Riqueza a partir de Conciencia, esa es la cuestión

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ALVIN LEZAMA |“Crear riqueza a partir de la conciencia y no conciencia a partir de la riqueza”, está podría ser la máxima que marque el horizonte de esta Revolución, pero debe ser una expresión aterrizada, que se traduzca en ese hacer concreto que aborda los problemas del día a día de la gente, de una manera -forma y fondo- distinta, innovadora, que contraste con el modelo que pretendemos cambiar y haga ver las contradicciones.

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Foto: Marcos Salgado

Question Digital

Que con cada harina, azúcar, arroz, nevera, televisor, aire acondicionado, arauca, saman, orinoco que se venda en nuestros Mercales, Pedevales, Bicentenarios, en nuestras fábricas de electrodromésticos y automóviles; con la prestación de los servicios de salud, de agua, de electricidad, de telecomunicaciones; con el pago de pensiones y la intermediación financiera de la banca pública; con la gestión de nuestras instituciones públicas y empresas nacionalizadas, desde afuera y adentro, etc., vaya también el otro alimento el del alma, la luz para abrir la conciencia.

Que el rol del Estado sea de facilitador para que el pueblo participe y sea protagonista en la construcción de las herramientas y estrategias necesarias para abrir las trochas por donde se hagan los caminos, las nuevas formas de estar, hacer y tener, para finalmente SER Socialistas, por la vía venezolana.

Sin perder de vista el contexto , es decir, el punto de partida, el Aquí y el ahora, este presente con su realidad política, social, económica, cultural, geopolítica, que es también el acumulado de nuestro pasado reciente: por un lado el colonial -con toda su carga eurocéntrica hegemónica venida de España; Africana, desterrada, traída a la fuerza y esclavizada; y la Árabe, venida de península por casi 8 siglos de dominación del territorio hispano-, y por el otro, nuestro pasado precolombino -mucho más desconocido, estigmatizado- , además de tomar en cuenta que fue una “violación” más que un encuentro o descubrimiento, lo cual también deja secuelas.

Conciencia, muchas veces lo repetía el comandante, prefijo “con” del latín agregación, reunión, y la palabra “ciencia”, que significa conocimiento en latín, entonces parece sencillo buscamos en los libros y en nuestro sistema educativo, llamamos a nuestros intelectuales y le encargamos la tarea de compilar todo este conocimiento, y hacer un resumen ejecutivo si es posible, luego difundimos los resultados, cambiamos los programas de estudio y santo remedio.

Hay un detalle, las fuente de este conocimiento, todas convergen en una, el hombre, que como ya sabemos tiene la particularidad de su subjetividad, además de que es sujeto y objeto a la vez en el acto de la cognición; que su atención, percepción, sentido común y formas de conocer, están mediadas por sus sistemas de valores, sus intereses, su ideología, su cultura, su contexto y por supuesto por la clase a la cual pertenece.

Con lo cual este conocimiento requiere debate, laboriosidad, reflexión y pensamiento crítico, es una labor de todos, sin dogmatismos, es una gran misión, que no le compete tan sólo al gobierno con sus ministerios, ni al gran polo patriótico, es, como se trato de hacer con los cinco motores constituyentes, convertir a toda la Patria en una escuela, es un proceso que permita la construcción de un conocimiento que debe ser apropiado por cada uno de los venezolanos en la marcha, es decir cada quién debe ser sujeto activo de este conocer que nos dará la consciencia.

Debemos saber con claridad quienes somos, no es suficiente con quienes creemos ser, este será una parto doloroso, tenemos virtudes y defectos, potencialidades y taras, todas deben aflorar, es como una gran psicoterapia nacional, poco a poco, pero que nos permita hacer conscientes esos mensajes brujos que se sembraron en la colonia -y que se repiten hoy en chistes, en cuentos, en canciones, en expresiones populares-, que impuso su hegemonía y borró todas las raíces .

Aunque no lo digamos, ni los sepamos conscientemente, constantemente se está manifestando este pasado en nuestras conductas, en nuestros temores, en nuestra autoestima, en nuestras disposición.

Hay historias sobre nosotros escrita en los libros por gente que nos cuenta pero hay otras historias escrita con sangre y fuego en nuestras almas que se debe descubrir, algunas han dejado heridas que hay que sanar pero otras son acciones heroicas que hablan de la voluntad y el espíritu de los habitantes de esta hermosa tierra llamada “Venecuela”, de raíz caribe (como dicen que decía el maestro Federico Brito Figueroa), y no pequeña venecia .