Los mariscales de la derrota/ Las difíciles vías de la paz

Melquíadez Iguarán|

La actual dirigencia de la derecha en Venezuela tiene un enemigo más fuerte que el chavismo, me refiero a su incapacidad estructural (casi genética) de comprender la realidad social y política que se disparó luego del caracazo de 1989, y que se politizó con la irrupción de la dirigencia catalítica de Chávez en 1992. Su gran enemigo es su miope visión de la clase social a la cual pertenecen y  cuyos intereses defienden. Por eso es normal que traten al pueblo como un objeto y bajo el engaño. Es un liderazgo mitómano y una derecha que no disimula su actitud pacata con la retórica de la democracia burguesa.  Tiene serios problemas de comportamiento: es mitómana, pirómana y adicta a las drogas de moda.

Sus acciones, más que debilitar al chavismo lo fortalecen. Tal es el balance de lo acontecido el domingo 16 de Julio, fecha que tal vez se etiquete como el Waterloo del Napoleón (Freddy) Guevara. Y es que el titulo histórico que se le puede dar a los dirigentes de la MUD, y especialmente a la extrema derecha de la MUD, López, Radonsky, Borges y Guevara es el de “Mariscales de la Derrota”. Todo les sale mal, tiene una propensión no sólo de poner la torta sino de fortalecer al enemigo. Uno se pregunta ¿cómo serán estos petimetres/lechuginos jugando dominó, truco, bolas criollas o ajedrez? De seguro, a la hora de elegir a los miembros de un equipo de pelotica de goma o de softball, serían los últimos en ser escogidos, porque son unos bate quebrados, majunches y muchachos pa´bobo(algunos de estos calificativos son autoría del propio Chávez).

Según los cálculos de estos Mariscales, el chavismo debería estar diezmado, por varios motivos: 1) acorralado por una fuerte crisis externa donde los patronos trasnacionales de la MUD han contribuido con acciones de acoso, sitio y bloqueo; 2) Con una población que ha soportado una inflación brutal y escasez/acaparamiento de bienes vitales; 3) Con un proceso político que ya lleva casi 19 años, y que normalmente debería tener una curva de desgaste, especialmente cuando el acoso interno y externo ha durado exactamente ese tiempo ¡El chavismo ha estado en el gobierno por todo ese tiempo! ¡Son casi el 20% de un siglo!; 4) con el efecto letal de una campaña publicitaria en contra, y la coordinación internacional de medios manipulación masivas, desplegadas en cualquier país del mundo e invirtiendo ingentes recursos; 5) Con denuncias, delaciones, traiciones  de ex-funcionarios y funcionarios que tienen en común haber guardado el fruto de sus fechorías en cuentas de bancos extranjeros y que residen cómodamente en ciudades de Estados Unidos.

Y sin embargo, el chavismo demuestra una capacidad de movilización asombrosa como ocurrió el domingo 16, cuando dejó estupefacto no sólo a la oposición sino a nosotros, los chavistas. La oposición le está ayudando al chavismo a tomar distancia con lo que se denominó la boliburguesía, que al pretender ser burguesía también debe ser delincuente, traidora y lacaya.

La torpe estrategia de la camarilla que lidera a la MUD, y la respectiva respuesta del gobierno, demostró ayer que más que diezmar el apoyo popular al Gobierno,  lo que han hecho, sin quererlo por supuesto, es consolidar el liderazgo del Presidente Maduro, que tomó una distancia abismal con las acusaciones y etiquetas de impopular e incapaz, demostrando capacidad de toma de decisiones tácticas en plena fragua del combate y, especialmente, cuando todo el mundo pensaba que estaba contra las cuerdas. El llamado a la Constituyente, hecho por el Presidente Maduro, además de sorprender al mismo chavismo, desequilibró mortalmente a la estrategia sediciosa, militar (armada) y criminal asumida por la MUD;

