Brasil ya tiene Comisión de la Verdad: ¿terminó la impunidad?

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DARÍO PIGNOTTI| Después de años de resistencia militar, se logró inaugurar una comisión de siete funcionarios que podrá exigir ver los archivos, indagar testigos y pedir análisis forenses para aclarar desapariciones y asesinatos de la dictadura militar.Página 12, desde Brasilia

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, promulgó ayer la ley que crea una Comisión de la Verdad que investigará violaciones de los derechos humanos, torturas y asesinatos durante la dictadura militar (1964-1985).

La comisión, que no tendrá funciones punitivas, fue aprobada en octubre por el Congreso. Contará con siete integrantes elegidos por Rousseff, con un plazo de dos años para exigir documentos públicos, indagar a testigos y solicitar análisis forenses para identificar los restos de desaparecidos políticos.

Sin embargo, el grupo no podrá castigar a los responsables, fueron beneficiados por la Ley de Amnistía dictada en 1979 por el último presidente del régimen militar, el general Joao Figueiredo. El proyecto fue aprobado en votación simbólica por el Senado el 25 de octubre pasado, tras intensas negociaciones con las Fuerzas Armadas. La oposición, entre ellos el Partido de la Socialdemocracia Brasileña y Demócratas, apoyó el proyecto, pero introdujo modificaciones como la que contempla que la comisión tenga entre sus integrantes a representantes de las Fuerzas Armadas o víctimas de atentados guerrilleros. Para evitar asperezas con los militares, del texto de la propuesta se quitaron expresiones como represión política y el período de investigación se amplió de 1946 a 1988. El consenso legislativo fue reivindicado ayer por Rousseff como una prueba de madurez democrática y un gran avance en la consolidación de las instituciones. Durante la ceremonia de promulgación de la norma, Rousseff destacó que la comisión permitirá que el país nunca más vuelva a vivir sin democracia. “Para que los hechos que mancharon nuestra historia nunca más vuelvan a ocurrir, es necesario que se conozca la verdad”, remarcó la mandataria en el Palacio del Planalto. Con los jefes de las Fueras Armadas y ministros en el auditorio, la presidenta, que fue presa política durante la dictadura, rindió tributo a los que lucharon y perecieron por la democracia durante los años de dictatoriales, y rechazó que el armado de la comisión pueda estar movido por un espíritu de venganza.

Aunque está claro que la comisión no tendrá efectos punitivos, miembros del Comité por la Memoria, la Verdad y la Justicia de San Pablo consideraron que la investigación puede resultar un paso hacia la apertura de procesos. Tras la promulgación, la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario Nunes, expresó su deseo de que Argentina haga su aporte en las investigaciones que tengan relación con el llamado Plan Cóndor, que coordinó a las dictaduras en los años los años ’70.

“Esperamos; estamos confiados en que recibiremos colaboración de Argentina. Hablé de eso con el secretario de Derechos Humanos Eduardo Luis Duhalde”, relató Nunes. La ministra subrayó que hay voluntad política en el gobierno para avanzar en las investigaciones del Plan Cóndor. Desde Ginebra, en tanto, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, celebró la sanción presidencial, que destacó como un avance que pone de manifiesto el compromiso de Brasil en el tratamiento de los derechos humanos a nivel nacional.

“Es un primer paso esencial y muy bienvenido para curar las heridas del país y aclarar las injusticias del pasado”, resaltó la funcionaria sudafricana. En un comunicado, Pillay instó a Brasil a adoptar medidas adicionales para facilitar el procesamiento de los supuestos responsables por violaciones pasadas a los derechos humanos, aunque ese paso exige derogar la Ley de Amnistía de 1979 o declararla inaplicable. Para la representante de la ONU, el trabajo de la comisión incluye escuchar testimonios de las víctimas. “A menudo son dolorosos, debería ayudar a los brasileños a entender y reconocer su propia historia, que hasta ahora ha sido frecuentemente cuestionada o negada”, afirmó.