El canje: negociaciones del conflicto

Leopoldo Puchi

Las negociaciones para el intercambio de prisioneros no son un procedimiento inusual y tienen una larga tradición en situaciones en las que dos o más Estados se encuentran envueltos en un conflicto. Este es el caso de Estados Unidos y Venezuela. El punto que define el acuerdo es el de los intereses de las partes que llevan las conversaciones. Como es un canje, cada quien entrega y recibe algo.

Ahora bien, no siempre se llega a este tipo de tratos, ya que dependen de las estrategias en curso, las expectativas temporales y la disposición de fuerzas. En esta oportunidad, puede decirse que el canje ha sido viable porque había un interés coincidente.

El acuerdo se facilitó porque los equipos de Joe Biden se han propuesto conseguir los objetivos planteados por medio de una nueva estrategia, distinta a la de Donald Trump, que era dura y cortoplacista, mientras que la de Biden se basa en la noción del soft power y de las intervenciones con objetivos liberales. Estas fórmulas fueron utilizadas por Barak Obama en algunos países. Un método que toma su tiempo y no plantea un desenlace inmediato.

Deshielo

Para muchos analistas, el intercambio de prisioneros que ha tenido lugar expresa la voluntad de abordar los diferentes elementos de tensión del conflicto por medio del mecanismo de las negociaciones. Es decir, un deshielo que sería acompañado de nuevos pasos. Se avanzaría así en la resolución de problemas de fondo o al menos se alcanzaría una tregua para facilitar la recuperación de la economía venezolana y la mejora de las condiciones de vida de la población.

Sin embargo, otros analistas estiman que el canje reafirma la enemistad entre los dos Estados, porque hasta ahora los intercambios de prisioneros solo se han dado con países considerados enemigos por Washington y lo ocurrido confirmaría esa condición.

Hostilidades

En realidad, el conflicto existe y la designación en 2015 de Venezuela como una amenaza extraordinaria para la seguridad interna de EEUU no ha desaparecido. Pero esto no implica que esté descartado el camino de las negociaciones sobre distintos puntos, en particular sobre las sanciones, que es el instrumento por medio del cual se adelantan las acciones hostiles hacia Venezuela de más peso y con mayor capacidad de producir daños. El poder destructivo de las sanciones es, de acuerdo a las definiciones de la OTAN, equivalente a un despliegue bélico.

Lo relativo a los fondos bloqueados en el exterior, como el oro y depósitos bancarios, es otro de los puntos que pueden ser objeto de negociaciones. De ellos el país no pudo hacer uso ni siquiera en momentos tan delicados como el de la pandemia del Covid-19. Se hicieron intentos, como el programado con la CAF para la electricidad sobre la base de acuerdos Gobierno-oposición, pero no fueron autorizados en Washington. Es de esperarse que esta vez, en las conversaciones, se acuerde su desembolso para cubrir las necesidades de la gente.

Petróleo

En medio de la crisis petrolera generada por la guerra de Ucrania, Washington se acercó a Venezuela en la búsqueda de acuerdos para el incremento de los suministros al mercado mundial. Venezuela se mostró favorable y la OFAC autorizó a Chevron para que negociara con Pdvsa los términos para un aumento de la producción. Los medios han indicado que la

negociación culminó con proyectos satisfactorios para las partes, pero estaría pendiente una decisión del gobierno estadounidense que permita a Chevron concretar las modalidades de funcionamiento acordadas.

2024-2025

La nueva estrategia de Estados Unidos hacia Venezuela para lograr reinsertarla en su órbita geopolítica se enfoca en las elecciones de 2024 y 2025. Una vía electoral, en lugar de la línea de derrocamiento de Trump. Posiblemente, las negociaciones sobre esta materia, las condiciones electorales, se adelanten en el escenario del diálogo de México.

Allí, seguramente se pediría de un lado que se organice de forma masiva el voto en el exterior y que se amnistíe a los participantes del gobierno interino (paraestatal). Del lado gubernamental, seguramente se demandará que se levante un número importante de sanciones, que actúan como factor de coacción sobre los electores, y se descarte la interferencia electoral de oficinas como la Usaid, que ha informado que brinda apoyo logístico y financiero a una de las variadas parcialidades en competencia para 2024 y 205.

Del canje de prisioneros, es importante retener la fuerza del diálogo y la negociación en la resolución de conflictos.