Uruguay recibirá presos de Guantánamo
Uruguay recibirá presos de la cárcel de Guantánamo en calidad de refugiados. El presidente de Uruguay, José Mujica, aceptó el pedido de su par de Estados Unidos, Barack Obama, de albergar por dos años a cinco presos recluidos en la cárcel estadounidense ubicada en Cuba. Esto convierte a Uruguay en el primer país de la región en aceptar esa solicitud de Washington, confirmó ayer Montevideo.
“Es un pedido por una cuestión de derechos humanos. Hay 120 tipos que están presos hace 13 años. No vieron un juez, no vieron un fiscal y el presidente de Estados Unidos quiere sacarse ese problema de encima”, declaró Mujica. “Pero el Senado le exige 60 cosas, entonces le pidió a un montón de países si podían darles refugio a algunos y yo le dije que sí”, añadió.
Mujica, que fue uno de los líderes del movimiento guerrillero Tupamaros y estuvo detenido trece años y en duras condiciones antes y durante la dictadura entre 1973-1985, explicó que aceptó el pedido porque él estuvo muchos años preso. “Vienen como refugiados y el Uruguay les da un lugar si quieren traer a la familia y todo lo demás”, dijo el mandatario, sin especificar cuántos presos vendrían ni cuándo. “Derechos humanos es esto”, agregó. La condición es que los presos permanezcan dos años y no crucen las fronteras.
“No vuelven a su país de origen porque el presidente de Estados Unidos no hace lo que quiere, hace lo que puede, porque hay una comisión del Senado que le marca: ‘Esto podés hacer y esto no’”, sostuvo Mujica, al explicar por qué el presidente norteamericano apenas logra avanzar en su intento de cerrar la prisión en territorio cubano. Consultado sobre si pidió algo a cambio al gobierno de Estados Unidos, Mujica respondió: “Yo tampoco hago favores gratis, paso la boleta”. Pero enseguida aclaró que “esto hay que hacerlo porque sí”. Mujica viajará este año a Estados Unidos para reunirse con Obama, en un viaje oficial originalmente previsto para el año pasado y postergado por cuestiones de agenda.
En un comunicado, la embajada de Estados Unidos en Montevideo señaló en tanto que el gobierno de ese país está “en consulta con varios países de la región” sobre el cierre de Guantánamo y que conversó con el gobierno uruguayo “dado el rol de liderazgo que ostenta el presidente José Mujica en la región”. La embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Julissa Reynoso, aseguró además a periodistas que los presos que serían seleccionados para venir a Uruguay no representan peligro alguno (pese a ellos fueron torturados física y piscológicamente durante años) .
Según el semanario Búsqueda, Uruguay recibiría cinco presos durante al menos dos años. Búsqueda indicó que Mujica decidió aceptar la propuesta de Obama “después de una serie de consultas y de enviar emisarios a Estados Unidos y a Guantánamo”, además de conversar sobre el tema en enero durante su último viaje a Cuba con el presidente Raúl Castro, quien coincidió en apoyar la idea.
En Washington, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, sostuvo que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se comunicó el lunes con Mujica y que uno de los temas que analiza su gobierno con Uruguay es el cierre de la cárcel de Guantánamo. “Obviamente hay un proceso en marcha sobre cómo se toman estas decisiones, lo que incluye trabajar con el Congreso y otros”, indicó.
La organización internacional Human Rights First celebró el anuncio de Montevideo, considerándolo “una señal positiva de que la administración (estadounidense) seguirá teniendo como prioridad cerrar el centro de detención de Guantánamo”. Asimismo señaló que hay “más de 70 detenidos que hace tiempo han sido absueltos por las agencias de seguridad y la inteligencia de Estados Unidos y deben ser trasladados sin demora”.
Situada en una base naval bajo administración estadounidense, que Washington alquila a Cuba desde 1903, la prisión de Guantánamo es un símbolo de la “guerra contra el terrorismo” del ex mandatario George W. Bush. Más de 800 hombres y adolescentes pasaron por el centro desde que se creó en enero de 2002.
Obama intenta cumplir con la promesa de cerrarla que realizó a inicios de su gestión y los traslados desde la prisión se aceleraron en los últimos meses, pero aún permanecen 154 prisioneros, muchos de los cuales nunca han sido juzgados y permanecen detenidos de manera “indefinida” bajo sospechas de terrorismo que no pudieron ser probadas hasta el momento.
Según el relato de la mayoría de los liberados, durante los interrogatorios en el lugar se los sometió a maltratos como privación de sueño, exposición a temperaturas extremas, música a fuerte volumen u obligación de permanecer durante horas en posiciones incómodas. Aunque el Congreso de Estados Unidos prohíbe el traslado de presos a suelo estadounidense, extendió en diciembre la posibilidad a Obama de ordenar traslados a terceros países.