Argentina: La marcha del silencio y choque de estrategias
Juan Guahán-Question Latinoamérica
Dos acontecimientos producidos el miércoles 18 le pusieron el sello a la semana que terminó. Ellos fueron la “Marcha del Silencio” y la inauguración definitiva de Atucha II. Allí se pusieron en evidencia la fractura político-social y las diferentes estrategias en marcha.
Pocas veces podemos ser testigos de acontecimientos que en una sola jornada resumen el estado de ánimo existente en la sociedad y las estrategias adoptadas para afrontarlos. Sin embargo eso, a veces, ocurre y fue lo que pasó el reciente miércoles 18.
La Presidenta, que se había tomado unos días de descanso y de paso celebrar su cumpleaños y el de su hijo Máximo, decidió que el 18 de febrero -previsto parala publicitada “Marcha del Silencio”- haría la inauguración definitiva de la Central Nuclear Atucha II. Así quedarían patentizadas las dos tendencias que hoy atraviesan la sociedad argentina y que muestran una profunda grieta cuyos rasgos principales serán los grandes protagonistas del presente año. Por un lado el gobierno procurando mantener su discurso y su capacidad de gestión hasta el último día de su mandato. Por el otro la prensa y el sistema judicial que ocupan el rol de la oposición montando un escenario donde las devaluadas fuerzas políticas opositoras no hacen mucho más que acompañar.
Atucha 2
Desde la oposición ridiculizaron el acto realizado alegando que se trataba de la 3ªinauguración de la Central Nuclear de Atucha II. Cabe recordar que los dos actos anteriores correspondieron a aspectos parciales de la obra. En cambio la realizada el pasado miércoles (en Lima, Partido de Zárate, provincia de Buenos Aires) es la puesta en marcha del 100% de su capacidad. La integral puesta en marcha de Atucha II permitirá sustituir importaciones de combustibles por 400 millones de dólares al año.
Esta Central funcionará a base de uranio natural y agua pesada, aportando 745 megavatios eléctricos al SistemaInterconectado Nacional, de ese modo la energía nuclear que proveía el 7% de nuestra demanda energética ahora aportará el 10% de la misma. Dicho acto se constituyó en el símbolo de un gobierno que no está dispuesto a ceder espacios y que lucha denodadamente por mantener la iniciativa política, apoyándose en su gestión y en un nivel –no despreciable- de apoyo en sectores populares.
Mientras tanto sigue manifestando un significativo, aunque decadente poder, respecto de intendentes y gobernadores. Cabe recordar que, en el mencionado acto, se observó una notoria ausencia de gobernadores dado que solo asistieron 10 de ellos. Con estas obras y otras reivindicaciones que el gobierno califica como “derechosadquiridos” y convoca a defender, más la fuerza legislativa que aspira consolidar e importantes presencias en otros niveles del aparato estatal, el kirchnerismo confía en reunir la fuerza suficiente para “atravesar el desierto” del próximo gobierno y poder volver en tiempos no lejanos.
“Marcha del silencio”
Desde la vereda de enfrente se mueve la oposición. Si bien el cambio de administración se concretará en las elecciones y por medio de los partidos políticos la realidad es que el centro de la escena opositora lo ocupan exponentesdel sistema judicial y la gran prensa. La marcha, convocada por un grupo de fiscales en homenaje a su colega Alberto Nisman, se realizó al cumplirse el primer mes de la muerte de quien acusara a la Presidenta, al Canciller y otros ciudadanos por encubrimiento en el atentado a la AMIA producido hace más de dos décadas atrás.
La movilización, que contó con una fuerte cobertura de prensa, fue significativa a pesar de una tormenta que venía amenazando y que se desató poco antes de la hora prevista para la iniciación de la marcha.
Para algunos medios de prensa porteños se reunió medio millón de manifestantes, la Policía Metropolitana (del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y Clarín estimaron la concurrencia en 400 mil personas, La Nación señaló que la cifra de las personas reunidas sería algo menor. Las fuerzas policiales que responden al gobierno nacional indicaron la presencia de unas 50 mil personas. El kirchnerista Luis D’Elía hizo su propio cálculo y, en Twitter, señaló: 200.000 personas en la Ciudad de Buenos Aires. 150.000 en todo el país (…) Habla de una crisis de credibilidad de los medios hegemónicos.
