El legado literario y periodístico de Rodolfo Walsh

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NICOLÁS PERALTA | A 35 años de su desaparición a manos de la dictadura militar, hoy se conmemoró su figura en un acto en la Ex ESMA . INFONEWS habló con Vicente Zito Lema, compañero de militancia y profesión de Walsh . En 2011, se condenó a sus asesinos en un fallo histórico.

Nicolás Peralta – Infonews

Investigación exhaustiva, convicciones políticas claras y gran utilización del lenguaje. Rodolfo Walsh tenía 50 años y militaba en la organización Montoneros cuando el 25 de marzo de 1977 fue emboscado por un grupo armado de militares y civiles en una esquina del barrio de San Cristóbal, en la capital argentina.

En dialogo exclusivo con INFOnews, Vicente Zito Lema (poeta, dramaturgo, periodista, filósofo y docente argentino), contó los aspectos más memorables de la personalidad de este emblemático profesional de las letras. “Para nosotros Rodolfo era como un hermano mayor”, aseguró, y detalló: “Si bien era apenas cinco años más grande, era alguien que contagiaba, y celebraba la cultura de la militancia”

Hoy Walsh es sinónimo absoluto de periodismo, literatura y militancia. “No le gustaba ser maestro, era demasiado tímido, a pesar que todos lo sentiamos así por su calidad humana y vigor intelectual, y además, por cómo generaba respeto y respetaba a los demás”, dice Zito Lema.

Y se entusiasma: “Despertaba las ganas de hacer en otros, como Osvaldo Bayer para nombrar a otro símbolo de aquella época. Siempre te ayudaba, guiaba y por sobre todo, siempre daba el ejemplo. Nunca encontré la menor incoherencia, de esas que todos tienen, tenemos, y que pueden llegar a ser entendibles”.

Este periodista le preguntó cómo era Walsh en la cotidianidad y a nivel profesional. Zito Lema responde: “Era muy exigente con él, muy duro con él mismo y una persona de más rigurosa. No permitía entablar amistad rápidamente, tardaba en abrir el corazón pero cuando lo hacía te exigía como a él mismo, la mejor manera demostrarte cariño”.

Vicente describe al creador del género de no ficción (alquimia entre periodismo y literatura) como alguien “calmo, enérgico, coherente con su pensamientos y principios, que cuando te tomaba por su amigo o compañero era altamente exigente, tan duro como protector”. Y lo resume como “un corajudo”.

“El mote de Símbolo es bien ganado, o de héroe, estÁ bien ganado por el valor de su carta a la dictadura. Pero Él rechazaría esa imagen. Él es uno más de todos los militantes de aquella época, uno más de los desaparecidos. Es entendible que la gente deposite en él ese espíritu de un época. Pero le gustaría que lo recuerden por ser un gran militante revolucionario, como tantos otros”.

Ante el inminente secuestro, Walsh se resistió pero fue herido de bala, y su cuerpo llevado en un automóvil a la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los principales centros de detención ilegal y torturas de la última dictadura (1976-1983).

Minutos antes de ser raptado y desaparecido, Walsh despachó en varios buzones su llamada “Carta Abierta a la Junta Militar”, en la que denunció los crímenes cometidos por quienes un año antes habían derrocado al gobierno peronista de María Estela Martínez de Perón.

En un clima de censura y terror que dominaba al país, Walsh afirmó en su carta que había “quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos y decenas de miles de desterrados”, entre otras denuncias y atrocidades del accionar represivo.

“Para los que defienden la idea de un periodismo militante, el ejemplo de Walsh, que en un momento de su vida asumió un compromiso político, es obligatorio”, señaló a dpa Graciela Mochkofsky, autora, entre otros libros, de “Timerman. El periodista que quiso ser parte del poder”.

Un hito ineludible en la obra de Walsh es “Operación Masacre”, que fue publicada en 1958 y que aborda por primera vez en el mundo el género de “novela testimonio” que, nueve años después, resurgiría con “A sangre fría”, de Truman Capote.

“Operación Masacre” es la investigación periodística del fusilamiento de un grupo de partidarios peronistas cometido en 1956 por fuerzas militares y policiales en un basural de la localidad de José León Suárez, en las afueras de Buenos Aires.

Un año después de aquella publicación, cuyo estilo abordó otra vez en “¿Quién mató a Rosendo?” y “El caso Satanowsky”, Walsh viajó a Cuba para trabajar en la agencia de noticias Prensa Latina junto a colegas como el colombiano Gabriel García Márquez y el uruguayo Juan Carlos Onetti, entre otros.

Su figura se erige en dos monumentos, mientras que más de una decena de libros abordan su obra literaria y militancia política.

¿Cómo hubiera sido su crónica del pasado 26 de octubre, donde un tribunal argentino condenó a 12 represores de la última dictadura militar a penas de prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ex ESMA, en un fallo que incluyó entre las víctimas de los delitos a las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet?

¿Cómo abarcaría en sus análisis cotidianos este presente político que atraviesa el país?

¿Quién sería Rodolfo Walsh hoy, si no fuera el militante, escritor y periodista, que desapareció la dictadura en la esquina de Entre Ríos y San Juan?

Fuente: http://www.infonews.com/2012/03/25/politica-15521-el-legado-literario-y-periodistico-de-rodolfo-walsh.php