Trump y la retórica del bullying: agresiones, amenazas ¿y después?

Aram Aharonian

Somos testigos del intento de una transición hegemónica similar a la del periodo entre la primera y segunda Guerra Mundial, con el ocaso del Reino Unido y la nueva Pax Americana que se institucionalizó con el poderío socioeconómico y militar de EEUU desde 1945 y cuando en Bretton Woods Washington logró imponer un grupo de instituciones que han perdurado hasta hoy en día.

El de Trump es un discurso de la gran potencia en decadencia: su estilo es agresivo,  provocador y vulgar, precedido de amenazas sobre el uso de recursos militares, sanciones y presiones económicas para mover fronteras a su antojo, tomar territorios para engrandecer a su patria a costa de los demás.Busca compensar su deterioro hegemónico por medio de un proyecto de expansión  neocolonial  hacia lo que sigue considerando su patio trasero.

El control de la información se ha convertido en una nueva forma imperial: con el control de la narrativa, la capacidad de definir lo verosímil, los marcos de comprensión y debate, y una suerte de privatización del espacio público digital, las plataformas de origen estadounidense intentan redefinir las reglas del juego y deliberación democrática.

Entre las 10 personas más ricas de Estados Unidos, todos menos uno (el magnate financiero Warren Buffet) provienen de empresas tecnológicas. Se acercan a Trump con la esperanza de que logre disuadir, por las buenas o por las malas, a los países que intentan poner algún tipo de regulación a las plataformas, las redes sociales y el desarrollo de inteligencia artificial.

Pero fue Elon Musk quien salió a cruzar fuerte a uno de los principales anuncios que hizo su jefe socio hasta ahora: la inversión de 500.0000 millones de dólares a lo largo de cuatro años para el mayor proyecto de infraestructura de Inteligencia Artificial que haya conocido Estados Unidos”;En realidad no tienen la plata”, tuiteó refiriéndose a otras empresas que aspiran a competir en la vanguardia del desarrollo de la IA.

Todos esperan que no repita errores de su anterior gestión. En 2017 se rodeó de algunos  “halcones”, como John Bolton, quien lo indujo a cometer varios errores en política exterior, al cual despidió del cargo de asesor de seguridad nacional, criticando su carácter belicista al decir: “si lo escuchara, estaríamos en la Sexta Guerra Mundial”.

Respecto a la guerra en Ucrania, comenzada por la administración Obama-Biden en 2014 y profundizada por el binomio Biden-Harris en 2022, sin duda muestra un final cercano, con negociaciones de paz realistas que permitan garantías de seguridad mutuas para Moscú y Washington .

Rusia no ve “nuevos elementos” en las amenazas de sanciones contra el país formuladas por Trump, según el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, quien recordó que durante su primer mandato, Trump fue “el presidente de EEUU que más recurrió a los métodos de sanciones. Le gustan estos métodos, al menos le gustaban durante su primera presidencia”, dijo. “Estamos observando muy de cerca, por supuesto, toda la retórica, todas las declaraciones. Estamos registrando cuidadosamente todos los matices. Seguimos dispuestos al diálogo, como ha dicho en repetidas ocasiones el presidente Vladimir Putin, en pie de igualdad, al diálogo mutuamente respetuoso”, afirmó Peskov.

Con China, seguramente serán cuatro años de tensiones, como es normal entre las dos  principales potencias comerciales, a pesar de lo cual, esto no impidió el envío de una delegación de alto nivel encabezada por el vicepresidente de China a la asunción del magnate neoyorquino, o una cordial llamada telefónica entre Xi y Trump, durante la cual el presidente estadounidense habría manifestado su intención de visitar Beijín en los primeros cien días de su mandato.

Todas señales positivas para el futuro de las relaciones sino-estadounidenses, de las cuales ninguno de los dos estados puede prescindir.

Trump buscará consolidar a EEUU como el centro de su polo, en un mundo multipolar que pareciera que no tiene vuelta atrás, y es debido a eso las rimbombantes declaraciones sobre Canadá como el estado 51 de la Unión, la compra de Groenlandia, el Canal de Panamá y México. Trump necesita humillar al primer ministro Justin Trudeau y se pueden esperas más “ajustes de cuentas” con líderes europeos.

Sobre el Canal de Panamá lanzó la exigencia de máxima en la “negociación” para terminar obteniendo tarifas especiales para el comercio marítimo estadounidense y tal vez una exención para su Armada. La Organización de Naciones Unidas consideró que ningún país debe cambiar de manera unilateral nombres geográficos bien establecidos, después de que el presidente Donald Trump, ordenó renombrar el Golfo de México por Golfo de América (para él América significa EEUU).

