2012: el gran juego geopolítico electoral
NYDIA EGREMY | El rumbo geoestratégico del siglo XXI puede definirse este año cuando concluya los procesos de elección de presidente y parlamentos en 43 Estados. Desde enero, miles de millones de seres humanos depositan su voto en las urnas en cuatro continentes al tiempo en que el Ártico se deshiela, los precios de los alimentos se elevan al ritmo del hambre, Israel amaga a Irán con un bombardeo aéreo y el crimen organizado controla más territorio que nunca.
Nydia Egremy Pinto – Blogs Telesur
En medio de ese contexto global la primavera trajo de nuevo al Kremlin a Vladimir Putin, el hombre de San Petersburgo – que rescató a Rusia de la balcanización y en doce años convirtió a la potencia euroasiática en una economía boyante. Ahora, el líder del país que posee las mayores reservas de gas natural del mundo, las segundas mayores de carbón y las octavas mayores de petróleo- mantiene su visión de futuro multipolar.
Tras el resultado electoral del 4 de marzo, Putin propone una Unión Euroasiática con Kazajastán y Bielorrusia para 2013 y acota la alianza entre Estados Unidos y Europa en su ataque rapiñero contra la posición estratégica de Siria.
La Printemps del 6 de mayo también trajo a Francia, potencia colonial en declive y miembro del Consejo de Seguridad, la expulsion de Nicolás Sarkozy del Elíseo que abrió sus puertas al socialista François Hollande. El 24 de mayo Mohamed Morsi fue electo como primer presidente no militar e islamista de Egipto.
Ese vuelco político ocurrió en el país más poblado y con el ejército más grande del Mundo Árabe; además mostró a Occidente que debe aprender a lidiar con el representante de los Hermanos Musulmanes pues de Egipto depende el acceso al Canal de Suez y domina el paso por África y Europa.
La segunda vuelta electoral en Grecia (17 de junio) llevó a las urnas a 10 millones de ciudadanos en bancarrota. La bizarra alianza entre el conservador Nueva Democracia, el Movimiento Socialista Panhelénico –Pasok- e Izquierda Democrática salió victoriosa mientras los neonazis se atrincheraban en el Parlamento.
El verano inició con el trueque de la presidencia de México (para el Partido Revolucionario Institucional, PRI) por las reformas privatizadoras del Partido Acción Nacional. El 2 de julio la treceava economía mundial, cuarto productor mundial de petróleo, primer productor mundial de plata y con el mayor número de muertos civiles mundial en una estrategia antinarcóticos (estimados en 70 mil), retornó al control politico de la élite que lo retuvo por 7 décadas.
Repartidos en territorio mexicano, los más de 50 millones de mexicanos en situación de pobreza –11.7 millones en pobreza extrema (alimentaria, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval)- esperan que, ahora sí, este sexenio se cumplan sus esperanzas.
El 19 de julio casi 5 mil parlamentarios eligieron a Pranab Mukherjeede como el treceavo presidente de India, ilustre miembro del grupo de economías emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
El otoño trae dos elecciones presidenciales cuyos resultados incidirán en el escenario político y energético regional y planetario: la de Venezuela (7 de octubre) y la de Estados Unidos (6 de noviembre). Germán Mundaraín Hernández, representante del gobierno bolivariano ante Naciones Unidas en Ginebra expresó a Sergio Ferrari de la agencia Adital “en las urnas venezolanas se juega también el futuro de toda América Latina”.
Tras el descubrimiento del pozo Zumaque el Mene Grande en 1914, ese país se perfiló como potencia energética. En 2012 se estima que el subsuelo de la República Bolivariana de Venezuela aloja reservas de crudo por 297 mil millones de barriles y 5 mil 528 millones de metros cúbicos de gas. Al 2011 tenía un ingreso per cápita de 11 mil 920 dólares (según el Banco Mundial) y con los dividendos por la exportación de esos recursos, el gobierno de Hugo Chávez Frías tejió una red de programas sociales que su adversario Hugo Capriles aspira a deshacer. La reelección del maestro en geopolítica es más que probable pese a la multimillonaria inversión foránea que ha recibido su contraparte para apuntalarse.
Un mes después la otrora superpotencia mundial, ahora en quiebra, también se debatirá entre la reelección del presidente Barack Obama – que liquidó a Bin Laden en mayo de 2011 pero no logró crear los 150 mil empleos mensuales que requiere Estados Unidos – y el republicano Mitt Romney, exmisionero, empresario y exgobernador republicano de Massachusetts. Como cada año bisiesto, esta elección indirecta (entre los 538 ciudadanos “electores” del Colegio Electoral) decidirá quién ocupará la Casa Blanca por otro cuatrienio.
El triunfador de la multimillonaria campaña anunciará desde la Oficina Oval su política hacia el Medio Oriente – pues en su administración puede llegar a ser real la amenaza del “pico petrolero” – y si cesa su hostilidad hacia Rusia y China, verdaderas potencias del siglo XXI. Mientras el 45º presidente de Estados Unidos reflexiona si cumple o abandona el Protocolo de Kioto y la cumbre de Copenhague, el Ártico habrá otros 70 mil kilómetros cuadrados de sus 410 millones de kilómetros de hielo marino, como los que se disiparon desde septiembre del año 2000.
El mapa electoral de 2012 concluye con el 18º Congreso del Partido Comunista Chino en octubre. Ahí se designará al relevo de Hu Jintao para liderar al país de los mil 300 millones de habitantes y segunda economía mundial. Se prevé que el elegido sea el vicepresidente Xi Jinping, quien tiene el desafío de profundizar las reformas económicas para mantener el crecimiento, atender las demandas sociales y mantener una política exterior afin a los principios que delineó Deng Xiao Ping en 1980: “observar al mundo, asegurar su posición, tratar los asuntos exteriores con calma, ocultar la capacidad hasta el último momento, tener perfil bajo y nunca reclamar el liderazgo”.
A lo largo de este inédito año electoral, muy lejos de los ciudadanos, se libran otras intensas campañas. Desde las oficinas de los CEO’s (chief executive officer) de las multinacionales de alimentos, de las firmas que nutren los arsenales de los Estados, de la banca que financia operaciones militares y corporaciones petroleras se maniobra por la victoria de “sus candidatos”. Así obtendrán de Ejecutivos y Parlamentos el control de recursos, territorios y poder económico en las nuevas administraciones. Ese es el gran juego geopolítico que prevalece sobre el futuro de miles de millones de seres humanos.