Venezuela: la lucha es por la soberanía y por preservar sus riquezas
Álvaro Verzi Rangel
Por más edulcorante que le quieran añadir a la realidad, Venezuela se encuentra nuevamente sumida en una espiral de violencia por la determinación de Estados Unidos y sus agentes locales de desconocer cualquier resultado electoral adverso a los planes de Washington de imponer un gobierno títere que le entregue el control político, diplomático y económico del país, pero sobre todo sus recursos naturales.
Lo que está en juego en Venezuela no es quien será presidente en los próximos seis años, sino su supervivencia como nación soberana: imponer a Edmundo González, candidato de una coalición de derecha, candidato de paja de la empresaria golpista María Corina Machado y de la oligarquía a la que representan significaría no sólo el sometimiento a los dictados de EEUU sino el saqueo total de su petróleo. Ya lo hicieron con Irak hace 20 años.
El tema de fondo siempre es el petróleo. Juan Pablo Pérez Alfonzo, ministro de Petróleo de Venezuela fue gráfico al señalar en la década de 1970 que «nos estamos ahogando en el excremento del diablo».
Lo que hay que aclarar es que María Corina Machado no fue inhabilitada por ser opositora sino porque pidió activar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca para viabilizar una coalición militar que invadiera Venezuela. También usurpó el puesto del representante diplomático de Panamá ante la OEA, lo cual, sin dudas, es un delito.
Desde 2019, Estados Unidos y sus cómplices vernáculos han robado todos los activos venezolanos en el exterior a los que han podido echar mano, y demócratas y republicanos dejaron claro, siempre, que su plan para Venezuela es el reparto del territorio entre las empresas petroleras trasnacionales, en especial las estadounidenses. Machado y Edmundo González ya hablaron de privatizar nada menos que Petróleos de Venezuela.
Desde 2015 hasta el 2023 Venezuela dejó de percibir 642.000 millones de dólares, sólo por el ingreso petrolero perdido, a lo que debe sumarse la confiscación de activos, de empresas, y de recursos que se encontraban en cuentas de bancos privados extranjeros. Fueron confiscados dos veces los recursos que estaban destinados a la compra de vacunas contra el covid
Suena a tango, pero la historia vuelve a repetirse. Una tentativa de golpe de Estado fue puesta en marcha por el gobierno de Estados Unidos, con la complicidad de la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA), los hegemónicos medios de comunicación corporativos y la ultraderecha venezolana, cuando advirtieron un nuevo fracaso en las urnas.
De Perogrullo: intentan deslegitimar el conteo oficial y el sistema electoral, y basarse en las cifras proporcionadas por una de las partes, sin aval o prueba alguna. Declaman fraude antes de conocerse resultados. Se oculta es que las máquinas de votación electrónicas y el sistema de transmisión de los resultados fueron auditados en repetidas ocasiones por representantes opositores, quienes no encontraron ni denunciaron falla o alteración alguna en ellos.
Reclaman al Consejo Nacional Electoral (CNE) la presentación de las actas al mismo tiempo que llevan a cabo ataques criminales contra las sedes del organismo y perpetran asaltos cibernéticos contra sus sistemas de cómputo.
Mientras, Wikileaks publicaba en X que la oposición de derecha de Venezuela y los medios de comunicación estadounidenses afirman que hubo fraude en las elecciones del 28 de julio basándose en una encuesta a pie de urna realizada por la firma Edison Research, vinculada al gobierno de EEUU, que trabaja con órganos de propaganda estatales ligados a la CIA y que estuvo activa en Ucrania, Georgia e Irak. La historia vuelve a repetirse ahora en el Caribe.
Un editorial del diario mexicano La Jornada señala que en el contexto de extrema polarización que suscita la cuestión venezolana, hay sectores que pretenden desmarcarse del neocolonialismo y del expolio neoliberal, pero justifican el intervencionismo con el argumento de que la democracia es un valor superior a la soberanía, que no es un adorno ni un atributo obsoleto, sino la condición sine qua non de la democracia.
Si las decisiones cruciales sobre el diseño del sistema político y el modelo económico a seguir son tomadas desde la Casa Blanca, los think tanks occidentales y los consejos de administración de las trasnacionales, la voluntad popular queda anulada y el sufragio se convierte en una mera simulación, en un espectáculo mediante el cual se otorga falsa legitimidad a decisiones tomadas de antemano por las élites, añade.
