Monómeros: La táctica del poder dual

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Leopoldo Puchi|

Pudiera decirse que los titulares de los medios o testimonios como el de Humberto Calderón Berti sobre lo ocurrido en la empresa venezolana de fertilizantes Monómeros muestran simplemente, aunque de manera descarnada, el profundo y extendido deterioro de las élites políticas venezolanas en sus distintas corrientes, aunque en esta oportunidad la atención este focalizada en una de ellas, la de un sector de la oposición.

Ciertamente, en lo ocurrido hay muchos elementos que revelan la inconsistencia del liderazgo y sus debilidades. Ni siquiera episodios como los de los Pandora Papers, que involucran a decenas de políticos y mandatarios con imagen de corrección o rectitud, desde Mario Vargas Llosa hasta Sebastián Piñera, pueden atenuar la gravedad de nuestros propios males.Sorpresa en Venezuela tras conocerse que su activo en el exterior Monómeros  se declaró en quiebra - ALnavío

Sin embargo, los juicios éticos y la valoración de las conductas que deben hacerse en todos estos casos no pueden evadir la observación de las raíces y consecuencias políticas que encierran los hechos ocurridos en Monómeros y Citgo.

Grandes daños

No se puede dejar de lado que los actos de corrupción, irregularidades administrativas y mala gestión han ocurrido dentro de una estrategia política que, en sí misma, era destructiva, además de incubar, como lo hace todo conflicto que adquiere alguna de las formas de la guerra, las peores desviaciones y mover las más oscuras conductas.

Esa estrategia fue diseñada durante la era Trump para el cambio de gobierno en Venezuela, y se recurrió a dos vectores o tácticas que se sabía que serían profundamente dañinas si se extendían por mucho tiempo. Una de ellas corresponde al bloqueo a la venta de petróleo y a las transacciones financieras por medio de sanciones; la otra al denominado ‘poder dual’.

Sanciones

Sobre las sanciones, a William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Venezuela, se le preguntó en una entrevista de octubre de 2018 en La voz de América sobre las posibilidades de cortar la compra de petróleo a Venezuela. Respondió en relación a esa opción que si se tomara esa medida, si se sancionase a Pdvsa, eso “tendría un impacto sobre el pueblo entero, sobre el ciudadano común y corriente y las comunidades de Venezuela”.

Y añadió: “Pero el contraargumento es que ya ellos sufren tanto de falta de alimentación, de falta de seguridad, de falta de medicinas, de falta de salud pública, que en este momento quizás la mejor solución sería acelerar el colapso, aunque produzca un período de sufrimiento mayor por un período de meses o quizás años”.

Precisamente, fue esa opción analizada por Brownfield en sus distintas aristas la escogida como eje central en el plan diseñado en Washington, aunque se pensó, erróneamente, que habría resultados en pocas semanas, mucho antes de que el efecto de las sanciones se sintiera completamente.

Poder dual

Los casos de Monómeros y de Citgo están directamente relacionados al otro vector de la estrategia, el ‘poder dual’, es decir, la creación de una imagen que aun sin corresponder con la realidad cumple la función de generar incertidumbres jurídicas.Maduro: Quebraron Monómeros y ahora se echan la culpa unos con otros

Como la imagen no se sostenía sobre hechos reales, su creación derivó esencialmente de un poder externo, el reconocimiento por el gobierno de una potencia mundial, en este caso Estados Unidos, que jugó en la trama el rol del ilusionista.

Como parte de esa creación, Citgo, ubicada en Estados Unidos, y la empresa Monómeros, que es parte del conglomerado Pequiven con sede en Colombia, pasaron a manos del “otro Ejecutivo” y fueron separadas de toda estructura de Estado o de gobierno. No se necesita mucha imaginación para saber lo que podía pasar con unas empresas en el aire, sin ser parte de un cuerpo institucional más amplio.

Si de por sí, aun en un marco regulado y en situaciones normales, de organigramas que reflejan dependencias y conexiones, se presentan irregularidades, hay corrupción y se quiebran empresas, ¡qué no podía pasar estando a la libre! Lo que iba a suceder se podía prever desde el primer día en que se puso en acción el vector de un gobierno interino, a menos que de manera fulminante se hubiera derrocado al gobierno en plaza.

No ocurrió, pero lo que los funcionarios estadounidenses y colombianos sí tenían que saber era lo que ocurriría de fallar en el cálculo: empresas listas para pasar a sus manos, juicios en tribunales en los que Venezuela no pudo litigar, fondos congelados sin rendimientos. Es en este marco que hay que ubicar la bancarrota de Monómeros.