Y mientras tanto la economía… ¿dónde estamos y a dónde vamos?
Luis Salas Rodríguez|
Una vez que las amenazas de una invasión han quedado en stand by (que no desaparecido) es urgente volver los ojos hacia el tema económico, donde mientras tanto siguen ocurriendo cosas.
Precios a la baja y DICOM estable: ¿se estabiliza la economía?
En las últimas dos semanas se observó una bajada significativa en los precios de un número importante de alimentos, tanto en Caracas como en otras zonas del país.
Esto dio pie a que algunos especularan con la posibilidad de una estabilización de la economía, en espacial tomando en cuenta las medidas cambiarias tomadas por el BCV y el gobierno, coronadas con la corrida del 28 de enero, al día de esta publicación hace exactamente un mes.
A nuestro modo de ver, este diagnóstico apresurado no era correcto, pues la economía no se estaba ni está estabilizando sino más bien en estado de shock, precisamente en parte por las medidas cambiarias pero sobre todo las monetarias. Igualmente, afirmamos que, más temprano que tarde, el paralelo volvería a subir. Y que lo que habría que esperar es cuál sería la respuesta oficial, habida cuenta de que la política de shock cambiaria sumada a la monetaria no solo resultarían inútiles para lograr sus objetivos manifiestos (estabilizar el tipo de cambio, los precios, proteger el poder adquisitivo de los salarios), sino que, en el “mejor” los casos, de alcanzar los dos primeros sería a condición de sacrificar el tercero.
En cuanto a lo primero, la situación sigue siendo la misma: la economía no se está estabilizando sino que se encuentra en estado de shock, pero un shock que va en vías de convertirse en un estado catatónico.
En cuanto a lo del paralelo, como se puede apreciar en la siguiente gráfica, desde el 19/02/19 –un día después de publicado nuestro articulo- inició una tendencia alcista que lo llevó el pasado jueves 21/02/19 no solo a superar el ancla impuesta por el BCV de 3.300 VES por US$, sino a ampliar la brecha actualmente por encima de los 400 VES, lo que es la tercera más alta de este 2019 y muy superior a con la cual cerró el mercado cambiario en 2018.
A este respecto, es muy posible que lo que está apalancando el precio del paralelo sean las siguientes cosas. Yendo de lo más fácil a lo más complejo, por su puesto, está la manipulación política en el contexto de golpe de estado en marcha. El problema con esta manipulación, es que si bien el marcador final es arbitrario en el sentido que no resulta de operaciones reales (no es un precio de mercado en sentido estricto), tampoco se puede despegar mucho de los precios de mercado con los cuales se transan dólares realmente, pues o paraliza dichos mercados y/o se deslegitima como marcador.
En este sentido, la subida de eso que los analistas de derecha llaman eufemísticamente “dólar corporativo” y que no es sino el de las mesas de dinero clandestinas donde operan grandes peces, seguramente está empujando al marcador paralelo. Pero también debe estar influyendo la escasez de divisas en medio de un mercado que se paralizó por el shock del 28 de enero, así como la necesidad de los tenedores u oferentes de divisas de maximizarlas lo mejor posible (venderla lo más alto) dada la pérdida de poder adquisitivo de los dólares con respecto a meses anteriores (hoy día se necesitan entre 7 u 8 dólares para comprar lo mismo que antes se compraba con uno). Esto ya lo vimos a comienzos del año pasado, cuando el estancamiento del DICOM dio paso a otros marcadores muy por encima, entre ellos Air TM.
Por otra parte, en lo que a los precios de los productos refiere, ya también esta semana aquellos que las dos anteriores venían cayendo –fundamentalmente en rubros como verduras, frutas, hortalizas, queso, huevos, carne de res y pollo- no lo han seguido haciendo o al menos no de manera tan generalizada y marcada, siendo, por lo demás, que otros precios se dispararon vertiginosamente en el mismo lapso, de manera especial los concentrados en agroindustria elaborada (caso productos Polar) así como los de higiene del hogar y personal y las medicinas.
¿Por qué la caída de los precios?
Todo indica que, tal y como afirmamos, la principal causa de la caída observada en los precios, ha sido el subconsumo, es decir, una caída pronunciada de las ventas dada la contracción profunda del poder adquisitivo observada en enero-febrero, contracción causada a su vez por el rezago salarial ante los precios así como por la pérdida de valor de los bolívares en circulación, circulación a su vez restringida dada la política de lobotomía monetaria aplicada por el BCV con el fin de sostener el ancla cambiaria.
Lo que esto significa es que a los productos de primera necesidad o consumo masivo llegó con inusitada fuerza la contracción salarial. Es decir, en la recomposición de las canastas de consumo que la mayoría de las personas nos hemos visto obligados a hacer (dejar de comprar cosas “secundarias” para concentrarnos en otras más indispensables), cosas como la carne, el pollo, el queso, los huevos, etc., mal que bien se mantenían dada su importancia. Pero entre finales de enero y principios de febrero, una vez pasada la ilusión monetaria decembrina representada por los bonos, aguinaldos y las remesas, sumado a la fuerte corrida especulativa y cambiaria de diciembre-enero, dio como resultado que las familias contrajeran fuertemente su consumo, lo que significa menos ventas.