Florida se convirtió en el primer estado en referirse al Golfo de México con su nuevo nombre, de acuerdo con un aviso meteorológico de emergencia oficial.

La frontera sur y los cárteles de la droga son temas de seguridad, pero para tener éxito en el control migratorio, deberá revisar la relación de EEUU con los países de Latinoamérica, de lo contrario difícilmente podrá detener este fenómeno causado por las políticas de Washington. Más allá de combatir a los cárteles de la droga deberá tomar medidas contra el consumo de drogas y afinar la puntería en la lucha contra las redes de narcotráfico dentro de los EEUU.

Mientras, la alianza entre líderes tecnológicos y la ultraderecha estadounidense amenaza no sólo a la democracia en el país, sino también a nivel mundial, consolidando privilegios en un contexto de desregulación y persecución. Desde gestos abiertamente nazis, como el saludo del magnate Elon Musk, hasta políticas que privilegian el capital sobre los derechos humanos, esta simbiosis jaquea los valores de las sociedades modernas.

Pero hay que tener en cuenta que esta alianza entre esta casta de supermillonarios y extremistas es la base del segundo mandato de Trump y surge como un nuevo peligro para la humanidad. Según el historiador Quinn Slobodian, por lo menos 13 supermillonarios van a tener cargos en el gobierno y la fortuna acumulada de todo el gabinete es 60 veces más grande que la del equipo de Joe Biden.

Apurado, Trump firmó numerosas órdenes ejecutivas el día de su investidura, entre ellos varios edictos presidenciales en un escritorio rojo del Capitol One Arena ante decenas de miles de seguidores que lo aclamaba y no en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Las órdenes ejecutivas son directivas que el presidente emite sin tener que consultar al   Congreso, que se encarga de aprobar las leyes ordinarias y así puede eludir a la Cámara de Representantes y al Senado emitiendo sus propias instrucciones directamente a los funcionarios federales.

Después de negar durante cuatro años toda participación en el intento de golpe de Estado de 2021, Trump inauguró su segunda presidencia indultando a 1600 participantes del asalto al Capitolio, que dejó un saldo de 4 muertos y 140 heridos.

Uno de los temas más importantes de campaña de Trump, la inmigración, también formó parte de la serie de órdenes ejecutivas del primer día. El presidente declaró la emergencia nacional en la frontera de EE.UU. con México para que el Gobierno tome el control de lo que Trump dice que es una situación desastrosa y detener la “invasión” de inmigrantes indocumentados que, según él, se produjo bajo la presidencia de Biden.

Las primeras redadas de la campaña de “deportación masiva” de inmigrantes anuncian la inevitable violencia de esta nueva etapa. Por una decisión ejecutiva, no habrá refugio posible: ya no estarán a salvo de estos operativos las iglesias, las escuelas ni los hospitales. Lo que aún no sabe es si el gobierno usará los datos que las grandes tecnológicas tienen de cada uno de ellos para perseguirlos.

Por lo que hace a la clasificación de terroristas aplicada a las organizaciones del narcotráfico, la traducción de esa medida en acciones colocaría a la administración Trump2 en una situación delicada, ya que también tendría que perseguir como tales a los agentes aduanales y fronterizos corruptos que permiten el ingreso de los estupefacientes a territorio estadounidense, a los grupos que los comercializan y distribuyen, a los fabricantes y vendedores de armas que surten a los cárteles y a las instituciones bancarias, financieras y cambiarias que les lavan el dinero.

Tanbién, decisiones como retirar a su país de la Organización Mundial de la Salud, del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, abolir las políticas de combate a la discriminación o promover la extracción innecesaria de hidrocarburos pueden contentar a sus bases más retrógradas, pero no harán sino ahondar el aislamiento de EEUU, y convertirlo en un paria en la comunidad internacional.

Otro de los grandes temas durante la campaña de Trump, las cuestiones relativas a los derechos del colectivo LGBTQ+, estuvo en la lista de directivas que firmó en el primer día, Ahora, según una orden ejecutiva del nuevo gobierno, sólo habría dos géneros, masculino y femenino, dejando de existir la opción no binaria o diversa.  La decisión ordenaba a las agencias federales a revocar las políticas emitidas bajo la presidencia de Biden que habían facilitado a las personas transgénero la actualización de sus marcadores de género en la identificación federal.

Trump sueña con el siglo 19, cuando la expansión territorial de Estados Unidos se materializó por la masacre de las naciones indígenas, con la compra de territorio… pero sobre todo por la anexión territorial por medios militares.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)