Jesús Faría: podemos ser moderadamente optimistas respecto a 2020

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Hinterlaces.net

La economía venezolana no solo es el principal tema de preocupación del los venezolanos. Es el centro de grandes debates nacionales e internacionales, con expertos de todas las tendencias, orientados hacia la consecución de posibles causas y soluciones a la crisis económica nacional.

Se trata de una «economía de resistencia«, según indicó el presidente Nicolás Maduro durante una reciente entrevista que le hiciera el expresidente Rafael Correa para Russia Today.

Argumentó que tal situación es consecuencia del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos al país, que ha generado «grandes restricciones a los procesos económicos internos. Se nos han robado casi 30 mil millones de dólares, no podemos abrir o cerrar cuentas bancarias, no se puede pagar ningún tipo de producto», explicó entonces.

Respecto al tema, Hinterlaces.net entrevistó al economista Jesús Faría, para considerar su análisis sobre lo que ocurrió en el ámbito económico en 2019 y las perspectivas para el año 2020.

-¿Cómo evaluaría lo que ocurriò en la economía venezolana durante el año 2019?

-El año 2019 fue uno de los más complejos de las últimas décadas. Lo primero es que se generó una situación de contracción económica por quinto año consecutivo, se mantuvo una inflación bastante elevada, se mantuvo cerrado el financiamiento externo, el desempeño de la banca y del sistema financiero nacional fue muy precario, los ingresos petroleros continuaron su declive; una situación bien difícil desde el punto de vista económico, pero eso no es suficiente para desarrollar una caracterización de lo ocurrido.

La causa fundamental de esta situación son las  sanciones que ha venido aplicando el Gobierno de Estados Unidos de una manera ilegal. Esas sanciones que datan de agosto del 2017, han provocado una debacle de la producción petrolera, no podemos olvidar que están amenazadas con sanciones todas  las navieras, aseguradoras , naciones y empresas que compren nuestro petróleo, que lo procesen de alguna manera todas las empresas que estén dispuestas o tengan el interés de venir a invertir en nuestro  país.

Obviamente, bajo esas condiciones, una nación petrolera no puede desarrollarse y por su puesto non ha sido solamente el petróleo.

Ha sido la  producción, extracción y exportación de oro, el funcionamiento del Banco Central de Venezuela, todo el vínculo bancario y financiero de nuestro país con el resto del mundo, la capacidad de endeudarse internacionalmente un verdadero bloqueo, y ese es el principal obstáculo que impide la reactivación y la estabilización de nuestra economía con el propósito de generar un cambio de régimen como ellos mismos lo definen.

Hay que destacar además, que desde inicios de 2019 se inició una crisis política orientada a acentuar aún más las condiciones de deterioro de la economía, en esas situaciones los inversionistas no invierten, se pierde confianza y eso lo lograron.

Sin embargo, eso no ha impedido al gobierno desarrollar políticas sociales de un alcance muy importante: una política de subsidio de alimentos, política de construcción de viviendas,  políticas de atención en subsidios a los sectores más vulnerables de la población. Son logros muy significativos, cuando se habla de un balance económico se tiene que incorporar este elemento, el esfuerzo extraordinario que hizo el Gobierno en garantizar condiciones mínimas para la población.

Se debe destacar que a finales de 2019 se presentaron síntomas de recuperación de nuestra economía, no se está señalando la presencia de un boom, de un crecimiento sostenido, pero si hay síntomas de reanimación de la actividad económica, podemos destacar que la producción de petróleo ha detenido su descenso y ha mostrado una recuperación importante, eso está vinculado a años de convivencia con las sanciones, lo que nos permite desarrollar mecanismos para evadirlas.

-¿A qué atribuye usted estos indicios de recuperación?

Imagen relacionada-Tenemos varios elementos. Está el tema de los recursos que están trayendo empresarios privados nacionales para llevar a cabo sus negocios en el campo del comercio y también de la producción. La apertura cambiaria que se ha venido dando les permite recuperar la inyección de los recursos y ahí se observa un movimiento interesante. Los empresarios trabajando con sus propios recursos.