Desde la derecha quieren imponer el imaginario de que la defensa del Estado soberano es un pretexto para defender a dictaduras y regímenes autocráticos como, a su juicio, es el de Nicolás Maduro. Cualquiera sea la opinión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, nada justifica el injerencismo en los asuntos internos de Venezuela fuera de los canales habilitados por la legalidad internacional.
Wikileaks publicó en X que la oposición de derecha de Venezuela y los medios de comunicación estadounidenses afirman que hubo fraude en las elecciones del 28 de julio basándose en una encuesta a pie de urna realizada por la firma Edison Research, vinculada al gobierno de Estados Unidos, que trabaja con órganos de propaganda estatales ligados a la CIA y que estuvo activa en Ucrania, Georgia e Irak.
México y Colombia
Hoy Estados Unidos pretende que el mundo considere normal que toda la derecha venezolana sea adiestrada, financiada y dirigida por sus agencias de espionaje. México señaló que defender la democracia presupone exigir el fin del injerencismo de EEUU, organismos internacionales (como la OEA) y otros países, y la salida de todos sus agentes locales de la vida política venezolana. ¿Con qué fundamento la OEA sostiene que ganó el otro candidato?, preguntó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El presidente colombiano Gustavo Petro advirtió que “las graves dudas que se establecen alrededor del proceso electoral venezolano pueden llevar a su pueblo a una profunda polarización violenta con graves consecuencias de división permanente de una nación que ha sabido unirse muchas veces en su historia”.
Propuso llegar a un acuerdo entre gobierno y oposición que permita el respeto máximo a la fuerza que haya perdido las elecciones y solicitó al gobierno de EEUU, suspender los bloqueos y las decisiones en contra de ciudadanos venezolanos. “El bloqueo es una medida antihumana que solo trae más hambre y más violencia de las que ya hay y promueven el éxodo masivo de los pueblos”, señaló.
Petro indicó que la emigración a EEUU desde Latinoamérica disminuirá si se levantan los bloqueos: Los pueblos libres saben tomar sus decisiones. “El presidente Maduro tiene hoy una gran responsabilidad, recordar el espíritu de Chávez, y permitir que el pueblo venezolano regrese a la tranquilidad mientras terminan las elecciones en calma y se acepta el resultado transparente cualquiera que haya sido. El escrutinio es el final de todo proceso electoral, debe ser transparente y asegurar la paz y la democracia”, añadió.
“La situación actual del mundo, donde se rompe el derecho internacional, asesinando niños con impunidad total y donde pueblos hermanos se enfrentan con las armas ante designios de poderes oscuros que gravitan alrededor de la codicia y no piensan en la vida de la humanidad, puede hacer del Caribe un fogón de la violencia y de la inestabilidad enfrentando potencias extranjeras ajenas a nuestra historia y nuestro territorio”, advirtió el presidente colombiano.
La legislación electoral
El proceso electoral venezolano está 100% automatizado. El software de los procesos de votación, escrutinio y totalización se auditan y certifican con participación de los partidos politicos y observadores. El voto, el escrutinio y la totalización son electrónicos. La impresión que hace la máquina de votación al elector y en el momento del escrutinio, son comprobantes para efectos de la auditoria ciudadana. Esta vez, la auditoria ciudadana se hizo sobre el 54% del total de mesas electorales.
La totalización de votos es automatizada, electrónica, y sobre esa totalización se adjudica y proclama al candidato con mayoría de votos. La totalización se hace dentro de las 48-72 horas posteriores al evento, y el CNE tiene 30 días para publicar en Gaceta Electoral los resultados (siempre lo ha hecho antes de cumplirse el plazo). Es falso que se haya vencido algún lapso de publicación de resultados totales o disgregados.
El CNE ha denunciado que se bloqueó su página de forma maliciosa, mediante hackeo, así como denunció incluso un ataque masivo al sistema para intentar impedir y ralentizar la totalización de resultados. La totalización, adjudicación y proclamación ya fue realizada por el CNE. El CNE no está obligado a publicar copias de Actas de Escrutinio porque son sólo comprobantes.
Lo que se publicará es el escrutinio automatizado. Las Actas de Escrutinio emitidas, comprobante del escrutinio realizado automáticamente y las otras Actas de Verificación ciudadana, instalación y constitución de mesas, quedan en resguardo del CNE y es material electoral probatorio que conforman el expediente administrativo que se entrega en caso de haber impugnaciones ante el Tribunal Supremo de Justicia. En cualquier momento del proceso quien considere que hay vicios o fraude puede recurrir al TSJ.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)