Milei, un año después, entre purgas y su sueño de ser líder mundial

Rubén Armendáriz

Ya se cumplió un año del triunfo del libertario Javier Milei sobre Sergio Massa en la segunda vuelta electoral. Poco a poco el líder de la extrema derecha argentina enmudeció a gran parte del arco político: o deciden no hablar, o especulan o hablan como si no fueran responsables de su ascenso fulminante.

Milei se mueve en solitario, en el centro de la escena argentina y tiene pretensiones de llegar al estrellato mundial, con un manejo del poder desconocido por quienes doce meses atrás lo auparon, pensando que los iba a beneficiar a ellos. Nació de las ruinas del sistema político y sigue caminando entre sus escombros, señala El Destape.

Un año después, el presidente libertario carece de una oposición política con capacidad de lastimarlo y solo se ve afectado en el Congreso por mayorías circunstanciales. Parte de la dirigencia hoy lo acompaña, subordinada al ajuste de shock que tiene como blanco principal los ingresos de jubilados y asalariados.

Milei, durante una performance autorreferente en el Luna Park de la ciudad de Buenos Aires. (Xinhua)

Es el garante de que todo el ajuste será pagar la deuda que se contrajo durante el gobierno del neoliberal Mauricio Macri, mientras más de la mitad de la población pasa hambre. Hay una fuerte caída del consumo en productos de primera necesidad, que acompaña una recesión brutal. Esa recesión es el “secreto” de la baja de la inflación de la que se ufana Milei..

Milei nuevamente se autoelogió en televisión por haber bajado la inflación, el desempleo, la pobreza y hasta de haber llevado el salario promedio a 1300 dólares. Quizá se refería al sueldo de sus funcionarios.

Siempre recurriendo a la violencia discursiva, Milei caracterizó a los líderes y presidentes de izquierda, entre los que destacó a Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Gustavo Petro, Evo Morales y Claudia Sheinbaum, entre otros, como «cucarachas» e indicó que «fueron exitosos en lo cultural y en lo político, pero un desastre en lo económico por eso se están cayendo a pedazos”.

La red ultraderechista

Pese a sus excentricidades y desvaríos, va de Donald Trump a Kristalina Georgieva con escala en Xi Jinping, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron y Narendra Modi. Luego de la cumbre del G20, Milei recibió a la primer ministra italiana, una de las principales figuras de la derecha europea, luego de hablar con Macron el domingo, previo al G20.

Milei y Meloni destacaron la defensa de la gran propiedad privada y se ufanaron del ajuste en Argentina y de las políticas antiinmigración en Italia. El argentino no ocultó ante ella su nueva obsesión: armar una red de gobiernos de ultraderecha, a la que el Presidente define como una «alianza de naciones libres». Lo mismo le había dicho  el fin de semana anterior al estadounidense Donald Trump en Florida.

La intención del libertario argentino es conformar una Liga de Naciones Conservadoras que encarne la «batalla cultural» en defensa de la propiedad privada, el capitalismo y las ideas de la «libertad», y para eso pretende emular la Liga de las Naciones, de 1920.

Milei con la premier italiana, Giorgia Meloni.

Milei le planteó a la italiana su estrategia geopolítica para luchar contra «la tiranía y miseria» en Occidente. «Quienes defendemos la libertad, aunque todavía seamos pocos, marquemos el camino», lanzó el libertario. Por su parte, Meloni calificó a Milei como «un hombre valiente» y su «amigo». Como muestra de esa cercanía, el argentino le entregó a la italiana un regalo autorreferencial: un muñeco suyo con una motosierra.

Asimismo, marcó las similitudes con Meloni, «Frente a la ideología de género tan de moda en Occidente en la última década, abogamos por el respeto irrestricto del derecho a la vida y la defensa de la familia como elemento central de la sociedad», dijo y completó: «Ante la enfermedad del alma que es el virus woke, pedimos restaurar el sentido común y volver a los valores que comparten la gran mayoría de los ciudadanos del mundo occidente, que en gran medida, fueron forjados en la Antigua Roma», dijo.