Hay dos elementos adicionales muy importantes, la política económica del Gobierno tiende a ser más cohesionada, más exitosa, ahí tenemos que recordar que no se trata de una condición normal sino de una situación extrema donde no hay que confrontar solamente los problemas sino también los ataques gravísimos que vive nuestra economía desde el exterior.

Por otra parte han contribuido las relaciones internacionales que veníamos desarrollando desde comienzos de la revolución bolivariana, porque han servido de base para establecer nuevos mecanismos de articulación internacional. China, Rusia, Turquía,Sudáfrica, Irán y cuba son alianzas importantes pues tienen experiencia en evasión de las sanciones norteamericanas; con esto, estamos impulsado un conjunto de relaciones comerciales que nos permitan llevar a cabo un mínimo de objetivos que le permitan a la economía recuperarse.

-En medio de este panorama, ¿Qué expectativas podemos tener para el año 2020?

-Podemos ser moderadamente optimistas. Estamos conscientes de que no hay milagros, menos ante tantas adversidades y con la intervención de factores externos que escapan de nuestro control, como el tema del bloqueo, pero hay indicios que apuntan a que  la economía pueda vivir un momento mucho más favorable al exhibido al año 2019.

Y eso se ubica en el contexto de lo que acabo de explicar, petróleo, inversiones incipientes de comerciantes y productores privados venezolanos, los precios han experimentado una desaceleración, las articulaciones internacionales; eso conforma un punto de arranque que nos permite intuir que el 2020 será un año donde se puedan consolidar esas tendencias y la economía pueda retomar su crecimiento.

Aquí hay elementos positivos potencialidades que se despliegan, entre las que se destacan dos: las políticas de agresión y de bloqueo de Estados Unidos contra el país, dependerán en buena medida de asuntos internos de la política norteamericana y de las condiciones bajo las cuales se desarrolle su política internacional, dado que este año hay elecciones en noviembre y además hay un proceso de impeachment que generará un reacomodo en el gobierno estadounidense.

Hay que ver hasta que punto habrá fuerzas para dedicarle la misma atención criminal a Venezuela. Por otra parte, el tema del medio oriente, que tiende a agudizarse de una manera dramática y pudiera liberar tensiones dese la perspectiva de la política norteamericana nuestro hemisferio y a Venezuela.

Sin embargo se debe tener en cuenta que este año está previsto un proceso electoral. Todo proceso político está vinculado a tensiones, conflictos, presiones de todo tipo y aquí habrá sectores de la oposición, los más extremistas, que se aprovecharán boicoteando para generar impactos muy negativos sobre nuestra economía. Esa fuerza está muy comprometida  con la desestabilización económica y con las sanciones contra nuestro país.

-El tema de la dolarización en el país, el presidente Nicolás Maduro en una entrevista dijo que «gracias a Dios existe», ¿Qué opina al respecto? ¿Se trata de una contradicción o es pragmatismo económico?

-Hay una situación de hecho, que está ocurriendo, no es invento de nadie, una creciente circulación de divisas, no solamente dólares que han jugado un papel importante en la economía, es un hecho. Eso obedece en primer lugar a la pérdida de confianza en la moneda nacional en las condiciones de hiperinflación que vimos en 2018.

La moneda deteriorada en su valor, tiende a ser desplazada por monedas más fuertes. Si a eso le agregamos la escasez del efectivo, eso se potencia y la escasez de efectivo viene de un proceso de extracción de divisas y retrasos en la adecuación de los conos monetarios a los nuevos sistemas y escalas de precios provocados por la inflación. En ese contexto se produce este la incorporación de monedas extranjeras en el intercambio comercial nacional e incluso en la tarea de preservar valor de los ingresos y de los ahorros.

