Unidad Revolucionaria
ELÍAS JAUA | “Se van aquedar con las ganas, porque nosotros como pueblo le estamos clamando al Dios del cielo para que le regale a Venezuela la salud del Presidente. Pero más allá de cualquier circunstancia, lo que los analistas de la derecha no entenderán nunca, como lo ha expresado el propio Comandante, es que ya Chávez no es un hombre, es un pueblo”.
La jornada de elección anual de la directiva de la Asamblea Nacional, fue el contexto para que las fuerzas bolivarianas-chavistas diéramos una demostración de unidad y firmeza. El pueblo, la dirigencia del partido, los gobernadores, el Vicepresidente Ejecutivo Nicolás Maduro con el Gabinete y el Alto Mando Militar, presenciaron la elección, por parte de la mayoría de diputados y diputadas bolivarianas, de la directiva del Parlamento Nacional que finalmente quedó conformada por los compatriotas Diosdado Cabello, Darío Vivas y la valiente camarada Blanca Ekhaut.
Esta demostración de fuerza y unidad institucional, popular y militar es el mejor antídoto contra las pretensiones desestabilizadoras de la derecha. No olvidemos que la gran apuesta, desde el año 2001, por parte del Imperio y los pitiyanquis ha sido construir un escenario donde el Comandante Chávez no esté u otro escenario donde el chavismo se divida, o ambos inclusive.
El primer escenario lo lograron, por breve tiempo, el 11 de abril de 2002 y lo siguieron intentando mediante el magnicidio, el chantaje económico y la amenaza terrorista para forzar su renuncia, el referéndum revocatorio, etc., etc. En todos esos intentos fracasaron y Chávez se fue convirtiendo en un líder de estatura mundial.
El segundo escenario, lo han intentado mediante la compra, el chantaje y la extorsión de un número importante de dirigentes políticos y militares de la revolución. Todos ellos, se han ido sin pena ni gloria de las filas revolucionarias y el Chavismo ha salido depurado y fortalecido de cada traición.
Tras el anuncio, hecho por el Presidente Chávez sobre su estado de salud, el pasado 8 de diciembre, la derecha mundial y la criolla están engolosinadas con el deseo de que ahora sí, el Comandante no esté y que en consecuencia el Chavismo se divida y desaparezca.
Se van aquedar con las ganas, porque nosotros como pueblo le estamos clamando al Dios del cielo para que le regale a Venezuela la salud del Presidente. Pero más allá de cualquier circunstancia, lo que los analistas de la derecha no entenderán nunca, como lo ha expresado el propio Comandante, es que ya Chávez no es un hombre, es un pueblo.
Pero la tarea más importante, la tenemos nosotros los bolivarianos-chavistas. De nosotros depende mantenernos unidos y firmes en los principios y doctrina que nos ha inculcado el Comandante Chávez. En nosotros está no facilitar el escenario ideal para los enemigos del pueblo, el Chavismo desintegrado.
Al respecto, creo firmemente que nuevamente fallarán los deseos imperiales y de sus lacayos de ver a esta fuerza ética para la liberación, desmoronada. Conozco a mis compañeros y compañeras de la dirección política que ha formado el Comandante Chávez, conozco al pueblo que alienta nuestra lucha. Confío en la madurez que hemos alcanzado.
Recuerdo la mirada, que muchas veces nos ha dirigido el Comandante a muchos de nosotros, en los últimos años, expresándonos:“Pase lo que pase, Uds. no pueden permitir que el esfuerzo se pierda”. Yo sé que esa mirada, esas palabras, están grabadas en la conciencia, en el alma de nosotras y nosotros, sus compañeras y compañeros de sueños y esperanzas. Nunca le vamos a fallar al compromiso que implica esa mirada.
Por eso, en medio de los dolores y de las angustias, le puedo decir a nuestro pueblo que tenga confianza en que nosotros estamos obligados por la historia, por la política, por los principios y por Chávez a mantenernos unidos en esta y en cualquier circunstancia. No le comamos guerra psicológica al enemigo.
Chávez tiene derecho a vivir, se lo merece y nosotros como pueblo nos merecemos que Chávez viva, para que nos siga conduciendo en la construcción de la Patria grande que soñó para nosotros el Padre Simón Bolívar y en el sendero de la revolución socialista, ahora más que nunca necesaria para el vivir bien del hombre, de la mujer, del niño, de la niña, que son nuestros hijos y nuestras hijas. Pero el Pueblo está obligado a consolidar al Chavismo como una cultura política para lo grande, para lo hermoso, para lo justo, para la vida, para el socialismo, para la Patria.
Finalmente, quiero expresar que me siento profundamente orgulloso de la actitud de los camaradas Nicolás Maduro, Vicepresidente Ejecutivo y Diosdado Cabello, Vicepresidente de nuestro partido (PSUV), así como de cada compañero, compañera de la dirección política y militar de nuestro movimiento. El comportamiento ha estado a la altura de lo que siempre nos ha pedido el Comandante Chávez, de lo que nuestro pueblo exige en este momento. La derecha y sus intrigas, no pasarán.