Y al final Europa se doblegó ante Washington y comprará energéticos a EEUU
Isabella Arria
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, alcanzaron un acuerdo aduanero en Tunberry, Escocia, mediante el cual las importaciones de la Unión Europea (UE) serán gravadas con 15 por ciento con tal de librar una amenaza de aranceles generalizados de 30 por ciento.
Asimismo, la UE se comprometió a comprar a Estados Unidos energéticos por 750 mil millones de dólares y 600 mil millones de dólares en inversiones adicionales. De acuerdo con Von der Leyen, las significativas compras de energía que Europa realizará en Estados Unidos servirán para remplazar los suministros de Rusia.
Estados Unidos y la Unión Europea evitaron el peor escenario posible: una guerra comercial desastrosa entre aliados que amenazaba con aumentar los precios de una gran cantidad de productos y frenar el crecimiento de dos de las mayores economías del mundo. El marco generó una sensación de alivio para ambas partes, pero pocos celebran el acuerdo en sí.
El convenio, que establece un arancel del 15 % para la mayoría de los productos europeos que entran en Estados Unidos, es superior al arancel del 10 % que Trump impuso el 2 de abril y significativamente superior al promedio de alrededor del 1,2 % anterior a su presidencia. Sin embargo, es significativamente inferior a las enormes cifras con las que Trump había amenazado si no se llegaba a un acuerdo.
Europa recibió con alivio pero también con resignación el acuerdo que contempla «aranceles cero» en diversos productos y un compromiso europeo de comprar energía estadounidense por valor de 750.000 millones de dólares e invertir otros 600.000 millones adicionales, además de incrementar sus adquisiciones de material militar.
Trump y Von der Leyen tuvieron conversaciones privadas en uno de los campos de golf de Trump en Escocia y luego salieron a declarar que habían alcanzado un acuerdo en todos los ámbitos
. “Creo que éste es el mayor acuerdo jamás alcanzado –dijo el mandatario estadunidense–. Tenemos un acuerdo comercial entre las dos mayores economías del mundo, y es un gran acuerdo. Es un gran acuerdo. Aportará estabilidad. Aportará previsibilidad.”
Trump explicó los detalles, estrechando la mano de Von der Leyen: “Estamos acordando que el arancel directo para automóviles y todo lo demás sea de 15 por ciento. Todos los países estarán abiertos al comercio con Estados Unidos con arancel cero (para las exportaciones estadunidenses)
. En la reunión, Von der Leyen señaló que Estados Unidos y la UE combinados tienen el volumen comercial más grande del mundo, con cientos de millones de personas y billones de dólares.
Posteriormente se confirmó el arancel
único
de 15 por ciento para la gran mayoría de las exportaciones de la UE
, como automóviles, semiconductores y productos farmacéuticos. Este 15 por ciento es un límite máximo claro, por lo que no hay acumulación de aranceles
, agregó. Dijo también que el sector aeronáutico y otras áreas estratégicas estarán exentas de aranceles. Sin embargo, el gravamen de 15 por ciento no se aplicaría al acero y el aluminio, para los que se mantendría un arancel de 50 por ciento.
Ambas partes se enfrentaron por la insistencia de Estados Unidos en imponer aranceles elevados al acero y al aluminio, la inminente imposición de aranceles a los productos farmacéuticos y el límite arancelario mínimo para prácticamente todos los productos, que la administración de Trump parece dispuesta a elevar al 15 %.
Los negociadores no lograron llegar a una resolución antes de la fecha límite inicial del 9 de julio. Una de las razones por las que el Gobierno de Trump pospuso la fecha de entrada en vigor de sus aranceles “recíprocos” al 1 de agosto. A pocos días de la prórroga, mientras Trump visitaba Escocia, se reunió con van der Leyen y ultimaron un marco para un acuerdo: uno escueto en detalles y con muchas salvedades, pero que, sin embargo, supuso un alivio muy buscado por ambas partes.
La UE se suma así a la lista de países que ya firmaron un acuerdo con Estados Unidos, en la cual figuran Japón, Filipinas, Reino Unido, Vietnam e Indonesia. Pero, para Trump, este convenio con la UE constituye el más importante de los pactos comerciales firmados, superando el de 550.000 millones de dólares concluido con Tokio a principios de semana.
«Esto no es un acuerdo… (El presidente) Donald Trump se desayunó a (la presidenta de la Comisión Europea) Von der Leyen. Esto es lo que sucedió y sospechábamos que sucedería, ya que el presidente estadounidense es un peso pesado en las negociaciones, mientras que la presidenta es un peso pluma», declaró el primer ministro húngaro Viktor Orban en un podcast.
El ministro de Comercio francés, Laurent Saint Martin, dijo a la radio France Inter que seguía considerando el acuerdo como «desequilibrado», coincidiendo con la opinión de otros ministros del Gobierno francés al respecto. El primer ministro Francois Bayrou fue aún más duro respecto al acuerdo: «Es un día oscuro cuando una alianza de pueblos libres, unidos para afirmar sus valores y defender sus intereses, recurre a la sumisión», declaró en la red X.
La propia Administración Trump celebró el anuncio y lo describió como «un día histórico para el comercio estadounidense» que fortalecerá la relación con la Unión Europea (UE) «durante décadas», en palabras del secretario de Comercio, Howard Lutnick.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, mostró este lunes su respaldo al acuerdo, aunque, según ha admitido, «sin ningún entusiasmo». Por su parte, la vicepresidenta de Trabajo , Yolanda Díaz, calificó el acuerdo como «magnífico error», y ha acusado a Von Der Leyen de «entregar» Europa a Estados Unidos. «Lejos de tener un proyecto europeo propio y apostar por planes de economía estratégica», se «agudiza» la dependencia energética.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)