Sobre el contenido de la marcha no quedan dudas que no hubo más banderas que una que encabezaba la movilización y que se refería al Fiscal muerto. Allí terminan las coincidencias. Desde los medios opositores, promotores de la movilización, refieren que el silencio solo fue roto por los gritos de “Argentina” y “Justicia”. Desde el oficialismo, Aníbal Fernández y D’Elía, señalaron la existencia de virulentas y agraviantes consignas contra la Presidenta.
En esta oportunidad también en el interior se hizo notar este reclamo. Prácticamente hubo movilizaciones en todas las grandes ciudades, siendo las más numerosas las realizadas en Mar del Plata, Bahía Blanca, Córdoba, Rosario,Santa Fe, Salta, Mendoza. La Marcha fue encabezada por los 9 fiscales convocantes y el titular del gremio de Judiciales, Julio Piumato, quien fue el único que habló para agradecer a los presentes desde un placo levantado en la Plaza de Mayo frente a las oficinas donde trabajaba Nisman. Detrás iban la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman, junto a su hija mayor, una tía y la madre del Fiscal. En un lugar secundario y en medio del público se ubicaron los políticos que sí tuvieron un lugar destacado en los medios de prensa.
El sujeto social de esta Marcha, que se transformó en eje de la oposición, estuvo mayoritariamente integrado por sectores medios. Tampoco es la primera vez que estos sectores hacen una importante exhibición de fuerza callejera. Ello ocurrió en otros momentos históricos y también durante la vigencia del kirchnerismo. En estos últimos años se manifestaron en una marcha en el 2004 protagonizada por el “Ingeniero” Juan Carlos Blumberg pidiendo un Código Penal más duro, ante el secuestro y muerte de su hijo. También se lo observó en la gigantesca movilización, en julio del 2008, con motivo del conflicto con el campo y más recientemente en los cacerolazos de noviembre de 2012 y abril 2013, contra el gobierno de Cristina.
Pero en otros tiempos históricos ya se conocieron fenómenos semejantes. En los días previos al memorable 17 de octubre de 1945, que diera origen al peronismo, el 17 de setiembre y 12 de octubre, se vio marchar en forma conjunta a una amplia franja de la sociedad (radicales, conservadores, socialistas y comunistas) para pedir –en las marchas de la “Constituciión y la Libertad”- que el gobierno pasara a la Corte Suprema de Justicia. El día de Corpus Christi de 1955 -11 de junio, 5 días antes del bombardeo a la Plaza de Mayo- desde la Iglesia Católica se convocó una gigantes marcha y el 23 de setiembre de 1955, se reunió una multitud en la Plaza de Mayo festejando el triunfo del Golpe de Estado contra Perón.Ante el agotamiento de los tiempos del kirchnerismo y las dificultades para su remozamiento y continuidad, habrá que ver quién es capaz de ocupar políticamente el espacio abierto por estas fuertes expresiones de masas.
Mientras en la superficie política transcurrían los hechos relatados, en los datos duros de la economía, allí donde la única verdad es la realidad, ocurren cuestiones de las que muy poco se habla aunque a muchos preocupa. Además de las dificultades para conseguir divisas para importar, la economía que no crece y la inflación que no afloja, hay una cuestión sobre el cual varios economistas no dejan de posar sus ojos. Se trata de nuestras reservas netas. Estamos satisfechos porque los datos oficiales nos dicen que las Reservas del Banco Central se han estabilizado por encima de los 30 mil millones de dólares.
Algunos estudiosos del tema sostienen que las reservas reales son apenas un poco más de un tercio de las cifras indicadas. Según estos analistas ellas rondarían los 11 mil millones de dólares. Otros, con diferentes modalidades para analizar los datos oficiales las elevan a poco más de 15 mil millones, es decir la mitad de las cifras ofrecidas por el Banco Central. A este dato cabe agregar que los vencimientos revistos para el año en curso rondan los 14 mil millones, lo que obliga a pensar en la necesidad de contraer nuevos empréstitos para llegar hastael fin de año o emitir bonos para cubrir esas necesidades.