Caribe, África e integración
JESÚS CHUCHO GARCÍA| El espacio Caribe desde el tiempo de conquista y colonización ha jugado un papel fundamental en el juego político mundial. Allí comenzó el proceso de la primera globalización perversa. También se iniciaron los procesos independentistas del XIX.
A finales de ese período y comienzos del siglo XX surgirían el pensamiento panafricanistas y líderes que vincularían políticamente a África y su diáspora en el Caribe: Silvestre Williams y George Padmore.
El primero de ellos, Silvestre Williams, de profesión abogado, nació en Trinidad y Tobago, y “había trabajado en estrechas relaciones con los africanos en Gran Bretaña. En cierto modo se convirtió en un consejero jurídico, especializándose en los problemas agrarios que tuvieron una importancia considerable en el curso de la instalación de lo europeos en África. En 1900, en la exposición universal de París, Williams tomó la iniciativa en Westimster Hall, Londres, para realizar una conferencia destinada a protestar contra el acaparamiento de las tierras en África por parte de los europeos”.
Este antecedente fue un punto de partida para la construcción del panafricanismo, que mas adelante tomaría el afronorteamericano W.E. Du Bois, de familia ancestral haitiana. “La reconciliación de los negros norteamericanos con sus orígenes es obra de Du Bois. En efecto, el movimiento de repatriación de los negros (afroestadounidenses) hacia Liberia fue, sobre todo, un movimiento animado por los blancos, y adquirió, de rigor, un aspecto de deportación de los afroestadounidenses, de los cuales los estados del sur ansiaban liberarse.
Panafricanismo en vigencia
Marcus Garvey, nacido e Jamaica, fue otro de los grandes líderes que contribuye a establecer una mirada radical entre África y el Caribe, que desde sus perspectivas también contribuyó al surgimiento del panafricanismo. Garvey fue fundador de la UNIA (Asociación Universal para la Superación del Negro con la finalidad de unificar a todos los pueblos negros del mundo en una gran entidad y establecer un país y un gobierno absolutamente propios”.
Se trasladó a Estados Unidos estableciendo su base de apoyo en Harlem (New York). Aspiraba dar respuesta globales desde las perspectivas afro al colonialismo e imperialismo que seguían humillando y esclavizando a los pueblos de África y su diáspora en el Caribe y por eso crea esa organización. “Desde su inicio, UNIA no fue el resultado de la experiencias de un solo país. El hecho es que el imperialismo, desde finales del siglo XIX, había estado embistiendo a los pueblos no blancos de África, Asia y el Caribe. Los movimientos contra esta embestida se desarrollaban en todas partes entre los pueblos coloniales.
La UNIA representó una respuesta a este proceso. Garvey apareció en el escenario histórico, por así decirlo, en el momento preciso; el momento en que los afrodescendientes se radicalizaban cada vez más a causa de su obligada participación en la primera guerra mundial, por el reconocimiento de la revolución de octubre y su impacto, y por el incremento de los movimientos de liberación nacional”. Esta organización nace el 1 de agosto de 1910, día de la abolición de la esclavitud en las colonia británicas del Caribe. Esta iniciativa se suma a la construcción de los puentes entre África y el espacio Caribe. Garvey también visitó Cuba, Costa Rica y Panamá, entre otros países del Caribe.
En una oportunidad el señor Carlos Small, ejecutante del calypso, expresó con mucho orgullo “Yo soy Garveista”. Las ideas de Marcus Garvey habían llegado a tierra venezolana.
Movimientos
Desde el punto de vista de la construcción de la estrategia discursiva de la reafirmación cultural, surgiría León Gontran Damas (Guyana francesa), Aime Cesaire (Marinita) aliados con Leopold Sedar Shengor (Senegal), para dar espacio al movimiento de la negritud. En una entrevista realizada a Aime Cesaire, unos de lo padres de la negritud en la década de los años treinta del siglo XX, sostenía que:
“En París se encontraban una veintena de negros de todos los origenes. Había africanos como senghor, guyaneneses, haitianos, afronorteamericanos, antillanos. Esto era muy importante… éramos negros venidos de todas partes del mundo. Nos encontramos por primera vez. Nos descubríamos. Esto era muy importante… hasta mi época los franceses y los ingleses habían seguido una política desenfrenada de asimilación. Los europeos despreciaban a África por completo y en Francia se consideraba, por una parte el mundo civilizado y por otra el mundo bárbaro. Ese mundo bárbaro era África y el mundo civilizado era Europa. Y por tanto lo mejor que se podía hacer por un africano era asimilarlo, el ideal era hacer un francés de piel negra… nuestra lucha era una lucha contra la alienación. Es así como nació la negritud”.
Esa concepción contundente y anticolonizadora de Cesaire sería manipulada posteriormente por otros de los padres de la negritud, Leopoldo Shengor, quien la hizo palidecer en el poder asimilado a los franceses, de ahí que el premio Nobel de la Paz, el nigeriano Wole Soyinka… expresó: el tigre no dice su tigritud, salta.
Es lamentable que aún en los discursos oficiales del proceso bolivarianos se hable de “negritud”, evidenciándose cierta ignorancia histórica sobre tema y no entender su pérdida de vigencia tanto en África como en el Caribe crítico.
Hoy, la construcción de un mundo multipolar coloca al Caribe dentro del juego de las estrategias de los polos de poder a nivel mundial. En ese juego le corresponde a nuestro país jugar un papel dinamizador del proceso liberador, como en gran parte se viene concretando con algunos proyectos integradores como ALBA, Petrocaribe y Unasur.