Argentina: triunfo cantado

MARIANO VÁZQUEZ | Argentina se apresta a realizar su séptima elección presidencial consecutiva desde la recuperación de la democracia en 1983. A esta altura ya nadie pregunta quién ganará, la duda es cuanta será la diferencia que Cristina Fernández de Kirchner le sacará a la oposición y si ese porcentaje será histórico.
Mariano Vázquez – Alainet

En las calles no se respira clima de campaña, no hubo bombardeo mediático para captar voluntades, con la excepción de los espacios gratuitos en los medios masivos que garantiza por ley para todos los candidatos la Dirección Nacional Electoral, y de la militancia social y juvenil del Frente para la Victoria (FpV), que muestran toda la euforia por un triunfo que huele a paliza histórica, garantizando la continuidad por cuatro años más del proyecto político del kirchnerismo, que comenzó en 2003, con el 22 por ciento que obtuvo Néstor Kirchner y que el domingo puede llegar a una cifra histórico.

Las elecciones primarias del 14 de agosto, que eligieron a los precandidatos para los cargos electivos que este domingo se dirimirán en las urnas, mostraron un mapa que golpeó a todo el arco opositor. La Presidenta superó el 50 por ciento de los votos, en tanto que el segundo, el candidato radical Ricardo Alfonsín -hijo del primer presidente del retorno democrático, Raúl Alfonsín, quien ostante el apoyo más grande desde 1983 a la fecha con casi el 52 por ciento de los votos-, apenas superó el 12 por ciento.

Las sorpresa de la elección serán seguramente la izquierda y la centroizquierda. El candidato del Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, actual gobernador de la provincia de Santa Fe, el cuarto distrito electoral del país, asoma como el posible segundo, a pesar de se lanzó hace apenas 4 meses. Su partido, el socialista, conformó una interesante alianza con partidos del arco progresista, con movimientos sociales y sindical, como la combativa Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y aspiran a colocar una decena de diputados en el futuro Congreso. De hecho, las cabezas de las boletas de diputados en los dos distritos más importantes del país son históricos dirigentes gremiales, Víctor De Gennaro (Buenos Aires) y Claudio Lozano (Capital Federal).

La otra aparición impensada fue la del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), unión de partidos troskistas y de la izquierda tradicional, que fueron la sorpresa en las primarias al obtener medio millón de votos y que aspiran a seguir subiendo esa cifra. Con una campaña original y certera, lograron salir del estigma de que es improductivo votarlos.

Los sectores del peronismo ortodoxo, con las formulas del ex gobernador de Buenos Aires y presidente del país luego de la crisis de 2011, Eduardo Duhalde, y el gobernador de san Luis Alberto Rodríguez Saa, obtendrían entre los dos unos 20 puntos como máximo.

Otros sectores que llegaron a tener peso propio como la Coalición Cívica-ARI de Elisa Carrio o Proyecto Sur del cineasta hoy se han convertido en apenas expectadores. En el primer caso sus números serán casi testimoniales y en el segundo ni siquiera puede presentar fórmula porque no obtuvo el 1,5 por ciento requerido en las primarias para poder presentarse en las generales.

Se trata entonces de un escenario donde el kirchnerismo consolidaría su dominio político. Pero que no fue para nada sencillo: crisis con los sectores concentrados del campo (2008), campañas sucias de los grandes medios de comunicación concentrados como el Grupo Clarín, La Nación o Vila, que no le perdonaron la nueva Ley de Comunicación Audiovisual (2009), que derogó la ley de medios de la dictadura militar, tan beneficiosa para los monopolios del sector, y que son hoy los que ejercen la verdadera oposición política al kirchnersimo. Pero también no se puede olvidar el fallecimiento del ex presidente y líder junta a la Presidenta de este espacio. Fue el 27 de octubre de 2010 y muchos temieron que el gobierno se caería a pedazos. Pero las muestras masivas de apoyo popular y sentido y la capacidad de conducción de Cristina disiparon todos los fantasmas.

Todo indica que Cristina entraría al selecto club de los presidentes ganadores con más del 50 por ciento de los votos y que incluso superará su propia marca de las primarias (50,2). Los otros mandatarios que lo hicieron fueron dos radicales: Alfonsín en 1983 (51,7) e Hipólito Yrigoyen en 1928 (57,4); y Juan Domingo Perón en 1946 (52,4), en 1951 (62,5%) y en 1973 (61,8).

Además podría batir otro récord en lo que se refiere a distancia sobre el segundo. Es tal la fragmentación del arco opositor que algunos encuestadores hablan de hasta 40 puntos de diferencia entre la Presidenta y el segundo.

El otro dato político es que en las elecciones de gobernadores que se hicieron en 2011 hubo continuidad, con la sola excepción de Catamarca, donde el radicalismo perdió a manos del kirchnerismo, luego de 20 años en el poder. Se preveé que el domingo ocurrirá lo mismo en las nueve gobernaciones que se ponen en disputa. Puede llegar a haber hasta 14 mandatarios reelectos.

En declaraciones a Página/12, el encuestador Ricardo Rouvier dijo: “No hay sorpresas, porque ya vimos lo sucedido en las primarias. El porcentaje no va a incidir en el armado del gabinete ni en la conducción del peronismo. Desde el 14 de agosto se nota una clara ratificación de la conducción de CFK, sobre todo entre aquellos que circulan en las fronteras del kirchnerismo. Y eso seguirá siendo así después del 23 de octubre.”

Por último sería importante dejar sentadas algunas cuestiones que refieren a por qué lo acontezca el domingo en la Argentina puede tener ribetes históricos.

Nunca antes una fuerza política acumuló tres mandatos consecutivos, como lo hará seguramente el domingo el FpV. Si además logra primera minoría en 23 de los 24 distritos alcanzará el récord de Carlos Menem en 1995.

Tampoco nunca el segundo obtuvo en una elección menos de 22 puntos, lo que implicaría ser el menos votado de la historia.

El lunes 24 puede haber un escenario en donde el peronismo gobierne 17, de las provincias, solo algo así ocurrió en 1987.

Así las cosas, el 23 es triunfo cantado, el lunes 24 comienza otra historia.

Fuente: http://alainet.org/active/50326