La asunción de Petro y Francia se viste de fiesta popular
Camilo Rengifo Marín
La toma de posesión presidencial de Gustavo Petro el próximo domingo en la Casa de Nariño, contará con la asistencia de más de una decena de jefes de Estado, delegaciones de distintas naciones y durante todo el domingo grupos musicales y espectáculos. Amenizarán un acto público para unas 100.000 personas en la Plaza Bolívar bogotana.
La transmisión de mando será “una nueva forma de gobernar en donde el respeto por la vida en todas sus expresiones será prioridad y se trabajará por un país inclusivo desde y con los territorios, un gobierno realmente comprometido y cercano a la ciudadanía”. “La posesión presidencial de Gustavo Petro marca una nueva historia para Colombia porque no es la posesión de un presidente, es la posesión de los colombianos”, manifestó la coordinadora de comunicaciones del acto, Marisol Rojas.
El gobierno electo, que encabezarán Gustavo Petro y Francia Márquez, plantea una nueva política “paz total”, que significa la búsqueda de una paz completa y no parcial, como ha ocurrido con todos los procesos de paz que ha adelantado el Estado. El canciller designado, Álvaro Leyva, explica que el nuevo concepto de paz, pasa por reanudar la negociaciones con el Eln y otros grupos armados.
Se espera que la prioridad legislativa la centre en la reforma estructural tributaria para obtener en pocos meses la masa monetaria indispensable para mejorar las condiciones de vida de las mayorías y empezar a quebrar las altas tasas de desigualdad. Otras iniciativas de ley, como la reforma agraria, también están en cocción.
Sin resolver el problema de la tierra no se quebrará la base estructural del conflicto armado que marca la cotidianidad de diversas regiones del país, como tampoco los rasgos persistentes de la estructura social: concentración de riqueza, narcotráfico, desempleo, informalidad laboral, violencia, negación de derechos fundamentales, peso de las fuerzas armadas.
Venezuela
En una de sus últimas provocaciones, el saliente presidente ultraderechista Iván Duque, señaló que no reconoce a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela. “Eso quiere decir que mientras yo sea el Presidente de la República, Nicolás Maduro no entrará a territorio colombiano”, afirmó un comunicado oficial del presidente saliente.
A pesar del saliente Iván Duque y la ultraderecha, los primeros acercamientos entre Petro y Maduro ya se dieron. “Me he comunicado con el gobierno venezolano para abrir las fronteras y restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos en la frontera”, escribió en sus redes sociales Petro.
A su vez, Maduro se pronunció ante la victoria de Petro: “Pareciera abrirse en el horizonte una nueva etapa de relaciones de paz, de hermandad y de cooperación con Colombia”. Asimismo, invitó a que “toda la sociedad colombiana y toda la sociedad venezolana, nos pongamos en sintonía para la búsqueda de una nueva etapa en relaciones entre nuestros países y nuestros pueblos”.
La aprobación del presidente electo aumentó 22 puntos porcentuales respecto al mes de febrero (42%) y alcanzó 64% en julio, mientras que la desaprobación llegó al 22%. El grado de aceptación del candidato de izquierda previo a su asunción presidencial es algo inusual en el poder político colombiano de los últimos tiempos, ya que ni Álvaro Uribe (en sus dos períodos 2002-2006 y 2006-2010), ni Juan Manuel Santos (2010-2018) ni Iván Duque (2018-2022) obtuvieron un porcentaje tan alto.
Los opositores de Petro, por el contrario, no obtuvieron una buena aceptación: el líder de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández (con quien Petro fue a balotaje) pasó de un 16% de opiniones favorables y desfavorables en febrero, a un 28% y 52% en julio.
Ante la consulta sobre cuál es el principal problema que tiene Colombia en este momento, el 34% de los encuestados dijo que es el desempleo/economía, un 23% que es la corrupción, un 21% que son otros problemas como la niñez, la educación, la salud, el narcotráfico. y un 14% que es el orden público/seguridad.
Entre los presidentes que asistirán figuran los de Chile, Gabriel Boric; Argentina, Alberto Fernández; Perú, Pedro Castillo; Ecuador, Guillermo Lasso; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Bolivia, Luis Arce; República Dominicana, Luis Abinader; Panamá, Laurentino Cortizo; Costa Rica, Rodrigo Chaves, y Honduras, Xiomara Castro. También asistirá el rey Felipe VI de España como jefe de Estado.
Estarán también en Bogotá el jefe de Gobierno de Curazao, Bernard Whiteman; el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, y Beatriz Gutiérrez, esposa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
También estarán presentes los ministros de Relaciones Exteriores de México, Palestina, Portugal; los delegados del Reino Unido y de Irlanda, y los embajadores de Dinamarca, Israel, República Checa, Suiza, Bélgica, Australia, Alemania y Noruega. Asimismo, funcionarios de organismos internacionales como la OEA, la ONU, la Organización Panamericana de Salud (OPS) y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Integración
Si bien Petro prometió eliminar los combustibles fósiles, va a favorecer el gas sobre el petróleo y el carbón. El ministro de Hacienda entrante, José Antonio Ocampo, señaló que el gas natural podría servir como fuente de energía de transición mientras el país pasa hacia las energías renovables.
Venezuela va a reactivar exportaciones de gas a Colombia a través de la estatal Petróleos de Venezuela (PDSVA) con un gasoducto de 224 kilómetros que conecta los campos de gas venezolanos con el noreste de Colombia. La contraparte colombiana es la red del Grupo de Energía de Bogotá (GEB). Ese gasoducto ya existe desde hace tiempo.
“Como transportadores tenemos la infraestructura que podría llevar ese gas al mercado y estamos más que interesados en que eso ocurra. Hay muchas actividades que podrían hacer la transición al gas en Colombia si tuviera la fiabilidad y el precio adecuado”, dijo Juan Ricardo Ortega, presidente de GEB.
La reapertura del gasoducto transcaribeño Antonio Ricaurte, podría ayudar a Venezuela a recuperarse de la crisis económica y reducir el riesgo de una escasez de gas en Colombia en 2025. Venezuela tiene la octava reserva de gas natural del mundo.
GEB, propiedad en un 65,7% de la ciudad de Bogotá, podría ayudar a realizar las reparaciones necesarias para que el gasoducto funcione. “Si se llegara a un acuerdo, tendría que recibir luz verde del Tesoro estadounidense, ya que PDVSA está sujeta a sanciones”, señaló la agencia periodístico-financiera Bloomberg. Hoy Washington está en plenas negociaciones con el gobierno venezolano para garantizar el suministro de energía en medio de la interrupción causada por el conflicto bélico de Ucrania.
El gasoducto fue inaugurado en 2007 por los expresidentes Hugo Chávez y Álvaro Uribe, pero ha estado inactivo desde 2015. Se extiende desde Riohacha, en el departamento colombiano de La Guajira, hasta el estado de Zulia, en el occidente de Venezuela. PDVSA pagó unos 335 millones de dólares por su construcción. Colombia produce más de dos tercios de su electricidad con energía hidroeléctrica, pero con frecuencia aumenta la generación de gas y carbón en épocas de sequía.
* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)