¿Qué pasara ahora?

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Eleazar Díaz Rangel-Últimas Noticias

Se cuenta que en diciembre del año 1902, cuando las potencias de la época bloquearon nuestros puertos y hundieron los barquitos de la Armada, y después de la famosa proclama del presidente Cipriano Castro denunciando “que la planta insolente del extranjero ha hollado el sagrado suelo de la patria”, ese país tan pobre, endeudado, palúdico y destrozado por tan tantas guerras se levantó como uno sólo. El Mocho Hernandez salió de la cárcel a incorporase a la defensa de la patria y José Gregorio Hernandez encabezo las filas de quienes fueron a inscribirse en el Ejército.

Gradualmente ese país fue dándose cuenta en los periodiquiitos del interior de lo que estaba pasando y fue así como se conoció la proclama y miles de venezolanos salieron a manifestar su indignación y rechazo ante lo que estaba a la vista en La Guaira: los barquitos hundidos y los marines en tierra!

No hay término de comparación, entonces, hace  más de 112 años, se habían producido desproporcionados y brutales hechos de guerra de agresión, mientras hoy es una amenaza de agresión de la mayor potencia del mundo con diversas formas de expresarse, desde la militar que sería la más grave, hasta la sicológica, que aparentemente causa menos daño. Y a propósito, ¿Estaran enterados en el ministerio de Educacion de la oleada de rumores en los Valles del Tuy sobre secuestros de niños y la inasistencia a muchas de esas escuelas?

El caso es que este fin de semana se habrán movilizados más venezolanos en defensa de la Patria, indignados por la amenaza del presidente Obama, que en ningún otro momento de toda su historia. Por lo pronto, existe una meta que parecía ambiciosa, como son los diez millones de firmas pidiendo la revocatoria del decreto de Obama. Aunque no se habían incorporados ni la fuerza sindical ni las organizaciones estudiantiles universitarias, la convocatoria del alcalde Jorge Rodríguez y su organización hacen ser optimistas. ¿Y que pasará si se recogen los diez millones?

Acerquémonos primero a lo que puede suceder en la Casa Blanca. ¿Cuantos estadounidenses lo sabrán? Muy pocos, muchos menos del 0,50 por ciento, seguramente. ¿Será noticia en The NYT o en Post de Washington? Apenas estará en un resumen al salón Oval. ¿La “amenaza” creció?

Cualquier analista internacional seguramente llegara a la conclusión que estos diez millones no llegarán solos, sino acompañados de adhesiones de otros países, gobiernos, partidos, organizaciones  sociales, sindicales y  estudiantiles. Depende de esas fuerzas para que pueda interesarles. Entre tanto seguirán adelante en sus planes de desestabilizar el gobierno del presidente Maduro.

Pero lo más importante no serán estas firmas, por my numerosas que sean, sino lo que pueda suceder en Panama. Allí estará el epicentro de la crisis, donde se enfrentarán dos vertientes, una que encontrara unidos a EEUU y Canadá, y gobernantes todavía indecisos y presionables, y otra mucho más numerosa pero con posiciones diversas.  Estas van desde Paraguay, Peru, Chile y Colombia (firmantes de la declaración de UNASUR) Costa Rica, Guatemala y Honduras. Casi todos los de Caricon  y Nicaragua y El Salvador del Alba.

Como ven será una confrontación histórica y decisiva para el diálogo y la paz esta Cumbre de Panama.

Seria un éxito extraordinario del gobierno y del presidente Maduro y antes que nada, una contundente respuesta de Venezuela, de su pueblo, de toda la sociedad, a las agresiones del presidente estadounidense, pero todavía debemos esperar para, vista la fortaleza y unidad  de Latinoamérica, aproximarnos a la respuesta a esa pregunta del título.