Pero, al mismo tiempo, creo otros efectos indeseados por  los asesores externos de la MUD, como por ejemplo: consolidó el liderazgo de Diosdado Cabello, uno de los hombres marcados en los naipes del Departamento de Estado estadounidense, objeto de acusaciones carentes de pruebas. Mirar la imagen de Diosdado Cabello en una Monumental de Valencia abarrotada de gente, debe haberle roto algunos vasitos oculares a ciertos opositores enemigos declarados  del chavismo. Asímismo, sin querre¡r, contribuyó con apuntalar un liderazgo emergente que estaba ahí como esperando a el chance, por ejemplo la ex-Canciller Deysi Rodríguez, proveniente de un mundo diplomático, con el perfomance de haber propinado derrotas humillantes a Almagro (y con ello al patrón de Almagro) y a todos los rastacueros obedientes a las órdenes del Norte, terminó metida en los barrios de Caracas, demostrando un potencial político-electoral, hasta ahora bien guardado. Pero los más notable ha sido el brote de liderazgos populares, que sorprendían con discursos coherentes y contundentes.

El 16 de junio fue un domingo de resurrección, Chávez recorrió Venezuela y como fantasma asustó a los oligarcas y burgueses. Resucitó en su gente, los desposeídos, los honestos, los trabajadores, los mestizos….   El chavismo se le ha convertido a los monjes de Primero Justicia, a la Santa Jerarquía de la Iglesia Católica y a ala burguesía local, en una entidad cargada de fuerzas sobrenaturales, ese espectro mitológico que mientras más lo atacas más se carga de energía y más se fortalece.

Realmente, lo que conduce a esta síntesis, no son fuerzas metafísicas o sobrenaturales, en todo caso es resultado de la lucha de clases. Un sector de la población venezolana no se siente representado en los burguesitos, petimetres, culitos de oro, mantuanos y mercaderes que se metieron a la política a finales de los años 1990, ante la incapacidad y el desgaste de la dirigencia tradicional de AD, COPEI y la izquierda. Son sujetos clasistas y racistas.  No lo pueden disimular así hagan la parodia de instalarse en el Municipio Sucre, donde se han mantenido gracias a la pésima gestión de un inolvidable alcalde chavista. Una parte de la población perciben e intuyen que Maria Corina Machado y su 7 enanitos, pertenecen a ese mundo que desprecia a los pobres, que se apresuró a calificar como lumpen o monos a los que apoyaban a Chávez.   Desconfían de los que provocan degollamiento de motorizados, linchamiento de chavistas, quema de negros, y sacrificios de jóvenes.

Dudo mucho que alguno de los Mariscales de la Derrota haya dormido bien, así algunos de ellos acostumbren al uso de sustancias psicotrópicas. Posiblemente soñaron con multitudes que les decían al unísono: ¡Chávez Vive, La Lucha Sigue!

 


16 de julio: las difíciles vías de la paz

Juan Romero-15yultimo|

Contra todo pronóstico, amanecimos al 16 de julio en Venezuela, sin habernos matado unos a los otros. En un país caracterizado por la extrema polarización, por el manejo de un repertorio de protestas muy violentas, por la persecución extrema de las posiciones políticas, todo se desenvolvió en relativa calma (con excepción de los acontecimientos en Catia -en la región capital- y en algunos otros lugares). Los que indicaban que el 16 de julio sería el fin del mundo, el apocalipsis now, se quedaron con las ganas.pazpazpaz

Había los que han apostado en estos más de 100 días de protestas violentas, no convencionales, (pues bajo ningún concepto puede considerarse pacífica la tranca de calles, el incendio de vehículos y personas, el linchamiento de sujetos por la presunción de su piel en relación con su militancia) por un escenario de elevación del conflicto, hasta los extremos de una guerra civil, que fue contundentemente torpedeado por ambos sectores de la polarización e, incluso, por aquellos que alejados de la polarización, rechazan la violencia. Por nuestra parte, nos declaramos críticos de los errores cometidos (pésima administración pública, casi nulo castigo a la corrupción, burocratismo y clientelismo), pero hacerlo no significa ignorar (o simplificar) los avances que en términos de derechos sociales y económicos se han alcanzado en estos 19 años de gestión del proyecto bolivariano. No podemos andar como Calimero quejándonos de todo. Hoy vimos un pueblo, que amenazado, que en los intentos de coaccionarlo, respondió con bravura, con hidalguía.

