Brasil: La enmienda anónima y la corrupción premeditada
Jeferson Miola
Llama la atención la obsesión de los diputados y senadores por ocultar la identidad de los autores de las enmiendas parlamentarias al Presupuesto de la Unión. Esta conducta es aún más llamativa porque es propio de los parlamentarios publicitar, a menudo con gran fanfarria, los recursos que obtienen para sus parroquias y clientelas electorales.

Es pues muy extraño que un parlamentario haga todo lo posible para permanecer oculto, para evitar ver su nombre asociado a un proyecto, a un equipamiento o a una financiación destinada a su base electoral.Pero esto es exactamente lo que sucede en el caso de las enmiendas presupuestarias, donde los diputados y senadores optan por el anonimato, y ella opta por el secreto de las enmiendas anónimas, el llamado presupuesto secreto.
Si Sus Excelencias no tuvieran malas intenciones, ¿por qué impedirían entonces que se siga la ruta que sigue el dinero público una vez que sale de las arcas de la Unión? Los escándalos de corrupción y la malversación de fondos presupuestarios liberados por los parlamentarios ya se han convertido en una epidemia nacional.
La Policía Federal abrió más de 40 investigaciones en Brasilia y en los estados. Y el día 11, el STF declaró acusados a tres diputados del PL, el partido de Bolsonaro, que vendían enmiendas parlamentarias.

El “mercado” de enmiendas es un negocio multimillonario gestionado por 513 diputados y 81 senadores. Entre 2020 y 2024, distribuyeron 149 mil millones de reales (unos 26 mil millones de dólares) . Y, para el presupuesto de 2025, se garantizó el monto de 50,4 mil millones de reale (casi nueve mil millones de dólares), valor comparable a las inversiones totales del PAC.
Serán 24,6 mil millones de reales en enmiendas individuales, que garantizan 41,5 millones (unos siete millones de dólares) para cada parlamentario, más de 14,8 mil millones de reales en enmiendas de bancadas estaduales y otros 11,5 mil millones mediante enmiendas de comisiones.
No hay lugar en el mundo, ni siquiera en los países con sistema parlamentario, donde haya tanta interferencia parlamentaria en la asignación de fondos presupuestarios como en Brasil, con el Congreso usurpando un poder primario del Poder Ejecutivo.
Este enorme absurdo es superado, sin embargo, por el absurdo aún mayor de la opacidad y la falta de transparencia, publicidad y trazabilidad de miles de millones de dinero público. El presupuesto secreto representa la institucionalización de la corrupción.
*Miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)