En Perú, más de lo mismo
Gustavo Espinoza M.
El «gatopardismo» es una expresión conocida, Se trata de una práctica que resume Giuseppe Tomasi di Lampedusa, y que alude a un juego político que refleja una idea: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Pero la cultura política de los actuales gobernantes, no da para tanto. Por eso no se atreven a “cambiar todo”, pero buscan dar la impresión que alientan ciertas reformas para mantener todo igual
Si en verdad en el escenario nacional se quisiera cambiar las cosas, tendría que comenzarse por convocar nuevas elecciones y asegurar que la ciudadanía resuelva una crisis artificialmente creada por la Clase Dominante, en el empeño de mantener en sus manos los resortes del Poder.
Sólo la salida de Dina Boluarte, podría considerarse un paso real para atisbar un camino de futuro. Pero eso no lo entenderán quienes hoy pululan en esos predios, comenzando por Alberto Otárola. La salida de éste del Despacho que detenta, sería la antesala de ese cambio, que hoy todo el país demanda (los Carnavales celebrados en todo el país, lo confirman) . No obstante, hay que considerar algunos elementos claves que nos indican que las cosas, van para peor. El cambio del titular de Energía y Minas, por ejemplo, se produce cuando arrecia una ofensiva destinada a asegurar que los consorcios privados se alcen con el santo y la limosna.
Eso explica, una campaña que alienta quebrar Petro Perú para que las empresas foráneas se lleven todo el petróleo; y poner en marcha los proyectos mineros pendientes sin tomar en cuenta la opinión ciudadana ni del Medio Ambiente. El nuevo titular del sector ya salió a asegurar que los proyectos de Conga y Tía María “se concretarán” de inmediato. ¿En beneficio de quién? De los consorcios más influyentes: Buenaventura y Souther. En otras palabras de Roque Benavides y sus socios, entre los que destaca Keiko Fujimori. Después de todo, no hay que olvidar que el señor Rómulo Mucho -el nuevo titular de esa Cartera- integró el equipo de Gobierno de la Señora K.
Algo parecido puede decirse en el Despacho de Economía y Fianzas. Es verdad que el ministro Contreras era lo más parecido a la Carabina de Ambrosio; pero su cambio no aporta nada. El más alto mérito del nuevo titular del MEF es haber desempeñado la función de Ministro en el “gobierno” de Manuel Merino, es decir, durante menos de tres días. Al cuarto, debió salir corriendo con todos sus colegas, perseguido por la ira popular. Pero, además, el señor José Arista registra cinco acusaciones penales y una de ellas, por peculado. ¿Es mérito suficiente para ser el titular de ese portafolio hoy?
El otro gran tema tiene que ver con las deposiciones del señor Jaime Villanueva, la estrella que fugara del Ministerio Público, para refugiarse en el sitial de “colaborador eficaz” y evitar la cárcel. Hoy, el citado funcionario ha complicado severamente a Patricia Benavides, la ex Fiscal de la Nación, confirmando a la legua su condición de cabeza de una red oscura en el Despacho de la Avenida Abancay.
Pero la acusación contra ella, no queda allí. Compromete también gravemente a numerosos congresistas entre los que destaca el mismo titular del Legislativo, Alejandro Soto, y las parlamentarias Martha Moyano y Patricia Chirinos, coludidas hasta el fin en torvos y repudiables manejos. Y pone en relieve la relación oscura y confidencial entre la Fiscal de la Nación y Dina Boluarte para enterrar las matanzas del pasado reciente. Y también resalta el vínculo de la Benavides con la cúpula del APRA, a través de Hernán Garrido Lecca _”El Africano” y Jorge del Castillo. Esos ahora quieren abogar también por Alan García pretendiendo presentarlo como “víctima” de un acoso indebido. Propósito vano, sin duda que no limpia la imagen de un Mandatario que se enriqueció en el Poder y que huyó de la vida para no dar cuenta de sucesivos latrocinios.
Hay quienes no entienden aun lo que pasa. Y por eso se suman cándidos a los ataques contra Gustavo Gorriti y los Fiscales Vela y Pérez. No perciben la diferencia que existe entre cometer delitos, y realizar acciones para poner en evidencia y castigar esos delitos. Ayudar a esa campaña. no es sólo remar contra la corriente, sino también sumarse con candorosa inocencia a la grita de la Mafia que sabe muy próxima su caída. Cuanta turbamulta desate hoy, no tiene más propósito que mudar el escenario antes del 1 de julio, cuando se inicie el Mega Juicio a Keiko y sus 46 cómplices. No verlo, es ignorar al enemigo estratégico, y no percibir el peligro principal que amenaza al Perú.
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera.