En un año se vota en Argentina: faltan mejoras y sobran roscas

ar-macri-y-cgtJuan Guahán-Question Latinoamérica|

Se sabe que en octubre de 2017 -dentro de un año- habrá elecciones parlamentarias. Siempre este tipo de elecciones, de mitad de período, resultan decisivas para definir el rumbo del futuro. Hoy, el oficialismo y las distintas variantes opositoras no saben dónde están parados. Para colmo no desconocen que los resultados que allí obtengan son claves para su suerte en el 2019.

Aquí reflexionaremos sobre algunas cosas que están pasando y que tienen como telón de fondo dichas elecciones. Entre esas cuestiones se pueden señalar temas como: el voto electrónico; paridad de género en las candidaturas bonaerenses; el paro cegetista y el miedo al fin de año; los espacios electorales que se perfilan.

El voto electrónico

El aspecto central del voto electrónico es el remplazo de las conocidas papeletas electorales por máquinas informatizadas. En el nuevo sistema, que está en debate, uno oprime un botón y con ello ejerce el derecho al voto. Quienes lo defienden dicen que eso significa ¡chau a los papeles y las miles de trampas ya conocidas!: Desaparición de boletas, avivadas de los fiscales, urnas embarazadas de algunos votos o urnas que desaparecen o son cambiadas, la entrega de sobres con el voto adentro.

Hay miles de trampas que estos largos años de ejercicio electoral han servido a diferentes intereses políticos. Para terminar con todo lo anterior es que viene el voto electrónico. Esos son los argumentos de quienes quieren aplicarlo ya. El respectivo Proyecto de Ley ha sido aprobado en Comisión de Diputados y se está negociando su tratamiento en el plenario de esa Cámara. Según el Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, “octubre es el plazo máximo para aprobarlo e instrumentarlo en las elecciones de 2017”ar VotoElectronico

Otros piensan lo contrario, están precavidos frente a 3 riesgos: La intromisión de hackers que se metan en el sistema y de ese modo intervengan en la votación. Otro riesgo -muy sensible- es que las empresas contratadas para elaborar el software (programas) los entreguen “intoxicadas” y con métodos científicos resten o sumen votos según la conveniencia de quienes los contratan. El tercer riesgo es que existen algunos programas que no dejan rastros de lo que pasó, de modo que nadie puede cuestionar el resultado. En nuestro país hubo experiencias provinciales, con resultados diferentes. Recordemos que en la última elección para gobernador en Salta fue usado y profundamente cuestionado por la oposición a José Manuel Urtubey.

Las legislaciones de Inglaterra, Alemania, Holanda, Irlanda y Finlandia lo han prohibido después de  algunos años de uso.

Paridad de género para las elecciones bonaerenses

La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires aprobó una Ley según la cual “toda lista de candidatos a cargos electivos para cuerpos colegiados provinciales y municipales deberá contener porcentajes iguales y equivalentes de candidatos del género masculino y candidatas del género femenino a los cargos a elegir, en todas las categorías”, es decir que las listas provinciales deberán ser “mita y mita” entre varones y mujeres. Fue una propuesta del Partido Renovador (Sergio Massa). Recibió un fuerte apoyo, solo se opusieron el bloque de izquierda y algunas fracciones del PJ, en ambos casos, con el argumento que una Ley no se debe meter en la integración de sus listas. Ahora hay varias propuestas para trasladar esa norma al orden nacional.

El paro cegetista y el miedo al mes de diciembre

arg paroEl gobierno y la CGT parecen estar jugando “al gato y al ratón”. El gobierno quiere desarmar el Paro Nacional, pero teme por el costo económico de esa gestión y también por el hecho que sin un paro de la CGT las reacciones pueden ser más dispersas, pero también más violentas. La discusión central pasa por el “bono” que se otorgaría, sus alcances, montos y características

En la CGT las opiniones están divididas. El pensamiento mayoritario parece no tener muchas ganas de parar. Pero teme que –en ese caso- se le disperse el marco de alianzas que está tejiendo, con grupos sindicales más combativos, sectores de la izquierda y los movimientos sociales. Además sabe que hay una bronca contenida, pero no sabe si ponerse al frente, tratar de desarmarla o ponerse al frente para contenerla.

Los movimientos sociales están en la calle, reclaman más movilización y piden el paro, pero saben que su fuerza se está incrementando con los voluminosos recursos que, para los sectores más pobres, está repartiendo este gobierno que –en este aspecto- parece un “kirchnerismo renovado”.

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Massa y Mac ri: ¿aliados o rivales?

Los espacios políticos que se perfilan

A un año de las elecciones se perfilan tres grandes espacios políticos. El oficialismo macrista, el peronismo (con o sin el cristinismo) y el massismo y su eventual alianza con el progresismo de Margarita Stolbizer.

Más allá de esta esquemática enunciación general, están los gobernadores que –en cada distrito- tienen un juego y peso significativo y por último está la izquierda que posiblemente crecerá en porcentajes globales pero dispersa en media docena de fuerzas que parecen irreconciliables.

El oficialismo que se sabe débil, en la mayoría de los distritos, es posible que intente “salvar la ropa” y obtener resultados aceptables mediante acuerdos con varios gobernadores peronistas.

El peronismo, además de la autonomía que cada gobernador invocará, tiene que resolver un par de cuestiones centrales: ¿incluirá al cristinismo entre sus fuerzas? y ¿qué hará con aquellos que buscan refugio en las carpas massistas?  Tiene estas dudas y la certeza que es prácticamente imposible que concurra bajo una única sigla en las próximas elecciones.

El massismo tiene que superar varios topes: Mantener la alianza con Stolbizer y  seguir sumando peronistas; diferenciarse del macrismo, sin una ruptura virulenta con el mismo.

Un partido aparte se jugará en la Provincia de Buenos Aires, casi el 40% del total electorado. Allí se resolverá buena parte del futuro macrista y de la propia Cristina.