Llegó a Haití una fuerza de Kenia acusada de abusos y maltratos
Victoria Korn
Ocho meses después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas acordara su despliegue, 400 policías de Kenia aterrizó esta semana en Haití, donde dirigirán una fuerza multinacional a pedido de Estados Unidos y bajo el mandato de la ONU. Es el primer contingene de un total de mil policías, cuestionados en su propio país por la brutalidad de sus actos y por abusos contra los derechos humanos.
Las tropas kenianas dejaron atrás un país en llamas, con protestas antigubernamentales muy graves, varias víctimas mortales y el asalto incluido al Parlamento para llegar a Haití, donde las bandas de gangsters controlan el 80% de la capital en un país acorralado por una crisis humanitaria y económica. Sólo durante todo el año pasado se registraron más de 8.000 muertes violentas.
Se trata de una nueva misión bajo rostro humanitario, con la excusa de frenar a las bandas criminales que azontan el país. Las mismas bandas que ganaron peso bajo el ala de las misiones anteriores, en relación con sectores del poder y manejando armamento pesado traficado desde Estados Unidos.
La última misión de la ONU, la MINUSTAH, coordinada por varios de los gobiernos progresistas latinoamericanos a pedido de Estados Unidos (entre ellos Brasil y Argentina) fueron acusados de casos de violación de mujeres y niñas, asesinatos, trata de personas, entre otras aberraciones.
«El futuro de Haití depende del retorno a la gobernabilidad democrática. Aunque es posible que estos objetivos no se logren de la noche a la mañana, esta misión brinda la mejor oportunidad para lograrlos», subrayó el presidente mil.
Fuerzas de EEUU despejaron los alrededores del aeropuerto de Puerto Príncipe, tomados por los pandilleros hasta hace unas semanas, y levantaron la base para las fuerzas africanas. EEUU es el principal financiador de la operación, que trabajará con el nuevo gobierno haitiano y su primer ministro, Garry Conille, en la transición hacia unas esperadas elecciones democráticas en 2026.
Conille, que tomó posesión de su cargo en junio de la mano de un Consejo Presidencial de Transición tras la caida de Ariel Henry, cuestionado por su ilegítimidad de origen (asumió sin voto popular tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021), también tiene problemas de legitimidad.
Fue coronado por un Consejo de Transición que nadie votó y cuenta con la oposición de un importante arco políitco y social. Estados Unidos, mediante la misión de la ONU y el desembarco de los policías de Kenia, busca darle legitimidad con la fuerza de las armas y mantener el control sobre una nación que fue avasallada una y otra vez por la injerencia imperial desde hace más de un siglo.
Represores de su propio pueblo
Mientras, Nairobi, la capital de Kenia, se prendía fuego por protestas contra los planes del Fondo Monetario Internacional que exige aumentar impuestos y recortar gastos, lo que terminó en una manifestación masiva de jóvenes tomando el parlamento este martes y pidiendo la renuncia del presidente William Ruto, y que fue duramente reprimida por la policía keniata dejando una decena de muertos y cientos de heridos y detenidos.
Tras una jornada que incluyó protestas masivas en Nairobi, capital de Kenia y varias de las principales ciudades, la ocupación y quema parcial del Parlamento, y una represión brutal que dejó al menos 22 manifestantes muertos a manos de la Policía, el presidente de Kenia descartó promulgar la ley que aumentaba impuestos a los alimentos y otros insumos básicos que había sido exigida por el Fondo Monetario Internacional y aprobada por una mayoría de los diputados.
En medio de esta situación, el presidente Ruto realizó una ceremonia de despedida de los policías que se embarcaban rumbo a Haití que fue cerrada a los medios de comunicación, en medio de cuestionamientos e incluso con una resolución judicial que señala como inconstitucional el envío de esas tropas.
El gobierno trató a los manifestantes de “criminales” y dijo que adoptaría una línea dura contra la “violencia y la anarquía”. Es decir, la criminalización y represión de la protesta buscando evitar que las mismas se extiendan y masifiquen. La política de Ruto sufrió otro revés cuando el Tribunal Supremo de Nairobi detuvo el despliegue del Ejército en las calles, que el presidente había ordenado.
Las tropas kenianas desembarcaron en Puerto Príncipe más de un año y medio después de que el primer ministro hiciera en octubre de 2022 un llamado a otros países para que le ayudaran a poner fin a la violencia desenfrenada de las bandas que ha trastocado a la nación caribeña. Desde entonces, más de 7500 personas han muerto a causa de la violencia (más de 2500 solo en lo que va de año).
Con la presidencia vacante y un gobierno nacional debilitado, decenas de bandas se apoderaron de gran parte de la capital, Puerto Príncipe, levantando barricadas, secuestrando y matando a civiles, y atacando barrios enteros. Unas 200.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares entre marzo y mayo, según la ONU.
¿Otra vez tropas extranjeras?
Varios analistas alertan que no existe detrás de esta decisión ningún tipo de guía humanitaria, ni tampoco siquiera la posibilidad de desarmar a las bandas criminales o ayudar a la población haitíana. El objetivo, al igual que en misiones anteriores es el de mantener a raya a la población local ante posibles estallidos sociales.
Y hay que tener en cuernta que lo hacen a pedido de Estados Unidos, un país cuya intervención política y militar en Haití durante décadas tuvo el objetivo de sumirlo en la miseria en la que se encuentra hoy, con la complicidad de Francia. Biden, agradeció a Ruto el liderazgo de Kenia en la fuerza multinacional y reconoció que la presencia de tropas estadounidenses en Haití plantearía “todo tipo de cuestiones que pueden tergiversarse fácilmente”.
El presidente estadounidense también prometió contribuir con 300 millones de dólares a la fuerza, lo que obviamente, Kenia no desdeñó.
El canciller keniata Alfred Mutua, le dijo a la cadena británica BBC que la intervención en Haití elevaría el perfil global de Kenia, lo cual podría beneficiar al país. O sea, Kenia busca ubicarse en el tablero internacional, La BBC señaló que Kenia está cumpliendo órdenes de Estados Unidos y espera afianzar sus relaciones con la superpotencia mundial.
En una visita a Kenia, Lloyd Austin, secretario de Defensa de EEUU firmó un acuerdo de seguridad de cinco años y dijo que Estados Unidos estaba “agradecido con Kenia por su liderazgo al abordar los desafíos de seguridad en la región y en el mundo’, olvidando que la Policía de Kenia está acusada de abusos y maltratos en su propio país.
En una carta abierta al Consejo de Seguridad de la ONU en agosto, Amnistía Internacional dijo que estaba preocupada por el plan, debido al historial de la policía de Kenia de responder usando fuerza excesiva e innecesaria, además de golpear a los manifestantes y de arrestarlos ilegalmente. Esta Policía es responsable del asesinato de manifestantes antigubernamentales tanto en las protestas del año pasado y de este año.
Su objetivo, al igual que las misiones anteriores, no es la de ayudar a la población local, sinó evitar levantamientos ante un Gobierno ilegítimo como el recientemente asumido primer ministro Garry
*Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)