Irán – Venezuela: un juego con doble ganador
ABEDIN THAGAVI | “Estaremos junto a la nación iraní bajo cualquier circunstancia. La historia ha demostrado que si permanecemos unidos podemos vencer al imperialismo”. Estas fueron las palabras de Hugo Chávez el 29 de julio de 2006, cuando anunció su alianza económica con el gobierno del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
Desde siempre, el imperialismo ha sido un enemigo común para las naciones independientes y progresistas en todo el mundo.
Si echamos un vistazo a la historia durante los siglos XIX y XX, no será difícil ver que Irán y Venezuela siempre han luchado, separada pero constantemente, contra el colonialismo e imperialismo. Durante el siglo XIX los venezolanos, encabezados por Simón Bolívar, combatieron contra el imperio español mientras los iraníes luchaban contra un poderoso imperio británico que saqueaba los recursos de su nación.
En el siglo XX, la misma historia se repitió en las dos naciones, que pese a la lejanía geográfica, compartían ideologías y creencias. Pero esta vez contra un nuevo enemigo: el imperio estadounidense.
Cuando Chávez habla de unidad, sus palabras se basan en una verdad histórica. Ciertamente ninguna de las dos naciones conocía los esfuerzos y las luchas de la otra, pero el deber de luchar contra el enemigo saqueador y opresor había calado hondo en sus corazones.
Las relaciones bilaterales entre Irán y Venezuela toman nuevo rumbo cuando Hugo Chávez gana las elecciones presidenciales en 1998 y asume el poder al año siguiente. El siglo XXI se transforma en una era de lucha contra el imperialismo en América Latina; una lucha liderada por la Revolución Bolivariana de Venezuela en esta región del globo.
La visión nacionalista, antiimperialista, energética e integracionista de Hugo Chávez llamó la atención de muchos países que habían experimentado las devastadoras consecuencias del imperialismo. La Republica Islámica de Irán figuraba entre estos países.
El inicio de la nueva era de relaciones fue cuando el presidente venezolano viajó a Irán en 2000 y anunció que su viaje era un esfuerzo en pro de “pavimentar el camino de la paz, justicia, estabilidad y progreso para el siglo XXI”.
El expresidente iraní, Mohamad Jatami, viajó tres veces a Venezuela durante su mandato. Ahmadineyad lo ha hecho seis veces para fortalecer aún más las relaciones bilaterales.
Y está claro que los intercambios políticos promulgan los económicos. Así se iniciaron las relaciones económicas entre Teherán y Caracas.
Los datos confirman claramente que ambas partes han salido ganando.
He aquí ejemplos de estos fructíferos intercambios:
Según el Ministerio del Popular para Vivienda y Hábitat de Venezuela, en 3 de agosto de 2011, el Gobierno Bolivariano firmó con la República Islámica de Irán un convenio de cooperación para la construcción de 10.008 viviendas en tres estados del país.
La importancia de este tipo de proyectos salta a la vista con las declaraciones del embajador del país persa Abdolreza Mesri, al respecto:
“Esta misión es un ejemplo que el presidente Chávez está ofreciendo al mundo entero”, “esto es una gran ayuda para los más desfavorecidos, aquellos que nunca fueron tomados en cuenta a lo largo de la historia; ahora, las madres venezolanas tendrán un techo que ofrecer a sus hijos. Esto es lo que hay en el corazón del presidente (Chávez)”.
Las obras serán realizadas por la compañía iraní “Kayson”.
El petróleo es otro de los campos en los que los dos países están cooperando.
Este mes, Irán entregará a Venezuela el primer buque petrolero tipo Aframax, con capacidad aproximada de 113 mil toneladas de petróleo, según informó el ministro de Industria, Minas y Comercio de Irán, Mehdi Qazanfari.
Según el responsable iraní, este es el primero de los cuatro petroleros que la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) ha encargado a la compañía de Industrias Marítimas de Irán.
La construcción de la gigantesca embarcación finalizó a finales del pasado mes de julio, y desde entonces, el astillero ha trabajado para completar el equipamiento.
El buque tiene 250 metros de eslora, 44 metros de manga, 21 metros de alto y 14,8 metros de calado.
El Aframax puede transportar cerca de 71.000 barriles de crudo y alcanzar los 16 nudos de velocidad. Además, construirlo cuesta alrededor de 57 millones de euros.
Teherán y Caracas han firmado diversos acuerdos, comprometiéndose a trabajar juntos en la industria petrolera y en el montaje de tractores y bicicletas, entre otros proyectos.
En el mismo contexto, una empresa iraní llamada Ard Machine cuenta ya con 10 plantas de harina de maíz en Venezuela.
Gracias a las inversiones y los apoyos tecnológicos de Irán, miles de ciudadanos venezolanos han encontrado un trabajo digno.
Queda claro que en este juego las dos partes son ganadoras. Un juego de doble ganador.