Frente a esa situación, el Presidente dijo que se estaban generando tendencias positivas en el sentido de que los sectores que tenían acceso a esa economía en dólares podían satisfacer sus necesidades de consumo, se podía observar como resultado de esos dólares un creciente abastecimiento de los mercados venezolanos por otra parte hay la animación de la demanda que puede generar y de hecho lo está haciendo, una activación de la actividad productiva del país, eso es positivo y eso fue lo que saludó el Presidente.

Sin desconocer factores negativos relacionados a las desigualdades sociales entre los sectores que perciben o no ingresos en dólares o comenzar a depender de dineros provenientes de otras naciones, son elementos negativos que no desconocemos. Eso es una cosa, la otra cosa es que al Presidente se le atribuyó algo que jamás dijo, que estaba promoviendo la dolarización de nuestra economía, definiendo dolarización como una decisión del Gobierno de establecer una moneda norteamericana como el signo monetario nacional y  de esa manera desplazar definitivamente por un decreto como ha ocurrido en otros países a la moneda nacional, eso no fue lo que él dijo y tampoco es el propósito del Gobierno.

De hecho la dolarización no es factible para nuestro país, en primer lugar porque a través de eso se pierde la soberanía sobre las políticas monetarias y cambiarias  que son vitales para el desarollo de un país y parcialmente  sobre la política fiscal y por otra parte el tema de la dolarización está en abierta contradicción con un modelo que se sustenta en la soberanía e independencia económica.

Ese fenómeno que se está dando, que no es un sistema dolarizado como en países de la región como El Salvador, Ecuador, Panamá, se revertirá cuando logremos estabilizar la inflación a niveles de dos dígitos como los conocíamos históricamente, cuando logremos estabilizar la cotización del dólar, cuando se estabilice el crecimiento económico. La inviabilidad de un sistema dolarizado en el país le da un carácter temporal a ese fenómeno

-Usted dice que el fenómeno de la dolarización se acaba cuando acabe la hiperinflación  y se estabilice la cotización del dólar… Eso no parece cercano ¿o si?

-No se puede predecir si será a corto o mediano plazo, pero va a ocurrir. Para eso, en primer lugar debe existir una mayor disponibilidad de divisas que dependería principalmente de la exportación petrolera y la exportación complementaria de otros bienes de exportación.

Por otra parte la reactivación progresiva del aparato productivo, que estaría en capacidad de generar mayores niveles de abastecimiento en el mercado doméstico y de esa manera frenar la especulación voraz de los actores económicos venezolanos tanto productores, pero sobre todo los comerciantes.

La estabilización del mercado cambiario en el país depende de múltiples factores, no solamente económicos y no solamente internos: políticos, económicos y geopolíticos.

-¿Qué papel tiene el Petro en este contexto?

-No es Venezuela el primer país donde se manipula la moneda para generar un cambio de Gobierno. Entonces para poner resistencia a ese impacto, se va incorporando la figura del Petro, que trata de ubicar la economía venezolana bajo la influencia no exclusivamente del dólar sino de un criptoactivo que escapa de la lógica de las sanciones, de la lógica especulativa y que es un instrumento con el cual se puede preservar el valor del ahorro, del ingreso de los venezolanos, es una estrategia antiinflacionaria.

No es una panacea llamada a resolver todos los problemas de una manera mágica, no se debe entender así, es un instrumento dentro de muchos otros, como estímulos a la producción, disciplina fiscal, liberación cambiaria, mayores esfuerzos para evadir las sanciones, incrementar la producción de petróleo.

En ese sentido, el Petro tiene como propósito generar mayor confianza y estabilidad en nuestra economía y lo va a lograr en la medida en que los otros factores que tienen el mismo protagonismo se engranan y avanzan en función de los objetivos que se han establecido. Sin lugar a dudas es una situación compleja y es un momento que requiere un altísimo nivel de eficiencia institucional, paz política y un vínculo internacional que nos permita hacer frente a la arremetida bestial del gobierno estadounidense.