Los Hermanos Musulmanes vuelven a la calle pese a la represión

Los seguidores del depuesto presidente egipcio Mohamed Morsi mantienen las protestas contra las autoridades golpistas y ayer volvieron a las calles de El Cairo y otras ciudades, aunque de forma más limitada después de que el viernes dos personas murieran en marchas de los islamistas y ante el aumento de las detenciones, las medidas policiales y la represión contra los Hermanos Musulmanes.

Gara

Cuando el viernes se cumplió un mes del desmantelamiento de sus acampadas en El Cairo, y con casi todos sus dirigentes detenidos, los seguidores del presidente derrocado por el golpe de Estado en Egipto Mohamed Morsi optaron por mantener un perfil más bajo en la movilización y organizaron cadenas humanas de protesta, además de varias concentraciones.

El pasado viernes los choques que se produjeron en varios puntos del país entre partidarios y opositores de Morsi provocaron la muerte de dos personas, en las movilizaciones que conmemoraban el primer mes del violento desalojo de las acampadas pro Morsi.

Aquel ataque a las acampadas se saldó con al menos 800 muertos y miles de heridos, de acuerdo con el Gobierno interino.

Alejandría fue testigo de los enfrentamientos del viernes, que dejaron un muerto. La otra víctima mortal de esa jornada se registró en disturbios en Beni Suef, al sur de la capital egipcia.

La marcha más multitudinaria tuvo lugar en El Cairo. Los manifestantes recorrieron el centro y desembocaron en el Palacio Presidencial, ya que las fuerzas de seguridad habían bloqueado los accesos a las principales plazas.

En las horas previas al inicio de las manifestaciones, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una campaña de detenciones entre Hermanos Musulmanes, sobre todo en las ciudades de Mansura y Mahalla.

Y ayer el Ministerio del Interior amenazó a los manifestantes con nuevas intervenciones. Aun así, en la capital egipcia, centenares de manifestantes marcharon desde la mezquita de Al Salam hasta las inmediaciones de la plaza de Rabea al Adauiya, en el distrito de Ciudad Naser, donde la Policía les impidió entrar.

Una fuente de los servicios de seguridad dijo a Efe que el Ejército acordonó Rabea al Adauiya y la plaza del Nahda, en Giza, colocando alambradas y desplegando numerosos efectivos para evitar protestas en su interior.

«Nuevas estrategias»

Ambos lugares fueron escenario de las acampadas que los islamistas levantaron después de que el Ejército depusiera al presidente Mohamed Morsi el 3 de julio pasado.

«Tenemos que ser leales a la sangre de los mártires. No nos rendiremos ante la amenaza del uso de la fuerza por parte del aparato estatal», afirmó el líder de Hermanos Musulmanes, Essam El Erian, en El Cairo.

El brazo político de los Hermanos Musulmanes, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), informó de que también se llevó a cabo una cadena humana en el paseo marítimo de Alejandría, donde mostraron carteles en los que se instaba a la desobediencia civil. Una movilización similar se desarrolló en los pueblos de Sadaqa, de Tammi al Amdid, en la provincia de Daqahiliya, y en Fayum, al sur de El Cairo.

El dirigente del grupo de jóvenes de los Hermanos Musulmanes Sayed Judari explicó que debido a la creciente campaña de represión contra la cofradía se han inventado nuevas estrategias.

«Ellos nos quieren llevar a la violencia pero nosotros estamos apegados al pacifismo», aseguró Judari, quien destacó que se sirven de los nuevos medios de comunicación y las nuevas tecnologías frente a unos militares que «tratan a los Hermanos Musulmanes con mentalidad de los años 70».

Puso como ejemplo la detención de la mayoría de sus líderes. «El Ejército piensa que son ellos (los dirigentes de la Hermandad) quienes mueven las protestas, pero nuestro movimiento está descentralizado y trabaja en todo el país junto a otras partes del pueblo egipcio que rechazan el golpe», indicó.

Hay once casos en los tribunales contra miembros de la Hermandad, acusados de asesinato y de incitar al uso de la violencia, entre ellos se encuentra el propio Morsi, que sigue retenido por los militares en un lugar desconocido y el guía espiritual de la Hermandad, Mohamed Badía.

La Presidencia ha prorrogado por dos meses el estado de emergencia y sigue vigente el toque de queda nocturno en catorce de las veintisiete provincias del país, entre ellas El Cairo.