Chávez en 100 años

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Toby Valderrama | 

Sabemos que la historia la hacen los triunfadores, entonces el primer ingrediente de la Venezuela del 2200 es saber quiénes triunfaron en esta guerra que comenzó el 4 de febrero, o si quieren el 5 de Marzo, de ellos dependerá la imagen de Chávez.

A grandes rasgos y obviando detalles, la guerra que hoy se agudiza en Venezuela es la misma que se escenifica en la humanidad desde hace milenios, desde que unos hombres descubrieron la forma de apropiarse del trabajo de las mayorías, es la guerra de apropiadores enfrentados a los despojados, a los pobres de la tierra.

El 4 de febrero el Comandante Chávez y sus hermanos se alzaron en armas y se ubicaban en el partido de los despojados. Largo es el camino de la evolución del sentimiento al lado de los pobres. Los más honestos, los invadidos de sentido de sociedad desembocaron en el cristianismo verdadero, en el Socialismo, única manera de hacer verdad el mandato central de Cristo: “Amaos los unos a los otros”.

La guerra milenaria que aquí, después de la derrota de la guerra del 60, se escenificaba en los subterráneos de la libertad se vigorizó, volvió la esperanza en el triunfo de los humildes. Chávez se levantó como un líder mundial, el planeta recordó que el capitalismo no era una fatalidad, que otra manera de vivir era posible, Chávez la encarnaba.

Los despojadores, las oligarquías, no podían permitir que los humildes levantaran banderas y crucificaron a Chávez como lo hacen desde Cristo con los líderes de los miserables.

Después el gobierno fue tomado por los “nochavistas” y comenzó la construcción de una nueva imagen del Comandante: sin socialismo, sin anticapitalismo, sin mandar “al carajo a los yanquis de mierda”, sin marxismo. Un Chávez liviano, potable para los oligarcas, inofensivo, sin tomar partido en la lucha milenaria, aliado a los despojadores, a lo sumo un proveedor de mercancías.

La anterior es una posibilidad de la imagen de Chávez en el 2200, deslavado, castrado.

La otra posibilidad, si triunfan los oligarcas de siempre, será el olvido. Chávez se refugiará en el corazón más intimo de los pobres, irá a sus altares, de él se hablará en murmullos, se le prenderán velas silenciosas en los ranchos de los campesinos, la cultura oficial lo borrará.

De cierta manera la batalla milenaria toma la forma de la lucha por la memoria auténtica del Chávez de verdad. Los chavistas de hoy que piensen en el futuro tienen el deber de enviar hacia allá su versión de Chávez, defender la imagen auténtica, podían comenzar por :

1.- Investigar de verdad, verdad, su asesinato, y no con la grosera farsa de esa comisión fantasma. Ubicar el magnicidio en su dimensión política, en parte principal de la guerra de los poseedores contra los humildes.

2.- Enviar al futuro, labrado en mármol, el discurso de Presentación del Plan de la Patria en el CNE.

3.- Entender que el recuerdo del Comandante dependerá del Socialismo, sin socialismo sólo puede haber olvido y deformación, si el Chavismo se mantiene anestesiado sacarán a Chávez del Cuartel de la Montaña, como sacaron su retrato de la asamblea.

4.- Ser chavista, luchar por la memoria del Comandante es luchar por el Socialismo, sin Socialismo no hay Chávez.

¡VIVA CHÁVEZ!
¡VIVA EL SOCIALISMO!