En nuestro criterio, la MUD cometió diversos errores.

Uno, apostó es este escenario al “todo o nada”, basado en un análisis errado de la “aparente tranquilidad” del chavismo. El hecho de que el pueblo militante de la utopía de Chávez se haya quedado expectante ante la violencia irrestricta desatada, fue asumido como un signo de cobardía y de “paralización”. En ese escenario, la MUD, con Julio Borges y compañía, llegó a pensar que había logrado desmovilizar al chavismo, sometido a una andanada de noticias falsas, de operaciones psicológicas y de presiones sociales y económicas. Dos, creó −otra vez, tal como lo hizo con el referendo revocatorio en 2016− una “falsa expectativa” en sus bases. Diversos representantes de la MUD anunciaron que obtendrían en la consulta un apoyo superior a los “11 millones”, tal como lo habían anunciado a través de algunas encuestadoras, pensando en transformar ese proceso −ilegal ante la no participación del CNE− en una especie de referendo revocatorio.

Dos, buena parte de la dirigencia de la MUD contaba con crear una gran movilización, que mayoritariamente le diera apoyo a la asamblea nacional en su confrontación con el presidente Nicolás Maduro, pero al mismo tiempo, obligara a la FANB a intervenir de manera violenta en este empate catastrófico en que se encuentra el país. Cumplir con la expectativa de llamar a votar 11 millones o más, era, operativamente imposible. Veamos: el CNE ha indicado en diversos procesos, que el promedio mínimo de ejercicio del voto en el sistema venezolano, que es 100% automatizado, es de unos 3 minutos. Eso significa, que en una hora votan aproximadamente 20 personas. La MUD habilitó 1.700 centros, en un proceso que tendría una duración de 8 horas (de 8 a.m. a 4 p.m.). Eso significa que en 8 horas votarían por centro unas 160 personas. Al multiplicarlo por el número total de centros, eso da una votación de 272.000 votos. Agregándole a cada centro, un total de 10 mesas electorales (cuestión que nunca ha ocurrido en Venezuela), el máximo en las horas estipuladas por la MUD habría sido 2.720.000 votos, como máximo. ¿Cómo obtienen 7.186.170 votos? ¿Por arte de magia o por arte del fraude?

Tres, parte de la creación de expectativas fue el recurrir a las autoridades de universidades públicas y privadas, que usurpando funciones exclusivas del poder electoral, establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), se abrogaron la responsabilidad de realizar el proceso. Un proceso donde no existió registro de votantes, no se procuró ningún elemento antifraude de identificación y verificación del votante, no se utilizaron testigos de otras organizaciones, ni acompañantes de ningún tipo. Una acción de desconocimiento del Estado, que solo tendría sentido en la medida que obtuvieran una cifra significativa de votos. La presencia de rectores, que en mi criterio deberían enfrentarse a procesos legales, por usurpación de funciones y cooperación en el delito de fraude electoral, no significó una masiva participación.

Cuatro, el uso del miedo, de la violencia, pensaba la MUD que serviría para movilizar a los más radicalizados, lo que pasó −aceptando que no hubo ningún fraude, aspecto que hemos demostrado que sí ocurrió− en realidad fue que buena parte de la población, que posiblemente esté molesta con el gobierno y la MUD por el desorden en que ha estado sumido el país, decidió no aprobar la consulta. Cuando se ve la votación de la MUD desde 2013, cuando Henrique Capriles se enfrenta a Nicolás Maduro, observamos que obtuvieron 7.363.980 votos. De ahí pasaron a obtener en las elecciones parlamentarias de 2015, unos 7.707.422 y ahora, decayeron a 7.186.170. Es decir, que el resultado de más de 103 días “de lucha y resistencia”, no solo ha permitido que el presidente Maduro siga ejerciendo su cargo, sino que además han experimentado un “voto castigo”, que ha reducido sus expectativas de desestabilizar al gobierno legítimamente electo. La MUD perdió 521.252 votos. Terrible ese resultado.

