Todo Estado debe defender la reputación como la niña de los ojos

▲ Aspecto de la manifestación de ayer por las calles de Caracas contra el informe de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos.
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En el mundo de hoy, el respeto de los derechos humanos es un paradigma ineludible para forjar una reputación positiva. Es, a la vez, un campo de batalla comunicacional, en el que se moldean realidades, se acicalan o se distorsionan perfiles. En este momento, el Gobierno está en dificultades en esa batalla de opinión pública, tanto por el manejo dado por sus adversarios, como por su propia conducta, por lo que debe corregir con celeridad.

El informe

La supervisión de organismos internacionales es conveniente y se ha mostrado en numerosos casos de gran utilidad. Un ojo que observa, estimula las responsabilidades, limita tentaciones y pone freno a actuaciones ocultas.

Ahora bien, el reciente informe de la comisión especial designada por la ONU no corresponde a una acción de protección de los derechos humanos, sino a una iniciativa preparada con fines políticos, dirigida a encauzar el conflicto de Estados Unidos con Venezuela hacia un esquema judicial que facilite, si fuese el caso, una intervención militar extranjera, bajo la excusa del deber de proteger. Por esto, el informe ha sido, ante todo, un duro golpe a los moderados en el seno de la Unión Europea y a los partidarios de negociaciones en Venezuela.

Reputación

En situaciones de inestabilidad, de escasos consensos, de revoluciones y contra revoluciones, de malestar social o agresiones externas, se incrementan las actividades represivas, de coerción, propias de las funciones de todo Estado para mantener la gobernabilidad y el orden.

Sin embargo, la función represiva del Estado debe realizarse dentro del marco del respeto a los derechos humanos. En todos los países hay violaciones, pero hay que tomar en cuenta en qué medida las instituciones del Estado actúan para frenarlas, para que no sean sistemáticas y se garantice el debido proceso.

En el caso venezolano, ha habido violaciones y la reacción de las instituciones del Estado para hacer las correcciones ha sido insuficiente. Ciertamente, la Fiscalía ha actuado en un importante número de casos para castigar culpables, pero no se ha puesto orden en los cuerpos policiales.

La reputación va más allá de lo que se entiende por buena imagen o prestigio superficial: apunta a la naturaleza real, profunda, de sus portadores y a la coherencia entre los principios que se representan y las actuaciones. Todo Estado debe proteger su reputación como la niña de sus ojos, si no quiere ser sometido por otros Estados.

Día a día

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha señalado a Estados Unidos como ‘la amenaza más grave para la paz en el mundo’ en su discurso ante la Asamblea General de la ONU”, mientras el Fiscal Gneral, Tarek William Saab, expresó que el informe de la misión de investigación fue “pagado por el Grupo de Lima”.

• Carrie Filipetti, del Departamento de Estado, declaró: “Vamos a pasar el resto de este año destacando el informe de la misión de investigación”.

• En cuanto a las elecciones del 6-D, la alianza de organizaciones que participa con las tarjetas de Avanzada Progresista, Acción Democrática, Cambiemos, Copei y Esperanza pidieron al CNE iniciar la campaña el 1 de noviembre.
  • Por su parte, Juan Guaidó, en un mensaje a la comunidad internacional, reiteró la política de no participación en las elecciones del 6-D. Al mismo tiempo, señaló que estaban agotadas “las vías diplomáticas” y pidió una intervención militar extranjera, bajo el argumento de la responsabilidad de proteger (R2P).Para realizar una intervención de fuerza en este marco, los países que intervengan militarmente deben contar con la aprobación previa del Consejo de Seguridad.
• En este planteamiento de una intervención, coincide Guaidó con lo que han venido exponiendo María Corina Machado y Antonio Ledezma. Esta posición ha sido calificada por Elliott Abrams de “pensamiento mágico”. En cuanto a las sanciones, se conoció que, por decisión de EEUU, la española Repsol y la italiana ENI no enviarán después de octubre barcos a Venezuela para recoger petróleo