Todo sea por Marlene
EZEQUIEL SCHER | Marlene no es una belleza, pero más de uno ya está enamorado de ella. Tiene un lunar en la cara que es en sí mismo una teoría de lo complejo: como esas marcas que no se entienden si son el demonio o el paraíso. Cuando el micro arrancó de la estación de Retiro, el mercado, con sus lamentables ofertas y sus demandas, la tenía en los peores puestos.