estados Unidos “realmente dejó que las líneas de producción se enfriaran y vio cómo las piezas se quedaban obsoletas”.

Reconstruir los arsenales de armamento no consiste sólo en construir nuevas instalaciones. Se necesita mano de obra para producir las armas y, como señala Foreign Affairs, eso es un problema:

“… almacenar armas es imposible dada la escasez de mano de obra cualificada en Estados Unidos. Los contratistas de defensa llevan años luchando por contratar trabajadores en una industria que suele exigir a sus empleados formación profesional o titulaciones de dos años. Educar y formar a los futuros trabajadores de defensa requiere un tiempo del que Ucrania no dispone en estos momentos. La producción de armamento no puede crearse por voluntad propia. Para conseguir una mano de obra más estable y formada, Estados Unidos debe apoyar la creación de empleo en todos los sectores laborales, no sólo en el de defensa, para que los estadounidenses dispongan de las cualificaciones y la formación necesarias en tiempos de crisis”.

Calamitoso

Por supuesto, al Pentágono y a la industria armamentística les interesa hablar de la necesidad de una expansión masiva de la producción. Pero habla de la realidad de una guerra con China, para la que EEUU debe planificar.

El dinero gastado en armas será, como siempre, a costa de la asistencia sanitaria y el bienestar de muchos. El  Georgetown Journal of International Affairs señala otro problema: “El cambio del DIB estadounidense a una base bélica también corre el riesgo de convertirse en una predicción autocumplida, haciendo que la guerra sea más probable al militarizar aún más la política exterior estadounidense, y alimentando potencialmente nuevas carreras armamentísticas”.Guerra comercial Estados Unidos y China: 5 gráficos para entender el  conflicto que tiene en vilo a la economía mundial - BBC News Mundo

The New York Times informa: “Kathleen H.] Hicks, subsecretaria de Defensa, dijo que el objetivo no es necesariamente prepararse para luchar en una guerra con China, sino disuadir de que estalle. Aún así, debemos tener la credibilidad de combate para ganar si tenemos que luchar”, dijo.

Pekín lo interpretará así y aumentará su capacidad militar como respuesta. También es posible que piense que es mejor no dar tiempo a Estados Unidos para que reconstruya sus reservas de armamento. Mientras tanto, piensa en todos los aviones y barcos estadounidenses y chinos que se vigilan mutuamente en el Mar de China Meridional. Añade algunos más y espera una confrontación accidental. Una Guerra Fría puede convertirse en una Guerra Caliente en cuestión de segundos, con resultados calamitosos para todos nosotros.

Un último punto. En el juego de guerra antes mencionado, una invasión china de Taiwán, Estados Unidos y sus aliados mantienen la isla, pero a un coste terrible para ambas partes. También plantea otras cuestiones. Si Estados Unidos tuviera que lanzarlo todo contra China, ¿qué harían sus aliados, Rusia y Corea del Norte? Sin Estados Unidos para ayudarle y suministrarle, Israel podría enfrentarse a un ataque de una escala mucho mayor que el del 7 de octubre?. En ese escenario, los dedos estarían apretando los botones de lanzamiento nuclear en varias capitales diferentes.

*Autor, activista político y comentarista, y simpatizante de Rise, la coalición de izquierda radical de Escocia. Entre sus libros figuran A People’s History of Scotland y The Second World War: A Marxist Analysis.