La crisis forzada de Javier Milei: la pobreza en el 54% de la población

(XINHUA/MARTÍN ZABALA)
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Rubén Armendáriz

Según las estimaciones realizadas por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que conduce el economista Claudio Lozano, la tasa de pobreza ya se ubica en el 54% de la población argentina,  guarismo que representa un alza de 13 puntos porcentuales en relación al inicio de la gestión ultraderechista. Mientras, el Departamento de Economía de la Universidad Nacional Torcuato Di Tella (UNTDT), estimó que existen más de dos millones de personas más que viven en la pobreza comparado con los datos de enero de este año.

La pobreza pegó el primer salto tras la devaluación del peso durante los primeros días de gestión del tándem  del ministro de Economía Luis “Toto” Caputo y Milei. Para enero ya se detectaba un alza de 18 puntos porcentuales en los niveles de pobreza, según las estimaciones del IPyPP. Había pasado de un promedio del 40% -registrado en octubre de 2023- al 58% de enero.

En agosto la inflación fue 4,2 por ciento, subiendo 0,2 puntos respecto al mes anterior, según cifras oficiales. La desaceleración prevista por consultores y el gobierno no se tradujo en los datos y, nuevamente, el índice de precios al consumidor (IPC) fue traccionado por los precios de bienes y servicios regulados (5,9 por ciento de aumento en el mes) mientras los rubros anclados en el consumo doméstico (como alimentos y bebidas y ropa) subieron por debajo del IPC (3,6 y 2,1 respectivamente). En el acumulado del año los precios subieron 94,8 por ciento según cifras oficiales, mientras que la variación en los últimos doce meses fue de 236,7 por ciento (es decir que los precios más que se triplicaron en un año).

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Nuevamente, la división Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (el ítem regulado por excelencia) lideró las subas de precios marcando un 7 por ciento de inflación, que era esperable debido a que la facturación bimestral contempla la mitad de junio y todo lo consumido en julio que son períodos de bajas temperaturas. Las siguientes divisiones que lideraron la inflación minorista de agosto  no estuvieron entre las mayores en julio. Se trató de Educación con un alza de 6,6 por ciento: esta división aumenta con fuerza –estacionalmente- en marzo pero suele presentar al menos dos ajustes antes del cierre del año. Es uno de los rubros que más creció en el año, acumulando una inflación del 132,4 por ciento.

El siguiente lugar en el podio fue para la división de Transporte con una variación mensual de 5,1 por ciento, este alza era esperada por las subas de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires y taxis en la capital. Tampoco se queda atrás en el acumulado del año con 114,8 por ciento. La suba en Comunicación fue la cuarta más elevada del mes al marcar un 4,9 por ciento (y 155,5 por ciento acumulado en el año).

Por debajo del índice general se ubicaron las alzas de precios en Salud (4,1 por ciento acorde con la inflación pasada, y viene en el acumulado anual subiendo lo mismo que el IPC), Recreación y cultura (3,7 por ciento), Alimentos y bebidas no alcohólicas (3,6 por ciento), Bebidas alcohólicas y tabaco (3 por ciento), Bienes y servicios varios (2,3) y Prendas de vestir y calzado (2,1 por ciento, sector que acusa fuerte el impacto de la recesión). El grueso de las consultoras privadas preveían que la inflación en alimentos y bebidas sería otra vez baja en agosto y esto explicaría buena parte de la desaceleración del IPC general por su elevada incidencia.

A su vez el ministro Caputo se mostró esperanzado con el impacto que tendrá la rebaja del impuesto PAÍS en la inflación en supermercados en septiembre, puesto que los precios de artículos importados debería bajar directamente. También alegó reuniones con diferentes cámaras empresarias que le garantizaron bajas en sus precios acordes con la incidencia de los productos importados en los costos. La mayoría de las consultoras erró la proyección de la inflación de agosto, puesto que apostaban a una desaceleración que ubicaría  entre 3,6 y cuatro por ciento,.

Pauperizar

La administración de Javier Milei es una máquina de pauperización social. La precarización laboral y el aumento de la pobreza marcan el pulso diario de una gestión que no ahorra en represión para cerrar su programa de gobierno, señala el analista Sebastián Premici. En la Argentina, la pobreza se mide por ingresos. Con la pretendida disminución de la inflación, la tasa de pobreza comenzó a descender pero a un ritmo mucho más lento que la variación de precios, según lo estimado por el IPyPP. “En mayo, nuestras simulaciones arrojaban una pobreza del 51%.

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En junio vuelve a subir 54,6% y en julio parece estacionarse cerca del 54%, valor éste que representa un aumento de 13 puntos porcentuales respecto al valor de octubre 2024. La desaceleración del proceso inflacionario parece no contribuir en un ritmo equivalente a la mejora de los indicadores de condiciones de vida. La explicación se encuentra, en la agudeza del cuadro recesivo”, sostuvo Lozano.Durante agosto de este año, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) fue de 3,9%, mientras que la de la canasta básica total (CBT) fue de 4,4%. La CBA y la CBT acumulan en el año incrementos del 75,1% y 89,6% y resultaron en variaciones interanuales del 222,7% y 230,1%, respectivamente.

Con estos datos y la simulación de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares de los primeros tres trimestres de 2024, el Departamento de Economía de la UNTDT estimó una tasa de pobreza para el semestre marzo – agosto del 49,3%. Esto equivale a un alza de la pobreza de casi 8 puntos porcentuales comparado con el semestre julio–diciembre.

“Esta proyección sugiere que alrededor del 49% de las personas viven en hogares urbanos pobres. La EPH es una encuesta representativa de una población urbana que en el semestre de referencia se estimó en 29,5 millones de personas lo que implica que alrededor de 14.5 millones viven en hogares urbanos pobres”, puede leerse en el último informe de la UNTDT. En marzo de este año, la cantidad de personas estimadas que vivían bajo la línea de pobreza era de 12 millones. Es decir que, en los últimos seis meses, 2,5 millones de personas se incorporaron a las condiciones de extrema vulnerabilidad social. Milei y su equipo lo lograron.

El hambre y la precariedad sistematizada

La precariedad laboral, entendida como la proliferación de trabajos sin registración y otras modalidades como el cuentapropismo, el monotributo, u empleos que no llegan a cubrir niveles dignos de ingresos, se ubica en el 46,8% de la fuerza laboral de todo el país. Entre los jóvenes de 18 a 24 años, el guarismo se ubica en el 70%: trabajadores pobres que no logran cubrir el costo de una canasta básica.Estos resultados se desprenden de la última base de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) .

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“Las dificultades que presenta la matriz productiva argentina para generar suficientes ocupaciones de calidad, ya sea en términos de ingresos, estabilidad y/o acceso a un conjunto de derechos sociales, se han agravado en los últimos años, lo cual se expresa en los crecientes niveles de informalidad y autoempleo de subsistencia. Casi una cuarta parte de los trabajadores son cuentapropistas, de los cuales casi el 79% corresponde a ocupaciones de baja calificación”, señala el informe.

El 35,7% de la población asalariada era considerada “informal” al primer trimestre de este año, pero saltó al 66,7% para la población juvenil. De acuerdo a lo destaco en el informe del IPyPP, al primer trimestre 2024, “el 45% de los ocupados eran pobres”. “El flagelo social impacta diferenciadamente según la categoría ocupacional que se disponga. Los asalariados no registrados son los más pobres con una tasa del 66,1%, en segundo lugar, se encuentra el trabajo por cuenta propia (54,6% es pobre) y luego los asalariados formales que cuenta con el 30% de trabajadores pobres”, señala el informe coordinado por Lozano.

 

*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)