También creemos que el cambio momentáneo en el diferencial fronterizo tras el shock del 28 de enero influyó a que productos como carne de res y leche e incluso muchas hortalizas que suelen ser llevadas de contrabando hacia Colombia se quedaran puertas adentro, aumentando la disponibilidad.
Pudiera argumentarse que el repunte observado en los precios esta semana se debe a su vez al repunte en el tipo de cambio paralelo. Con toda seguridad influye. Pero el asunto es que la caída de los precios fue un fenómeno observado en las dos semanas comprendidas entre el 11/02/19 y el 24/02/19, siendo que el repunte del paralelo comenzó el 19/02/19, es decir, en medio de dicha caída. Desde luego, es verdad que el impacto de la subida del paralelo en los precios suele no observarse de inmediato, sino una o dos semanas después cuando toca la reposición de inventarios. Pero eso aplica para el caso de la inflación de costo, no la de expectativas, que es más inmediata y casi automática.
¿A qué se debe entonces que los precios hayan repuntado? Pues todo indica como principal razón la mejora relativa del poder adquisitivo al momento de hacerse efectivos los bonos Angostura y de la Juventud vía Carnet de la Patria, lo que debe haber reanimado las ventas y por tanto la puja distributiva salario-precios.
También hay que considerar que al revertirse la relación cambiaria en la frontera se presentan de nuevo incentivos para el contrabando. Igual hay que ver que pasa ahora dado el cierre de la frontera
Y no menos importante: por más que caiga o se estanque el consumo, la subida vertiginosa de otros precios (medicinas, productos de higiene, alimentos procesados, etc.) en el mismo lapso que los del pollo, la carne, las legumbres, etc., se estancaba o caía, termina finalmente arrastrándolos al alza por una cuestión lógica de ajuste de los precios relativos.
El trilema de la política económica:
Como comentamos en un articulo previo, los objetivos de la política económica actualmente en marcha, en su conjunto, son una trinidad imposible. Es decir, las metas planteadas el 28 de enero (estabilizar el tipo de cambio, abatir la hiperinflación y proteger el poder adquisitivo), dada la política cambiari y monetaria escogida (aplicar un shock cambiario junto a una lobotomía monetaria) no pueden alcanzarse y en todo caso no las tres a la vez
Me explico: y es que aunque es bastante poco probable que se alcance la estabilidad cambiaria (que ya vemos cómo va el paralelo otra vez) y aunque menos probable aún es que por esa vía se logre abatir definitivamente la hiperinflación, en el caso de que se logre es sencillamente imposible que se haga protegiendo ni qué decir recuperando el poder adquisitivo de los venezolanos. De por sí, es exactamente lo contrario: debido al carácter ortodoxo monetarista de la política, la única y remota posibilidad de alcanzar las dos primeras metas es yendo contra el poder adquisitivo, es decir precarizándolo, al aplicarle a los salarios e ingresos familiares una especie de ley de hierro ricardiana que los mantenga por debajo del nivel mínimo de subsistencia, y por tanto, no permita que la gente pueda seguir pagando los precios y por esa vía alimentando la hiperinflación.
Es fue la vía escogida por Caldera en 1996-97 y es la que actualmente usa Macri. Y más allá de otras consideraciones obvias, hay que dejar claro que es suicida desde el punto de vista político. En este sentido, se hace necesario insistir: tales políticas no solo resultarán siendo inútiles para alcanzar sus objetivos manifiestos sino que peligrosamente amplificarán los efectos del bloqueo actualmente aplicado contra el país (que todo indica se recrudecerá). El tema aquí es es que tienen un peligroso efecto contractivo, pues en vez de detener la caída de la actividad económica y reimpulsar un crecimiento la harán retroceder todavía más, si cabe pensarlo, con todo lo que eso implica desde el punto de vista social y político.
Por último, pero no menos importante, la escasez de bolívares en circulación está acelerando dos distorsiones: de un lado que se presenten nuevos diferenciales entre los precios en efectivo y por pago electrónico, lo que dará lugar en cualquier momento nuevamente a la reventa de efectivo. Y del otro. que se acelere la desbolivarización de la economía, lo que crea las condiciones para una mayor anarquía monetaria o una definitiva dolarización.
En la medida en que no hay dolares suficientes como para que se de una dolarización definitiva, lo más probable es que el escenario sea el de la anarquía monetaria (escenario Zimbabue), tomando en cuenta además la flexibilización que se ha hecho del uso de criptomonedas, que se agrega a la dolarización de facto de importantes sectores de la economía, sumado al uso del peso y el real en las fronteras con Colombia y Brasil respectivamente. En cualquier caso, lo más probable que luego de esa anarquía se produzca la dolarización, al menos que definitivamente quedemos en un limbo catatónico tipo Zimbabue.
Desde luego nada de esto es inevitable, no estamos hablando sobre algo que inevitablemente pasará, solo decimos lo que es más probable que ocurra de seguir las cosas y las políticas tal cual están y van.
*Publicado en 15yUltimo