Cinco, el apoyo internacional, tan anhelado en este escenario de confrontación, queda ahora seriamente sentido, pues la medición electoral llevada a cabo −insistimos, en forma ilegítima e ilegal− no alcanza para hacer un “llamado” para que el presidente “renuncie”. Hay que recordar, que los votos “sacados” por la MUD, son menores que la votación con la cual fue elegido Nicolás Maduro en 2013.

¿Qué escenarios devienen de estos resultados? ¿Qué podemos esperar los venezolanos y el mundo en general?

Lo primero, es un incremento de las acciones de los sectores más radicalizados de la MUD. Primero Justicia y Voluntad Popular, las dos organizaciones de mayor extremismo, seguramente seguirán con sus esfuerzos de desconocimiento y violencia. Tienen la dificultad de tener que explicar por qué no obtuvieron 11 millones de votos.

En segundo lugar, el gobierno se la jugó todo en este proceso. Pudo tener la tentación de “impedirlo”, pero prefirió dejarlos correr y la MUD quedó enredada en su propia trampa. La jugada del gobierno de Nicolás Maduro funcionó: no ayudó, pero tampoco impidió la elección fraudulenta. La MUD seguramente esperaba una acción represiva del Estado, en correspondencia con su responsabilidad de mantener el orden. No fue así, y la MUD fue castigada por el agotamiento, el cansancio generado por el cierre de calles y las amenazas de incendio.

En tercer lugar, el gobierno quedó fortalecido, pues los errores de la MUD, las amenazas de “incendiar el país” ante la “hora cero” (la hora de la rebelión, según algunos diputados opositores), hicieron que salieran masivamente al simulacro de elección de la ANC, que sí contó con la validez del poder electoral y todos los procedimientos de verificación. El ánimo que observamos en las bases del chavismo, auguran −aún en contra de nuestra apreciaciones iniciales− una participación que podría superar la votación de 8.100.000 votos que obtuvo Hugo Chávez en octubre de 2012. Sin embargo, esto que parece una ventaja, pudiera traducirse en una escalada violenta de la oposición, sobre todo la más radical, que observó atónita cómo se movilizó con efectividad la maquinaria electoral del PSUV. Y ante ello, puede actuar con mayor violencia, pues no lograron ellos (la MUD) equiparar su movilización de forma de dar una demostración numéricamente inobjetable.

Cuarto, el chavismo debe revisar no solo su sistema de movilización, sino además la competencia desleal que hemos visto entre algunos candidatos. Hay el surgimiento de tendencias, que se muestran ambiciosas de poder y no entienden que los demás candidatos que han surgido, tanto en el ámbito electoral territorial y sectorial, no son los “enemigos”. El presidente Maduro, debe llamar al orden, para evitar que se infrinjan heridas que pueden ser mortales en esta etapa o punto de no retorno.

Quinto, los apoyos internacionales, particularmente de los llamados Imperialismos Colectivos (EE.UU., Unión Europea y Japón) van a arreciar sus acciones en estos 14 días de campaña. La desaparición de productos, el bloqueo de importaciones, la presión paramilitar con soporte en Colombia, posibles atentados contra actores clave del chavismo o la propia oposición, pueden ser efectuados en los próximos días. La campaña de advertencia del gobierno del presidente Maduro debe ser contundente para alertar sobre estos peligros.

Finalmente, no puede el chavismo, pensar que ya superó este difícil trance que experimenta desde inicios de abril, aún quedan muchas cartas por ser jugadas por la oposición, y la población que vemos con anhelo la profundización de una alternativa al capitalismo, debemos hacer el mejor esfuerzo para construir una paz desde la participación, no desde la negociación claudicante, tal como han manifestado algunos actores políticos, que en algún momento jugaron papeles clave en la administración pública. Argimiro Gabaldón decía “el camino es duro, pero es el camino”. Tenía razón, nadie dijo nunca que construir una alternativa a la democracia liberal sería fácil. Seguimos en el debate de ideas y creemos en el triálogo como opción.