Purgas

El periodista Ernesto Tenembaum señaló que Milei forma equipos que están sometidos a purgas permanentes.» «El líder tiene que ser arbitrario porque entonces todos le temen», dijo, y aseguró que el gobierno se preocupa de generar un «clima de terror interno» en el que «cualquiera, por una razón que nadie entiende, puede rodar en cualquier momento». Quien toma  esas decisiones, según Tenembaum, es la hermana del presidente, Karina Milei.

Mientras. el flamante canciller Gerardo Werthein comenzó la purga macartista en el Palacio San Martín, sede del ministerio de Relaciones Exteriores, después que su antecesora Diana Mondino salió eyectada por haber votado en contra del embargo económico a Cuba en Naciones Unidas.

La ex canciller, Diana Mondino. (Xinhua/Martín Zabala)

Tras el desplazamiento de sus funcionarios mas cercanos, Werthein puso en marcha las investigaciones internas –-bajo el rótulo de “auditoría– para lanzarse a la caza de los responsables del voto, tal como ordenó el presidente Javier Milei. Una decisión que tiene bajo sospecha a todo el servicio diplomático. El diputado radical Fernando Carbajal denunció penalmente a Milei y Werthein por la «purga estalinista-libertaria»: «No vamos a callar frente al autoritarismo y el macartismo», afirmó.

La grieta existía desde hace tiempo. La diputada Lilia Lemoine era la que acusaba a la vicepresidenta Victorio Villarruel de diferenciarse del presidente Milei y llegó a caracterizarla como «amante de la alta política, 100% casta». El último miércoles, el propio Javier Milei afirmó que Victoria Villarruel «está más cerca del círculo rojo, de lo que ella llama la alta política, y lo que nosotros llamamos la casta».

Los dichos del Presidente, realizados durante una entrevista con el canal LN+, confirmaron que la relación con Villarruel está en su peor momento. Es más, dijo que ella «decidió no participar más de las reuniones de Gabinete» y luego destacó que «tenemos la relación que se necesita institucionalmente para cumplir con nuestros roles». Además de considerar que su vicepresidenta está cerca de la casta, afirmó también que «no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones».

Milei con su vice, Victoria Villarruel. La relación está en el peor momento. (Xinhua/Martín Zabala)

Acompañando los ataques en redes que hacen los trolls financiados por el Estado, este miércoles el presidente dedicó un largo posteo a agredir a las y los periodistas, acusándolos de “delincuentes del micrófono”, y  una entrevista en el canal LN+, atacó a la izquierda con el calificativo de “cucarachas”. Pero detrás de su griterío estridente, se mantiene una crisis social que golpea duramente a las mayorías populares.

Esos mismos trolls vienen de lanzar la agrupación «Las Fuerzas del Cielo», con una estética fascistoide donde se definieron como el «brazo armado» del partido de Milei, La Libertad Avanza. El acto mereció numerosos repudios y obligó a los ultraderechistas a «explicar» que sus armas son «los celulares».

No se pueden menospreciar las consecuencias de estos discursos de odio, que ejercidos desde la Presidencia funcionan como incitación a la violencia. Una violencia que puede ejercerse contra periodistas y sectores de la oposición. Esta Presidencia en modo troll es una forma de hacer política para no hablar de las consecuencias del brutal ajuste que lleva adelante su gobierno.

A contramano de su historia, un disminuído peronismo opositor gobierna apenas cinco provincias y no sale del aturdimiento, Incluso el kirchnerismo, alguna vez monolítico, hoy exhibe en público sus diferencias. Cristina Frnández de Kirchner sigue en el centro de la escena, y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, busca un perfil de presidenciable que le discute la expresidenta y su gente. En la vereda de enfrente, La Libertad Avanza.

*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)