Argentina: Crisis inesperada, salida del ministro de Desarrollo Productivo, regreso de Scioli
Rubén Armendáriz
El presidente argentino Alberto Fernández se vio forzado a pedir la renuncia al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas después que, a través de expresiones propias y de un comentario “en off” que se distribuyeron desde su cartera, se atacara a la vicepresidenta Cristina Kirchner y se pusiera en duda la conducta de funcionarios que le responden políticamente.
Para el cargo que deja Kulfas fue designado Daniel Scioli, actual embajador en Brasil, quien pidió “unos días” para resolver asuntos personales y de su función en ese país y asumiría el cargo tras la Cumbre de las Américas que tendrá lugar esta semana en Estados Unidos. La renuncia de Kulfas sucede a una seguidilla de enfrentamientos, errores e irresponsabilidades. La magnitud de la crisis, el impacto sobre la continuidad del equipo económico se irán dilucidando, en plena puja interna oficialista.
Con el trasfondo de las obras del gasoducto Néstor Kirchner en el sur del país y las presiones del grupo Techint sobre las contrataciones, Kulfas quiso descalificar a Cristina y terminó en pocas horas fuera del cargo, poniendo en primer plano las diferencias internas en el Frente de Todos, que recién en los últimos días empezó a salir a la luz: la relación del gobierno con el núcleo de conducción política de las corporaciones económicas.
El descalabro comenzó cuando el Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Kulfas, difundió un mensaje en off sobre el gasoducto Néstor Kirchner a distintos periodistas, con una respuesta directa a las palabras que la expresidenta le dijo a Alberto Fernández en el acto por el centenario de YPF: “Vos que tenés lapicera, te pido que la uses con los que tienen que darle cosas al país”.
La cuenta @Energia_ArgOk -cuenta oficial de IEASA (Integración Energética Argentina SA, empresa pública) difundió una denuncia sobre una filtración en off hecha por funcionarios del gobierno hacia el periodismo. En la misma se indicaba que la responsabilidad por la adjudicación de la construcción de las cañerías del gasoducto Néstor Kirchner al Grupo Techint correspondía a funcionarios kirchneristas, a quienes se acusaba de “armar un pliego de licitación a la medida de Techint”.
El mensaje señalaba: “Información en OFF. La lapicera la tienen que usar los funcionarios de Cristina, que fijaron las condiciones para darle la construcción de las cañerías del gasoducto de Vaca Muerta a Techint”. Y concluye: “En definitiva, los que están usando incorrectamente la lapicera son los funcionarios de Cristina.”
Cristina le reclamó a Alberto Fernández más firmeza en las negociaciones con estos grupos que se siguen beneficiando de la obra pública y abusándose de su posición monopólica en los mercados de insumos difundidos.
La adjudicación de la provisión de los caños a SIAT, una de sus subsidiarias, no cubre todas las expectativas de Techint, que aspiraba a adjudicarse la provisión de las válvulas con las que se impulsa el transporte del gas, que imaginaban importar a través de otra empresa del grupo. Pero esta semana –adelantan- se declarará desierta esa licitación, contra la pretensión de Techint que pensaba volver a ser único oferente.
Un equipo económico en la picota
La salida del ministro de Kulfas dejó al presidente Alberto Fernández con un sólo alfil de peso cuidándole las espaldas, el jefe de Economía, Martín Guzmán, pupilo del Nobel estadounidense Joseph Stiglitz y hombre de confianza del Fondo Monetario Internacional (FMI) con quien suscribió un nuevo acuerdo para el pago de la deuda externa.
Llama la atención que empezara a hablar de política electoral, que evitara entrar en los cruces públicos, mientras sigue afirmando que la inflación irá a la baja, quizá preparando su lanzamiento a la presidencia. Pero ahora tendrá un nuevo competidor en el gabinete presidencial: Scioli, quien ya perdiera ante Mauricio Macri en 2015.
El detonante parece asombroso: nadie aconsejaría a un ministro instalar un conflicto dentro del gobierno después del reencuentro de la fórmula presidencial en el ecentario de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), señala Mario Wainfeld. En el plazo corto, Alberto Fernández y Cristina armonizaron.. y el equipo económico afín al Fondo Monetario Internacional (FMI) sufrió una baja importante.
El viernes último en la celebración del centenario de YPF, Cristina planteó a viva voz que “Alberto” debe asumir los conflictos, no gobernar como si la Argentina fuera Suiza. Entre las demandas, estaba exigirle al Grupo Techint que produjera “acá las chapas laminadas” que usará para construir un gasoducto, que no se valga de su condición de multinacional para fabricarlos en Brasil
Kulfas ya había tenido expresiones que evidenciaban su desagrado con los dichos de Cristina. Por ejemplo, rechazó que el gobierno “se siente como amigos” para tratar con los grandes empresarios, dijo que la licitación adjudicada a Techint para el gasoducto fue conducida por “gente muy cercana a la vicepresidenta” y calificó a la referencia al “uso de la lapicera” como “un chiste, está claro que quien conduce en Argentina es el presidente y no necesita que le digan cómo usar la lapicera”.
Pero antes, la vicepresidenta ya se había referido al desacople de los precios de los alimentos, a la necesidad de aumentar retenciones que el presidente rehúsa alegando que no sería posible conseguir las mayorías necesarias en el Congreso; reforzar cupos a exportaciones, aumentar controles de precios.
Ahora parecieran estar en jaque los ministro de Economía Martín Guzmán, el de Trabajo Claudio Moroni y el presidente del Banco Central Miguel Pesce. Los principales “funcionarios que no funcionan” según la lectura kirchnerista. En la casa Rosada afirman que ese efecto cascada no sucederá, que Kulfas cometió una torpeza imperdonable, individual. Dentro del equipo económico la intención era dejar transcurrir el fin de semana, preparar el discurso del presidente en la escuálida Cumbre de las América convocada por Joe Biden.
Kulfas era uno de los funcionarios predilectos del presidente. Lo acompañaba desde el Grupo Callao, que encabeza Alberto Fernández, autor de un proyecto desarrollista exportador con bajos salarios, modelo resistido desde otros sectores del peronismo que dudan o creen imposible un “derrame” hacia la mayorías y no en beneficio de las empresas.
El retono de Scioli
No hay que olvidar que el oficialista Frente de Todos perdió las elecciones de medio término. Precisa mejorar “la vida de la gente” para conservar posibilidades para las presidenciales de 2023. El nombramiento del exgobernador, exembajador, exvicepresidente, excandidato presidencial Daniel Scioli privilegia el perfil político sobre la formación económica.
Para la interna del Frente de Todos: se fue un aliado “de la primera hora” del presidente e ingresó un arquetípico centrista, que sabe convivir y sobrevivir sin generar reyertas. Scioli pidió unos días para organizar el regreso desde Brasilia, donde entabló una estrecha relación con Jair Bolsonaro. Jurará cuando el presidente retorne desde Los Angeles.
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)